Alán.
—Alán, escuché que abandonaste el campo de batalla.
Coloque mis ojos en Sinclair y no dude en darle una pequeña sonrisa.
—Yo no he abandonado el campo de batalla y no lo haré nunca.
Sinclair tomó asiento a mi lado mientras su rostro mostraba cierta incertidumbre.
—Pero tú…
—Se lo que hice Sinclair, no tienes que recordármelo.
—¿Qué tienes planeado hacer?
Mis iris se clavaron en él..
—Es una sorpresa Sinclair. Así que no saldrá absolutamente nada de mis labios.
—Le dire Ayleen que su “última cena” solo fue una tetra de tu parte para tener un momento a solas con ella. Y además le confesare que tienes planeado rap…
Antes de que Sinclair pudiera terminar sud palabras escuché el timbre de mi casa.
—Salvado por la campana. -acote mientras me colocaba sobre mis pies. —Si no me equivoco ha de ser esa molestosa mujer así que escóndete Sinclair.
—¡A mi no me mandas Montero…!
—Si no me quieres obedecer, entonces yo colocare mis nalgas en el sofá y enviaré tu dichoso plan a la mierda. ¿Cómo lo vez?
Alán Sinclair suspiro antes de colocarse sobre sus pies.
—Cuando te lo propones puedes ser muy molestoso Montero.
—De nada Sinclair.
Tras estas palabras le brinde una pequeña sonrisa.
—Ganas desaparecerte no me faltan.
—Cuando gustes puedes hacerlo, Sinclair.
Él antes de marcharse me brindo una mirada fulminante.
Tras negar varias veces me encamine hacia la puerta.
Y justamente antes de abrir le pedí al señor que me ayudara para salir de Casidi lo más rápido que se pueda.
Porque si no salía de ella en dos semanas juro me volvería totalmente loco.
Con desgana gire el pomo de la puerta, y con más desgana abrí la puerta.
—¡Alán, mi amor…!
Jesús, María y José.
¿¡Qué hecho para merecer a esta mujer!?
Bueno… retrocediendo en el tiempo, creo que he dañado lo suficientemente a las mujeres que amo. Así que tengo muy merecido lo que me esta pasando.
—Casidi.…
—Gracias por elegirme a mi, Alán. Gracias por anteponer lo que sentimos.
Ella tras verbalizar estas palabras se lanzó a mis brazos.
—Te amo tanto, cariño.
Es una verdadera lástima por ella, porque a la única mujer que habita y habitará siempre es Ayleen Salvatierra.
—Te llame porque tengo que decirte algo muy importante.
Casidi asintió sin dejar de abrazame.
—Puedes decirme lo que quieras, amor.
Contuve el deseo de vomitar tras escuchar esas palabras salir de la boca de ella.
—¿Puedo vivir contigo?
Casidi abrió los ojos como platos y soltó un gran grito de emoción.
—Si, si. ¡Mil veces sí…!
Trate de sonreir para pareciera más creíble.
—Me encantaría que vivieras conmigo, cariño. -Casidi dejo un beso en mi mejilla tras estas palabras. —Sabia que me elegirías a mi, Alán.
¿Elegirte? ¡Ja! ¡Nunca…!
—Tu eres la mujer perfecta para mi, Casidi. Te elegiría a ti mil veces.
A ella parecieron gustarle mis palabras porque me abrazó con fuerza.
—¿Cuando iras a nuestra casa?
—¿Se puede hoy mismo?
—Claro, cariño. Si quieres te puedo ayudar a empacar.
—Ya tengo todo listo mi amor.
Casidi abrió su boca en una perfecta o.
—¿Me acabas de llamar amor?
Asentí.
—¡Oh, Dios…! Pellizcarme porque creo que estoy soñando.
—No estas soñando preciosa. Porque soy tan real como el amor que siento por tí.
—Te amo, te amo.
—Yo también te amo -susurre en su oído. Y como era de esperar Casidi suspiro totalmente embriagada por mis palabras. —Te amo.
Casidi sonrió mostrando sus perfectos dientes. Y yo también lo hice, pero no forma honesta.
“Caíste, Casidi. Caíste en tu propia trampa.”
Pense mientras la abrazaba.
—¿Qué pasara con Ayleen?
—Ella ya no existe para mi, entiende de una vez por todas que solo tengo ojos para tí Casidi, solo existes tú, solo tú.
Los ojos de ella brillaron con gran intensidad.
—¿Y tus hijos?
—Para mi solo existe nuestra hija Casidi.
—¿Eso quiere decir que no los quieres?
Con gran pesar asentí, porque no podía dejar de hacerlo si quiero salir de ella de una vez por todas.
—¿Qué parte de que dolo existen Alana y tú en mi mundo no entiendes?
—Yo… desde hace dos años he anhelado escucharte decir esas palabras. Y ahora que las dices no se ni que pensar.
—No le des tantas vueltas cariño. ¿O es que no crees en mis palabras?
Casidi negó.
—Creo en tí, mi amor. Creo en tí.
—Entonces olvidate de las dudas y centrate en el amor tna inmenso que siento por tí.
—Me haces la mujer más feliz de este mundo Alán.
Casidi se coloco de puntas para besarme, pero yo gire levemente mi cara.
—¿Por qué no quieres que te besé?
—Muero por besarte, pero si lo hago no podre parar hasta tenerte totalmente desnuda en mi cama Casidi. -ella soltó un pequeño suspiro. —Eres una tentación para. Y si tomó un beso de tí no podré detenerme. Así que es mejor dejarlo para cuando estemos en nuestro hogar, y en la que será nuestro nido de amor.
—Te prepare una gran sorpresa esta noche cariño.
—Muero por ver esa sorpresa, cariño.
Casidi sonrió, pero poco a poco la sonrisa que tenía se fue desvaneciendo.
—¿Qué pasa cariño?
—Creí ver alguien.
Luche por no soltar una gran carcajada.
Pobre de ella, porque hoy empieza la misión acabar con Casidi.
—Solo son imaginaciones cariño.
Casidi asintió. Y yo la atraje hacia mi pecho, par abrazarla.
—Nadie podra tocarte si yo estoy a tu lado.
(***)
Después del teatro que monte con Casidi, me cambie de ropa y emprendí camino hacia la empresa. Y en esta ocasión Alana me acompaña.
Bese la cabeza de Alana en el momento en que coloque mis pies en la recepción de la empresa.
Y esto logró causar un revuelo entre las feminas de la recepción.
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Editado: 20.08.2024