[El día de la boda amaneció con un clima magnífico, muy propicio para el evento que se celebraría, se encontraban en la suite del hotel donde se efectuaría el brindis y la fiesta porque la familia de las hermanas Dafne y Dania eran realmente fiesteros.
El acto civil se efectuaría en la terraza del hotel que había sido hermosamente decorada, a las 12 del mediodía en punto tres guapos hombres esperaban a sus prometidas, ellas llegaron radiantes, habían decidido vestirse igual, pero en diferentes y suaves colores.
El oficiante inició la ceremonia, expresó sabias palabras referente a la convivencia en pareja, les manifestó sus mejores deseos y finalmente los pronunció casados ante la Ley.
Hicieron un brindis, en la misma terraza se sirvió un almuerzo tipo buffet, muy variado y exquisito, acompañado de una selección de vinos traídos especialmente de Verona.
Dafne y Dania mantuvieron distancia de la comida, consumiendo solo pequeños bocados y tomando mucha agua, muy contrarias a Hoa que iba por su segundo plato, sus ahora esposos las miraban con recelo hasta que Lucio les preguntó ya que ni él ni Octavio las habían visto el día anterior:
–¿Tienen resaca señoras Bataglinni y Figuera?
–Dante nos llevó anoche de fiesta, quiso hacernos una despedida de solteras como cuando éramos adolescentes y nos llevaba a bailar –respondió Dafne.
–Y fue exactamente igual a esa época, solo bailamos con él –agregó Dania riendo.
–Al final terminamos borrachos y llorando porque no volveríamos a salir así –señaló Dafne.
Octavio y Lucio se rieron a carcajadas al confirmar sus sospechas. Cada uno abrazó a su chica y las besaron tiernamente. Gaspar luchaba con Hoa para que no se sirviera un tercer plato, lo que hizo que sus ojos se llenaran de lágrimas.
–Preciosa, no debes llorar por eso, has comido mucho, tienes que ir a vestirte para nuestro matrimonio eclesiástico, no soy malo contigo solo estoy cuidándote de una indigestión.
–Mira, Octavio y Lucio están besando a sus esposas y tú solo me regañas.
–¿Qué está pasando aquí? –preguntó Erika acercándose a la pareja.
–Gaspar no me deja comer, está matándome de hambre.
–Querida, ven que la estilista está buscándote –le dijo su suegra con mucha dulzura y guiñándole un ojo a su hijo, al mismo tiempo que se llevaba a Hoa con ella.]
***
[A las 7:15 de la noche se abrieron las puertas de la Iglesia para darle entrada a las tres hermosas novias de ese día, ellas sortearon el orden de su entrada y le correspondió a Dania el primer lugar, a Hoa el segundo y Dafne sería la tercera.
En el altar tres hombres guapísimos, elegantemente vestidos, enfundado cada uno en un esmoquin negro que les entallaban perfectamente y muy nerviosos, esperaban por ellas.
Dania hizo su entrada del brazo de su padre, luciendo un vestido blanco ajustado al cuerpo de corte sirena y escote corazón, cubierto con una fina capa de tela bordada de cristales austriacos y perlas, lucía etérea, se veía realmente hermosa. Una vez posicionada al lado de Octavio que la recibió con una sonrisa muy amplia en su rostro, pero con los ojos anegados de lágrimas, entró Hoa.
Gaspar contuvo la respiración al verla caminar hacia él del brazo de su padre, ella usaba un traje ajustado al cuerpo en color marfil con un diseño al frente bordado en lentejuelas, de sus caderas se desprendía una sobrefalda y complementaba con una hermosa capa bordada también, con una capucha en la parte superior cubriendo su cabeza en sustitución del tradicional velo por lo que su rostro quedaba al descubierto, el señor Smith le cedió la mano de su hija a Gaspar quien la recibió con lágrimas corriendo por sus mejillas.
Finalmente hizo su aparición Dafne del brazo de su hermano Dante, estaba preciosa en un traje blanco con un calado de flores sobre todo el vestido que era ajustado al torso, de escote cuadrado y espalda baja para luego ampliarse en una falda corte A, ella sonreía ampliamente sin despegar la mirada de Lucio quien la esperaba ansioso y con sus ojos llorosos también.
Se estaba desarrollando una hermosa ceremonia, las palabras del sacerdote calaban en ellos, cada pareja tenía sus manos unidas y se daban miradas llenas de amor, llegó el momento de intercambiar anillos y fue gracioso porque Gaspar al ser padrino de Lucio debió aproximarse a él para entregarle los anillos.
Luego Octavio hizo lo mismo con Gaspar ya que era su padrino y Lucio se acercó a Octavio porque era el padrino de su boda, entre risas se movían de una pareja a otra haciendo reír también a todos los presentes.
Cada uno de los novios tenía palabras adicionales para su amada y Lucio fue el primero, seguido de Gaspar y al final Octavio, todos en general se conmovieron con las hermosas palabras que cada uno le dedicó a su esposa.]
VOTOS DE LUCIO:
“Dafne, desde que te vi por primera vez mi corazón te pertenece, eres todo lo que pude imaginar o soñar alguna vez, quiero dedicar el resto de mi vida a tu felicidad, deseo darte muchos motivos para sonreír, crearte recuerdos alegres, llenar tu vida de amor, besarte cada mañana y abrazarte cada noche para soñar contigo. Te amo con cada célula de mi cuerpo y te agradezco infinitamente el que hoy me aceptes como tu esposo ante Dios.”
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Editado: 22.05.2024