Mamá insiste bastante en ir a dejarme a la preparatoria, dice que de todas formas le quedaba cerca de un lugar al que debe ir.
No le creo, pero nunca lograría hacer que cambiara de opinión, al llegar a la entrada ella entra con toda naturalidad, es aceptado en el colegio, debe hablar con mi profesor pero eso será hasta dentro de una hora.
Se lo dije en la mañana y confundida acepto venir.
Mientras entro a mi clase ella me sigue pero yo no voy a la clase del profesor que la cito.
- ¿Mamá, qué haces? -pregunto al ver que esta por entrar a la clase y justo en eso entra el profesor.
- Hola, señora Amey, ¿desea algo? -pregunta dejándola entrar.
Veo a Diego y me siento a su lado, me saluda con la mano y yo repito el gesto.
- Si, en realidad quería decirle algo a su grupo, no tardare mucho, ¿podría? -dice mi madre y siento mi pulso alterarse.
¿Por qué pide algo así? Además esto no tiene sentido, el profesor no puede permitirlo.
- Bueno... -la mira de pies a cabeza y cubre con su mano su anillo de matrimonio, pone una mano en la espalda baja de mi madre y la lleva hasta el centro de la sala-. Adelante, de todas formas ya hemos visto toda la materia de la semana.
Mi mamá aleja la mano del profesor apenas está en el centro de la clase y disimula su repentino desagrado, para hablar y decir lo peor que he escuchado en mi vida.
- Hola, soy la madre... -un chico la interrumpe.
- De Dora -dice y mi mamá lo mira con enojo.
Unas cuantas risas que se habían formulado de inmediatos se callan al notar lo que estaban haciendo, estúpidamente, frente a mi madre.
- ¿Disculpa? -dice mi madre cruzando sus brazos esperando que lo repita y sonríe satisfecha cuando no lo hace.
- Nada, nada, señora, lo siento -dice nervioso o asustado.
- Bien, como todas sabrán o no, hoy mi hija está cumpliendo los quince años -me señala con una gran sonrisa, escucho unas risas leves y me siento nerviosa-. Y los invito a la celebración -saca de su bolso varios sobres y empieza a entregárselos a todos-. Los esperamos -dice con una sonrisa y sale de la clase tras despedirse de mi profesor y agradecerle la ayuda.
Mis compañeros empiezan a susurrar cosas y Diego se mueve de un lado a otro en su silla viendo a todos, molesto.
- ¡Bu! -siento algo golpear en mi espalda-. Ni loca iré a tu fiesta de quinta -suspiro nerviosa.
Miro a mi lado y uno de los sobres que mi mamá ha entregado esta hecho una bola en el suelo, otra vez me tiran otros tres sobres hechos bolas y esos me dan en la cabeza.
Sabía que esto iba a pasar, cubro mi rostro con mis manos soltando aire con fuerza llena de frustración, el profesor ha empezado a copiar materia, él deja que hablemis hasta que termine de escribir.
Escucho varias risas y otros papeles, son más de cinco, perdí la cuenta.
Diego se levanta, agarra los papeles y los lanza al basurero, me mira sin expresión y sonríe luego de unos segundos.
Se pone frente a mi escritorio, se agacha apoyando sus brazos cruzados en mi mesa y apoya su barbilla en esta, aún con una sonrisa leve.
Se ve verdaderamente tierno.
- ¿Qué ocurre? -digo con una leve sonrisa por la gracia que me da al verlo de ese modo.
- Feliz cumpleaños -me dice y yo me rió leve.
- Gracias -digo feliz por su amable acto.
- ¿Quieres que te cante? -dice aún que creo que es en serio noto cierto tono de broma en su voz.
- A ver... hazlo -digo retándolo porque sabía que no lo haría.
- Feliz Cumpleaños... -su tono de voz cambio un poco, pero para bien, siguió cantando la letra de la canción y sentí mis mejillas rojas, canta bastante bien.
- Calla, calla... ya te creo -él me mira con el seño fruncido.
- Sigo sin saber tu nombre -dice-. ¿Cómo voy a terminar la canción? -dice.
- Ya sabrás tú -digo en burla levantando mis manos.
Estoy segura que nadie además de mi lo ha escuchado, el resto está en su mundo y considero que lo que él ha hecho es un regalo.
- Eres una grosera, ¿lo sabías? -dice y yo sonrió sin mostrar los dientes-. ¿Voy con ropa casual o con un traje? -dice.
- ¿De qué hablas? -digo.
- Para tu fiesta -dice como si fuese lo más obvio del mundo-. La cual es... -abre el sobre que se la sido entregado y lee-. A las seis de la tarde, salimos temprano podre ponerme hermoso -dice y me rió seguida de Diego.
- ¿Iras? -pregunto y se sienta en su lugar, que está a mi lado.
- Claro, no tengo nada que hacer en casa, ayer me tocaban todos los deberes y están hechos.
- Oh, bueno... no esperes mucho, haré una baile con dos de mis primas pero estoy nervios y usar tacones no me ayudara -dije moviendo mis pulgares incomoda.
- Tranquila, yo tampoco sé bailar. Oye... -dice.
Esta más relajado que ayer.
- ¿Uh? -lo veo mientras me da tres de mis cuadernos que le preste ayer para copiar la materia.
- Gracias, ya lo he copiado todo, es bueno que apenas estén empezando el periodo -dice mientras guardo los cuadernos-. ¿Crees que pueda llevar a alguien más a la fiesta?
- Oh claro, por mi no hay problema, no creo estar pendiente de lo que pase en el lugar de todos modos -respondo apenada.