"Y fue en ese momento que dos seres tan opuestos como el sol y la luna, se volvieron uno formando un maravilloso eclipse"
Después de unas cuantas semanas habíamos terminado de organizar todo para el viaje a Dubái, me sentía feliz por hacer este viaje y la razón de ello era el ojiazul. Me sentía afortunada y completa cuando él estaba a mi lado la forma en la que me miraba, en su trato y lo especial que me hacía sentir como si fuera la única persona sobre esta tierra.
— ¿En qué piensas nena? Seguramente en mi pero sé que soy irresistible.
La voz de Dennis me trajo nuevamente a la realidad, cerré mi maleta antes de girarme hacia él. — Luego la egocéntrica soy yo. ¿Estás listo?
— Cambia de tema nomás, y si yo estoy listo por eso vine por ti eres tú quien sigue empacando me sorprende que lleves tantas cosas parece que iremos a vivir allí. — Seguí sus movimientos antes de tenerlo completamente frente a mi antes de besar mis labios suavemente.
— Debo verme hermosa en cada momento. Ayúdame a bajar las cosas por favor.
— Claro, no queremos llegar tarde y podemos perder el vuelo.
— ¿Perder? — Levanté una ceja con total diversión negando. — No se irá hasta que lleguemos Dennis.
Podía notar su cara de confusión pero simplemente se dedicó a tomar la mayor cantidad de maletas posibles dejando que solo cargará mi bolso de manos y una maleta pequeña. El chófer se propuso cargar cada una de las maletas mientras nosotros dos subíamos al coche.
— Al aeropuerto, por favor.
Nuestro camino no fue demasiado largo solo nos demoramos unos 23 minutos exactamente. Al llegar nos ofrecieron los carros para cargar maletas mientras caminábamos en el interior del aeropuerto.
— Princesa ¿A dónde vas? La fila está por allá.
— La nuestra no. — Tomé su mano guiando lo por un costado donde la gente nos miraba algo mal, y claro Dennis parecía más confundido que nunca.
Al llegar a la sala de abordaje de los jet Dennis que quedó esperando para dar su tickets o que lo revisaran lo cual me hizo dar demasiada ternura. Jale de su mano haciendo que camine hasta llegar a la pista donde comenzamos a caminar hasta el jet.
— Espera, ¿Porque ese avión tiene tu apellido?
— Es el avión privado de mi familia, es un jet para nosotros dos en esta ocasión. — Sonreí besando su mejilla antes de empujarlo para que ambos subieramos al avión viendo su cara de asombro.
— Vaya… Esto es, no tengo palabras nena. Me siento como famoso.
— Ven, vamos a tomar asiento, tenemos un vuelo algo largo. Son casi 15 horas de viaje.
— ¿Tanto? Está bien entonces vamos a sentarnos y a disfrutar de la compañía, debo agradecer tener una belleza tan hermosa como compañera de vuelo.
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El viaje duró exactamente lo que había dicho, el cual las primeras horas lo habíamos pasado hablando, riendo y uno que otro beso claro que también habíamos comido algo y el resto lo habíamos dormido aunque desperté unos minutos antes que él aprovechando que dormía para sacarle algunas fotos mientras lo hacía.
Cuando esos ojos azules que me tenían completamente perdida me miraron no pude evitar sonreír y besar sus labios cortada mente mientras su mano acariciaba mi rostro suavemente.
— Buenos días princesa, o noches no se que hora sea. — Me aleje un poco para que él pudiera estirarse justo en ese momento nos informaba la azafata que ibas aterrizar.
— Son las 6:35 de la tarde — Sonreí — Aún hay luz pero no sé si hay mucho que podamos hacer en Dubái creo que podemos dar algunas vueltas y cenar.
— Está bien, vamos preciosa.
Al bajar del jet había un auto esperando por nosotros, el chofer subió maletas mientras Dennis abría la puerta del coche para que subiera,al ingresar me senté y acomodé el cinturón de seguridad mientras el mayor hacía lo mismo.
— Sabés que la luz de Dubái te hace ver más hermosa que de costumbre.
— Lo sé, me veo preciosa con cualquier tipo de luz, pero muchas gracias. — Mi cabeza se apoyó en su hombro mientras jugaba con sus manos sintiendo como su rostro se apoyaba en mi cabeza.
— En eso tienes razón, eres hermosa sin importar el día, me siento afortunado de tenerte.
Al llegar al hotel ambos bajamos, debía admitir que el padre de William había hecho un hermoso trabajo en cuanto arquitectura, Dubái siempre había tenido edificios grandes y difíciles de iguales pero este era otro nivel, desde el diseño hasta la decoración del exterior. Ingresamos al hotel y ambos nos quedamos mirando todo con atención cada detalle, las plantas, la decoración del lobby, los cuadros en pocas palabras todo era una belleza en sí.
— Es todo muy lindo. — Rompí el silencio mirando al ojiazul y él simplemente asintió.
— Ven, vamos a buscar las llaves y hacer todo lo aburrido.
Nos acercamos a la mesa donde estaba un hombre de unos treinta años con su uniforme el cual consistia en una camisa color azul cielo, una corbata negra junto a un pantalón colo negro y claramente un pin que tenia su nombre justo en el lado izquierdo de su pecho, el cual decia “John”
— Hola, sean bienvenidos al hotel Burj Al Arab esperemos que su estadía sea la mejor de su vida, por favor indíqueme a nombre de quien está realizada la reserva.
— A nombre de Kimberly Ivanok.
— Muchas gracias, por favor esperen un segundo que lo busque en el sistema.
Dennis se apegó a mi espalda apoyando su barbilla en mi cabeza mientras mirábamos y esperamos a John. — Hueles jodidamente bien, podría ser un nuevo pasatiempo. — Bromeo haciendo que negara con diversión.
— Bien, muchas gracias por esperar. Tienen la Suite Dúplex Diplomática — Abrió un cajón sacando dos llaves de tarjeta y extendió esta hacia nosotros las cual tomó una cada quien. — Por favor lleven las pertenencias de nuestros huéspedes a la Suite Diplomática.