EPISODIO 13 - Pelirroja
—Mi amor, a comer —llamo a mi hija, la cual viene corriendo entusiasmada por la comida que tiene frente a sí. Son hamburguesitas acompañadas por dedos de zanahoria.
—Papi, ¿Qué es eso velde? —pregunta con la cara arrugada.
—Eso es brócoli mi amor, comete uno solito —le digo mientras me apoyo de la encimera para colocar el pañuelo de cocina en mi hombro.
—Pelo papi, lo velde no es comida —agrega con cara de circunstancia.
—¿Quién te dijo que no es comida? Claro que lo es —llevo un pedazo a mi boca y lo mastico para que ella me vea—. Ves, si es comida y uhmm sabe muy rico.
—Tú a mí no me engañas, eso no sabe lico. Palece un estlaleteste.
—Extraterrestre y no… tienes razón no sabe rico pero te ayuda a crecer sana y fuerte. Te da el súper poder de no enfermarte ¿Qué te parece ahora?
—Plobale pelo solo un poquito —toma un pequeño pedazo de brócoli y lo lleva a labios. Al instante de llevar aquel alimento a su boca, sus ojos se tornaron llorosos y empieza a hacer arcadas para vomitar.
—Epale, échalo en mi mano. Vamos escupe mi amor. No tienes que comerlo sino te gusta —extiendo mi mano veloz hacia ella, quien no tarda de dejar aquel alimento machacado y lleno de babas en mi mano. —Toma un poco de agua y comete tu rica hamburguesa. Cuando termines de comer, quiero hablar algo importante contigo.
Ella solo asiente mientras lleva con entusiasmo la comida a su boca. Su cuerpo emite un pequeño bailecito que me confirma que le gusta.
Yo me dedico a ordenar la cocina y planear que es lo que llevara mañana a la guardería.
—¿Cómo te fue en tu primer día? —pregunto atento mirando sus reacciones.
—Bien, ¡hice muchos amiguitos! —jadea feliz.
—Qué bueno mi santa. ¿Y la maestra que tal?
—Ella es cool papi, se sabe las canciones de Frozel. ¡Las cantamos juntos todos! E hice el papel de Ana —puedo ver la felicidad latente en sus facciones así que ya sé que le ira muy bien, no hay nada de que preocuparme.
—Eso mi amor, me alegro mucho. Anda a lavarte los dientes. Te espero en el sofá —le indico mientras yo me acuesto tendido en el acolchado mueble de la sala.
Poco a poco me voy quedado dormido entre la comodidad y lo suave del aquella superficie, mi cuerpo se relaja y poco a poco me voy adentrando al mundo de los sueños.
Narración especial; LUCILLE THOMAS
Voy al baño a lavarme los dientes tal como me dijo mi papi. Abro la puerta y el baño esta oscuro.
¡No me gusta la oscuridad! Así que dejo mi cuerpo afuera y extiendo mi brazo gasta tocar la cosa que prende la luz y cuando lo hago no tardo nada en presionar y ¡PUM! Llega la luz.
Como me enseño papi, coloco el banco frente al lavamanos y me subo en el para tomar mi cepillo y la pasta.
Empiezo a cepillar mis dientes recordando la canción que aprendimos juntos;
♪Cepillarse, cepillarse, es muy importante.
Cepillarse, cepillarse, vuelve los dientes como diamante.
Me cepillo arriba, me cepillo abajo, a un lado y al otro lado.
Y mientras lo hago las bacterias me dicen ¡chao! ♪
Escupo las burbujitas que salen de mi boca y le digo adiosito a las bacterias con mis manos.
Al terminar, enjuago mi boca y salgo apresurada del baño.
¿Qué me dirá? Me siento curiosa y aunque no sé qué significa esa palabra, papi siempre me lo dice cuando me siento así.
Llego corriendo hasta su lado y cuando me doy cuenta, esta dormidito con la boca abierta.
Suelto una risilla que tapo con mis manos mientras voy a mi cuarto a buscar una mantita para él.
La extiendo sobre el para que no tenga frio ¡él hace lo mismo conmigo!
Pero al sentir el tacto se despierta y me mira con una sonrisa.
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Editado: 10.10.2021