Regla núm. 5
La escuela es la escuela, por lo que no hay necesidad de temer de que está conjugue en tu contra. En realidad teme y supera que los miedos son solo eso miedos que son falsos.
─Hola Ro ─escucho una voz masculina detrás de mi ─. ¿Podemos hablar?
Me giro y lo que veo es a un Josh algo nervioso de estar aquí, es raro, porque es la primera vez que parece estar nervioso de querer hablar conmigo. Le sonrío y le digo con la mirada que se siente en frente de mí.
─¿Por qué luces tan nervioso Josh? ─le pregunto con la naturalidad de siempre y la jovialidad que suelo tener al ser tan joven ─o pero Josh, ¿Acaso has embarazado a alguien?
Pregunto horrorizada, aunque solo pretendo que se altere un poco porque me gusta ver como su rostro de frunce de una forma muy rara y divertida.
»Solo bromeo Josh ─le aclaro ─, dime qué sucede y porque estás tan nervioso.
─Es que creo que he reprobado ─dice bastante preocupado, yo alzo una de mis cejas y dejo mi tenedor en el plato para verlo fijamente ─. ¡No me mires así Romina!, que esto que te digo es bastante grave.
─¿Pero que podrías haber reprobado, Josh? ─le pregunto ─, si tu eres una persona muy cumplida y responsable.
─Sí, per creo que esta vez no lo he sido ─dice con bastante preocupación, incluso parecería que está a punto de soltarse en llanto ─. El señor North me ha dicho que no la libraría.
Rio un poco y él me mira más, cruzo mis brazos por encima de la mesa y me hago hacia adelante.
─Tranquilo Josh, el señor North siempre es así de duro y desalentador ─le tranquilizo, extiendo una de mis manos para acariciar su mejilla y luego tomar su mano ─. Seguro que más tarde al ver tus calificaciones te das cuenta de que solo ha sido un mal comentario de parte del señor North.
─Pero..
─Pero nada, solo te estas sacando conjeturas de manera rápida ─le regaño ─. Ahora ve por algo de comida y ven a comer conmigo, que es el último día de clases de este año y quiero almorzar con mis amigos.
Veo como su rostro me dice que quiere replicar, pero mi ceja se alza y él parece entender que nada me hará cambiar de opinión por lo que pone sus ojos en blanco y se dirige hacia la barra para tomar algo de comida.
─Al fin llegas Cecilie ─le digo a mi amiga una vez que ve como se sienta en frente de mi ─, jamás pensé que Cecilie una de la chicas más puntuales tanto como Emma llegar hasta la hora del almuerzo.
─Ya, no hagas un drama ─responde seria, pero luego me sonríe ─. Además es el último día de clases.
─Lo sé, pero tú nunca llegas tarde ─le acuso apuntándole con mi tenedor ─. En fin, te miras muy hermosa.
─Gracias ─sus mejillas se ruborizan y yo ruedo los ojos.
─No pensaras hacer lo del cambio del look para el próximo semestre ¿o sí? ─le pregunto.
─¿Acaso no puedo solo arreglarme? ─parece muy a la defensiva y eso hace que la mire mal.
─Oye tranquila ─digo ─, parece que tus hormonas están disparadas y dices bobadas. Puedes hacer lo que quieras, solo estoy preguntando.
─Pues a lo mejor lo hago ─ parece a la defensiva.
─Bueno pues si lo haces o no, es tu problema amiga ─digo del mismo ─. Pero por ahora espero que dejes de ser un poco perra y dejes tu lado mordaz y me ayudes a tranquilizar un poco a Josh.
Dejo de mirarla y comienzo de nuevo a comer, sé que me mira pero no pienso mirarla de nuevo hasta que hable.
─¿Ahora te importa Josh? ─pregunta con diversión. Bien, creo que ella está muy mordaz, por lo que la miro con el ceño fruncido dejo de comer de nuevo.
─Siempre me ha importado.
─Pues no parece ─contesta a la defensiva.
No digo nada más, solo tomo mis cosas y mi bandeja y me paro de mi asiento. Ella me mira con el ceño fruncido pareciendo confundida.
─Te diré lo que parece ─ le digo con molestia notoria ─, parece que a la que no le interesa ser amable con su amigo es otra. No sé que sucede contigo hoy, pero estas especialmente insoportable el día de hoy.
─Oye Ro…
─No, oye tú ─la interrumpo ─. Deja de ser perra que yo no tengo la culpa de tu mal humor, así que cuando se te pase el desagrado ven a buscarnos.
No es necesario que vaya en busca de Josh porque ya viene para acá. Camino hacia él la distancia que lo mantiene alejado y con una mano sosteniendo mi bandeja y la otra tomando el su hombro le indico que vayamos a otro lugar.
─¿Qué ha sucedido? ─pregunta.
─Sucede que parece estar de muy mal humor ─digo, pero de manera inmediata le sonrío y le volteo a ver ─. Vamos, te presentaré alguien.
─Está bien ─asiente, no dice nada porque Josh no es de ser de muchas palabras, pero entonces está el hecho de que él se encuentra demasiado tenso por lo que me dijo, sobo uno de sus hombros con el que rodeo con mi brazo, y le sonrío tratando de tranquilizarlo.
─Vamos, te van a agradar ─le digo una vez nos encontramos cerca de la gran puerta que lleva hacia el patio del colegio.