[20. Antes que nada, no renuncies por lo que voy a decir]

Me levanto por un aroma a verduras salteadas.

Agarro lo que me pondré hoy y entro al baño, hago todo lo necesario, me cambio y salgo de la habitación.

Allí veo a Felix cocinando, le saco una foto porque se ve muy lindo.

Me acerco sin hacer ruido y lo abrazo por detrás.

—Buenos días.

—Buenos días, bonita. Iba a despertarte en cuanto termine esto.

«No está quemando las cosas, muy bien»

—Me despertó el olor a verduras salteadas.

Saco de la alacena unos tazones y pongo arroz en dos de ellos.

Espero que Lixie termine de saltear y pongo las verduras en los tazones restantes.

—¿Desde qué hora estás levantado?

—Desde hace unos minutos, no te preocupes —Sonríe y nos sentamos a comer.

—Gracias por la comida —decimos al unísono.

«Hubiese deseado tener más momentos como estos; los dos sentados comiendo y sonriendonos cada vez que nos mirábamos»

—¿No quieres más?

—No, estuvo muy rico. Muchas gracias, Fefi —Me levanto de la mesa a buscar mis cosas.

—Me alegra escuchar eso —Se levanta para lavar los platos—. ¿Estás lista?

—Sí, sí —Me acerco hasta la puerta y la abro, Lix toma sus cosas y nos vamos.

Se repite la misma situación, él toma mi mano todo el tiempo y luego me da un beso para comenzar la mañana.

«Por favor, Felix, no dejes de hacerlo»

Llegamos al estacionamiento y nos metemos rápidamente en el auto.

—¿Puedes poner las canciones de tu grupo?

—¿En serio? —Sus ojos brillaron al escuchar mi pregunta—. Por supuesto.

Antes de arrancar, busca su playlist y canto por lo bajo las canciones.

Me mira de reojo y sonríe.

—Ya llegamos, ten un buen día, amorcito —Deposita un beso en mi cabeza.

—Tú también, Fefi —Salgo del auto y espero a que se vaya.

Al entrar me saludan un par de personas, esto me deja confundida, pero no soy maleducada así que les devuelvo el saludo.

«Qué aburrido subir tantos pisos, pero la música es genial»

La recepcionista me saluda muy sonriente y entro a la sala de ensayos.

—Santo cielo... —murmuro mientras toco mi pecho—. ¿Por qué están tan tranquilos?

Los trece miembros se encuentran sentados y sin hacer silencio.

—Es que nos avisaron que estabas llegando y queríamos dar una buena impresión —Suelta Josua como si nada y recibe un par de golpes.

—Los felicito, pero a ensayar que esta semana tienen dos presentaciones y tienen que ir a un programa de variedades.

Ellos asienten y se levantan, saco la agenda de mi bolso, pero toco algo como una bolsa.

Empiezo a escarbar mi bolso y me encuentro con una bolsa llena de caramelos.

«¿Desde qué año estará esto?»

«¿Puedo comer caramelos vencidos?»

«¿Los caramelos vencen?»

—¿Me das? —Se acerca Woozi con su mano extendida.

—No, a ensayar.

—Pero... Quiero uno.

—No te doy porque no sé desde cuándo se encuentran estos caramelos en mi bolso, pueden haber vencido o algo así.

—No importa, yo también quiero —Wonwoo se acerca junto con Seungcheol, Hoshi, Jun y SeokMin.

—Está bien. ¿El piso está limpio?

Ellos asientos confundidos, saco todos los caramelos de la bolsa y los coloco en el piso.

—Elijan el que quieran.

Los demás miembros se acercan en cuanto ven los caramelos.

—Sí, ustedes también pueden elegir.

Y así fue como me quedé sin trece caramelos.

—Esperen —Elevo mi voz—. ¿De quién es este anillo? Ayer olvidé devolverlo.

—Mío, pero quédatelo. Un regalo por ser nuestra mánager —El líder sonríe.

Dudosa lo acepto y lo cambio de lugar.

Los chicos, por fin, comienzan a entrenar pero entra alguien a interrumpirlos.

Ese alguien es mi jefe y muy enojado, me acerco hasta él y los miembros se colocan detrás mío.

—Buenos días —Hago una reverencia.

—Antes que nada, ___ no renuncies por lo que voy a decir —Rasca su cabeza nervioso—. Pero, acaban de llamarme los encargados de dónde harán las presentaciones diciendo que no eran esas canciones.

—¿Y cuáles son?

—Getting Closer y CLAP con break dance.

Alguno de los chicos aprietan mis brazos y eso me pone más tensa.

—Tranquila, ___. Eres un ser de luz, la paciencia es tu mejor virtud —murmuro.

—Ya viene el coreógrafo así ayude a Hoshi, van a tener que quedarse más tiempo —El jefe se nota muy avergonzado—. Es tu segundo día de trabajo y pasan estas cosas, realmente lo siento.

—No importa —Hago un gesto con mis manos y él se despide con una sonrisa que parece más una mueca.

«Ahora sí se viene el verdadero caos»

—Tranquilos, vamos a comer unos caramelos para tranquilizarnos hasta que llegue el coreógrafo —Les hablo antes que digan algo.

Ellos asienten y nos sentamos en silencio, algunos de ellos me miran muy preocupados. Yo solo les sonrío, si el mánager enloquece, el grupo enloquece.

«¿Quién dijo que ser mánager era un trabajo fácil?»

La puerta se abre de golpe y entra el coreógrafo, pero de una manera muy graciosa.

—Qué entrada —murmuro y me levanto junto con los chicos.

—Buen día, disculpen por esa entrada —Hace una reverencia.

—No hay problema —Le paso una botella de agua—. ¿Un caramelo? —Este asiente y le paso uno.

—Mi nombre es Choi Young Joon.

—____ ____ —Hago una reverencia.

—No se estresen, todo va a salir bien.