Son pasadas las tres de la tarde cunado papá y mamá regresan con nosotras y ven que estamos acompañadas. Papá nos mira, de hecho creo que mira a nuestro acompañante, Clarissa sigue riendo de algo que dice y noto como papá mira mi mano esta entrelazada con la de él. Sonrío al notarlo, pero no quito mi mano de la de él.
No hay nada que ocultar o que decir.
Lo saludo con mi mano libre y con ese movimiento hago que tanto mi hermana como chico Brown dejan de hablar y prestan atención a lo que hago.
─Hola papá ─le digo─¿y mamá?
Él termina de acercarse y cuando se encuentra en frente de los tres es cuando comienza a hablar.
─Fue un momento al sanitario ─responde a mi pregunta ─, así que dime…
─¿Sí? ─digo
─¿Quién es el acompañante? ─pregunta mientras noto como su mirada lo escruta sin pena alguna.
─Papá…
─Me llamo Tobías Brown ─me interrumpe─, soy a quien asesora su hija por las tardes y también soy su amigo.
Eso ultimo hace que lo mire y que él sonría.
─Papá, ya puedes dejar de mirarlo de esa forma ─esa es la voz de Clarifea y hace que hacia otro lado para evitar reír ─es raro y te vez mal.
Papá frunce el ceño y dirige su mirada hacia ella antes de sentir como su mirada se posa en mí y aunque no quiero voltear se que debo de hacerlo.
─Parece que la lengua te la comió el ratón ─me dice y eso hace que ría y que niegue con la cabeza ─. Me dirás porque mi niña se encuentra tomada de la mano de un muchacho.
─¿Es necesario? ─pregunto volteando a verlo. El sol pega justo en mi rostro por lo que tomo los lentes de sol que mantengo en mi cabeza y los pongo en mis ojos.
Papá asiente y yo suelto el aire que no sabia que no sabia que estaba reteniendo. Esto es tan horrorosamente cliché que inmediatamente mi ceño se frunce por lo estúpida que me parece la escena y el suspiro inesperado que resulta que he soltado.
Maldita sea, no quiero que mi vida se vuelva cliché.
Miro nuestras manos y vuelvo a darme cuenta de que en ningún momento nos soltamos de las manos.
─Bueno ya te lo dijo él ─ comienzo a hablar ─, soy quien lo asesora para su examen de admisión en el Crhistie Moore High y... ya no tengo porque darte más explicaciones papá.
Lo noto reír y eso hace lo mire mal y como era de esperarse eso lo hace reír más.
»No es honorable que un hombre se ría de una dama, ¿Lo sabes? ─le digo ─Eres realmente malo por reírte de una dama y más porque soy tu hija,
Le informo, cuando termino de hablar el me mira con el ceño fruncido y con una ceja alzada, sin embargo, yo no quito de mi rostro esa mirada llena de molestia por lo que ha hecho.
─Es una lástima pues soy tu padre ─comienza a hablar ─, por lo tanto puedo hacer lo que se me venga en gana, niña tonta.
─Lo dices para no quedar como tonto ─le informo. Clarissa jadea al escucharme hablar y yo rio por eso ─. En fin, solo puedo decirte que puedo tomar la mano de quien yo quiera, sería malo si yo lo estuviera besando y poco después bese a otro chico.
─¿Por qué tienes que ser tan Ro, Romina? ─pregunta.
─Porque así me procreaste junto con mamá ─ respondo.
Papá tose haciendo que estalle mi risa. Risa que había estado aguanto por un buen rato.
De toda esta platica lo único que se mantuvo sin ningún tipo de cambio fue que la mano de chico Brown jamás se alejó de la mía. Parece que la presencia de papá no representó razón para que se retirara de la mía.
«Interesante.»