— Imposible — Shen Long se veía complicado con lo que le estaban pidiendo — su poder es más grande que el mío, no puedo hacerlo — sus ojos brillaron nerviosos — ¿Cuál es su deseo?
— ¿Hay alguna forma en que pueda quedarme y no haya problemas en este universo?
— Lo siento Sofía, nadie puede ayudarte a que sigas en esta dimensión — todo quedó quieto un rato — veo que no desearán nada, me retiro — las esferas siguieron activas en el piso, ya que nadie pidió un deseo.
La muchacha en el cuerpo de namek lloraba silenciosa, angustiada.
— No quiero irme, allá nadie me quiere.
— Tienes a tus seres queridos — argumentó Daishinkan.
— Estarán mejor sin mí.
— Eso no es verdad — le mostró en su cetro a su madre llorando — ella te quieren de vuelta, y tu hermano también — vio a Rafael en su cuarto, llorando.
"Si vuelves hermanita, prometo no molestarte nunca más, arreglaremos las cosas, te extraño".
— No puedes quedarte, otro planetoide acaba de destruirse.
— ¿Cómo arreglaran todos los desastres que han pasado, y los muertos?
— Zeno Sama lo arreglará.
— Debo irme Piccolo, es lo mejor para el universo, aunque no para nosotros — dijo suavemente Sofía, resignada — eres lo mejor que he tenido en mi vida, te amo.
— Nunca me olvides, buscaré la forma que volvamos a estar juntos mientras dure mi vida, recuerda siempre mi promesa — la besó frente a todos, podría ser la última vez que se verían, por eso no le importó mostrar sus sentimientos.
— Vamos con los Reyes — Daishinkan la tomó de la mano.
— Adiós Mr. Popó, Dende... Piccolo — sus ojos se aguaron, pero no se permitiría volver a llorar — nunca los olvidaré.
El viaje al castillo fue silencioso, allá vio a dos seres pequeñitos, como niños, que la esperaban a la entrada.
— Lo sentimos, no queríamos hacer daño a los planetas del universo 7, solo deseábamos agradecerte por ser tan buena en el juego de realidad virtual, nos divertimos mucho al verte luchar, además hubo un accidente, si hubieras seguido allí hubieras muerto, por eso te trajimos, no pensamos que algo así pasaría.
— ¿Moriré al volver a mi dimensión? — preguntó nerviosa la humana.
— No, tendrás la duración que hubiera tenido tu vida sin ese accidente.
— Gracias por todo — les sonrió triste — me hicieron aprender mucho de mí, los quiero mucho.
— Cuídate Sofía — adelantaron sus manos y le tocaron con un dedo la frente.
La muchacha en el cuerpo de namek cerró los ojos, cuando los quiso abrir sintió que sus párpados pesaban como cemento, le costó mucho abrirlos, cuando lo consiguió todo era tan claro que le dolió mirar a su alrededor, sus ojos estaban muy sensibles, divisó algunos bultos oscuros que con los segundos empezaron a definirse.
— DOCTOR, DOCTOR, ESTA ABRIENDO LOS OJOS — gritó Mario, feliz, salió corriendo feliz a buscar ayuda.
La muchacha no entendía nada.
"¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? — no podría hablar, y le dolía mucho la cabeza".
— ¿Me escuchas? — le preguntó un hombre de bata blanca, ella asintió lentamente — bien, estas en un hospital, una sobrecarga de corriente hizo estallar los equipos, y tu cerebro recibió una descarga de energía muy grande, quedaste en coma, pensamos que nunca te recuperarías.
Sofía quería gritar que no fue algo que le pasó a su cerebro, que los Zenos samas la llevaron a Dragón Ball, pero sabía que nadie le creería. Había pasado seis meses desde que cayó en ese estado, según pasaron las semanas desde que despertó, a veces sentía que lo que vivió fue una alucinación producto de la descarga, luego recordaba a Piccolo.
"Tuvo que ser verdad, lo que siento por él es verdadero... nunca lo olvidaré".
Su hermano estuvo allí para ayudarle con la terapia, la descarga le provocó algunos problemas neurológicos.
— Lo siento Sofía — Rafael decidió contarle porque comenzó a tratarla mal — yo... yo estaba enamorado de Susana.
— Ella es quien hecho a correr los rumores sobre mí.
— Lo sé, decía cada barbaridad sobre ti... me dijo que me rechazó porque era tu hermano, por eso te odie, te culpaba de que ella no me amará. Pero cuando quedaste en coma, ella se reía de que por fin ibas a pagar por ser una aberración, una bisexual. Entonces ya no soporte, la puse en su lugar. Después descubrí que hace eso con todos quienes le piden ser su novia, inventa cualquier excusa para rechazarlos, lamentó lo ocurrido, debí defenderte en vez de atacarte... te quiero hermanita.
Otra sorpresa más la esperaba, John por fin había contado su verdad, y ahora todos sabían que era gay, como pensaba su padre no lo acepto y lo hecho de su casa. A pesar de que tenía problemas de dinero, la madre de Sofía lo aceptó en su casa, y ahora que Rafael por fin había recapacitado, se convirtieron en amigos.
La chica sentía que todo había mejorado, solo le dolía ya no poder ver a Piccolo.
"Nunca te olvidaré, siempre serás el amor de mi vida".
Mientras en el universo de Dragon Ball Piccolo trato de mantenerse sereno cuando la muchacha se fue con el Gran Sacerdote, pero no podía olvidar la promesa que le hizo ¿Cómo poder estar juntos de nuevo?
Unas semanas después fue donde Bills, quien para cumplir su petición lo obligó a hacer las locuras que se le ocurrían.
— ¿Por qué acepta que le mande a hacer todas esas tonterías? — preguntó el ángel al namek, mientras estaban en el jardín.
— Es por... amor — Piccolo estaba muy avergonzado, mirando al piso.
— Amor — exclamó el albino, tapándose la boca con la mano, emocionado — ¿Puede contarme?
— Me ena... moré de Sofía, o Limax, y el Gran Sacerdote se la llevó... — le contó todo.
— Lamento lo que le pasó, pero no creo que el Sr. Bills acepte nunca su petición, aunque usted lo sirva por decenios.
— Si tengo que estar mi vida aquí para que le ordene llevarme con su padre, lo haré — su mirada firme lo hizo saber toda la fuerza de los sentimientos del namek.