Me EnseÑaste A Amar

CAP. 65 QUIERO SABER DE MIS HIJOS

            –Buenos días señor, el noticiero informó que el magnate Gaspar Davis sufrió un terrible accidente automovilístico en la madrugada de hoy.

            –Él no estaba solo, Hoa lo acompañaba, averigua de inmediato cómo está ella, por favor.

            –Ya lo hice, ella, el señor Davis, el chofer y un escolta están gravemente heridos, ninguno ha despertado.

            –Todo iba bien, por qué los problemas no los dejan en paz. Ubica a alguien en el hospital y que te mantengan informado, apenas despierte me avisas.

            –¿Me pregunto si el ministro Mauricio está enterado?

            –Lo llamaré –anunció Thomas Spencer, al tiempo que tomaba el teléfono.

            –Buenos días –respondieron al otro lado de la línea.

            –Buenos días Mauricio, me preguntaba si sabía del accidente que sufrió Gaspar Davis.

            –Sí, acabo de enterarme y voy camino al hospital en este momento, no me importa lo que ese mafioso haga conmigo necesito saber cómo está Hoa, porque tengo entendido de que estaban juntos en el automóvil.

            –Pensé que había desistido de conquistarla.

            –Lo hice, pero eso no quiere decir que no me afecte saber que está gravemente herida y que posiblemente no sobreviva.

            –¿Tan grave está? –preguntó Thomas ocultando su preocupación.

            –Sufrió un paro durante la intervención, está en coma inducido, si en las próximas 36 horas no da señales de recuperación se reducen sus posibilidades de superar sus lesiones. –Thomas respiró profundo al imaginarse a Hoa en esas condiciones.

            –Bueno, sí puedo ayudar en algo me avisa Mauricio, espero que se recuperen todos –señaló en el tono más neutro que pudo.

            –Por su expresión no hay buen pronóstico con la señorita Smith –señaló el mayordomo Richard.

            –No lo hay, haz lo que te pedí respecto a tener a alguien en el hospital que te pase información de todo lo que ocurra con ella.

            –Enseguida señor –dijo Richard y giró para retirarse.

            –Espera Richard, paga lo que sea necesario para que tenga a los mejores médicos a su disposición.

            –Señor, los padres del señor Davis son médicos prestigiosos y muy reconocidos en ese ámbito, ya tienen la mejor atención posible.

            –De acuerdo.

***

[Esa mañana llegaron al hospital los padres de Gaspar con los niños, quienes se sentaron cabizbajos en la sala de espera, sus abuelos les habían hablado con sinceridad sobre la situación de su padre y de Hoa, al principio se asustaron y lloraron mucho, pero al calmarse un poco los tres pidieron ir al hospital y prometieron estar tranquilos y en silencio.

Desde el momento en que les dieron el reporte hasta ese instante, no había ningún cambio en la condición de los heridos, eso en cierta forma los tranquilizaba porque al menos no habían empeorado, aunque la expectativa se mantenía hacia un síntoma favorable.

El ministro de Justicia llegó con el despliegue usual de acompañantes y al preguntar por los familiares de Hoa lo remitieron a la familia Davis, él se acercó a ellos, se presentó y ya todos sabían quién era debido al secuestro de Hoa, manifestó su preocupación tanto por Hoa como por Gaspar y se puso a disposición de todos por si requerían alguna ayuda.

Le agradecieron y se mantuvo unos minutos acompañándolos hasta que consideró prudente retirarse ya que la prensa estaba presionando para entrevistarlo junto a los padres de Gaspar, él se negó y optó por salir del hospital, luego de pedirle a Octavio y a Lucio que lo mantuvieran informado de la evolución de los heridos.

Los padres de Hoa le avisaron a Dafne que ya estaban en camino, pero que faltaban varias horas de vuelo.

Pasadas 48 horas Iván Ivanovich despertó para alegría de su esposa quién, cuando estaba dormido, le había pedido que regresara a ella ya que estaba embarazada y tenía que recuperarse para acompañarla a esperar a su bebé.

Gaspar y Adán estaban dando indicios de mejoría también por lo que los médicos mostraban optimismo, solo Hoa se mantenía igual, no estaba peor, pero tampoco daba signos de estar sanando.

Eso afligía mucho a sus padres, quienes la primera noche no paraban de recriminarse a sí mismos el gran abismo que habían creado entre ellos y su hija, se mantenían al tanto de sus logros gracias a su mano derecha en el restaurante, pero no tenían una comunicación directa, desde hace algunos años no hablaban con ella y ahora que estaba al borde de la muerte sentían que no podrían decirle cuanto la quieren.

El siguiente en despertar fue Adán, al ser joven y llevar una vida sana, su cuerpo respondió rápidamente a los tratamientos, sus niveles estaban regulándose y aunque manifestaba dolor en cada parte de su cuerpo, sus ojos sonreían, su hermano lloró junto a los padres de ambos cuando el médico anunció que había reaccionado.

70 horas después de haber salido del quirófano, Gaspar aún con los ojos cerrados dijo:




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