❀ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴄᴜᴀᴛʀᴏ❀

❝¿ᴇsᴏs sᴏɴ ᴄᴇʟᴏs?❞

—¿Podrías por favor dejar de maltratar la masa?— susurró Haneul conteniendo su risa.

Era la primera vez que veía a Dulce actuar de esa manera, pero también conocía lo que sucedía en su interior, ella había pasado por un pequeña decepción amorosa tan solo hace unas semanas, aunque no fue nada grave ella estaba muy emocionada por estar con su amor de la infancia, pero no todo siempre resulta como queremos ¿No es así? 

Haneul no querría que su amiga estuviese tan molesta, a ella no le lucía estar furiosa, su nariz estaba arrugada lo que la hacía ver tierna, pero no quería que sus deliciosas recetas se vieran estropeadas a causa de un chico malo que estaba jugando con su amiguita, así que se armó de valor y fue en busca del molesto Yoongi.

Al acercarse al lugar vio a la famosa chica de espaldas, estaba tomando a Yoongi de las manos, Haneul se acercó hecha una furia hasta que observó el rostro de la señora, una señora, ella contuvo la risa y resopló ¡¿Tanto lío por un pequeño malentendido?! la linda rubia no sabía si debería ir en busca de Dulce y decirle su descubrimiento o si dejar que ellos mismos se arreglen, pero la mano levantada de Yoongi hizo que ella tuviera que acercarse para tomar un nuevo pedido.

—¿En qué puedo ayudarles?— hizo una reverencia para comenzar a tomar el pedido.

—¿Has visto a Dulce? Ella no aparece por aquí desde hace un buen tiempo— preguntó el pelinegro empujando a Haneul a intervenir como buena amiga que era.

—Ella está en la cocina maltratando la masa ¿Necesitas que le dé algún mensaje?— le devolvió la pregunta.

—Creo que lo mejor es que vaya yo mismo por ella ¿Puedo?— Yoongi se colocó de pie.

Haneul lanzó un suspiro bastante aliviado y le indicó la dirección, Yoongi no había llegado a entrar a la cocina de la cafetería, Dulce decía que era mejor que se mantuviera del otro lado, para evitar tontos rumores de parte de los clientes y problemas con el sistema de higiene del lugar, esa era una de las normas, pero por esta vez Yoongi las tendría que romper para solucionar las cosas con la pequeña y tierna Dulce.

—¿Se puede?— preguntó en un dulce tono de voz.

—No— respondió Dulce de manera cortante.

El mayor pudo identificar a la distancia uno de los lindos pucheros de Dulce y su nariz fruncida, ella no quería estar enojada con Yoongi, pero tampoco quería verlo y hablar  con él en esa ocasión.

—Necesito decirte algo— susurró Yoongi acercándose a ella y quedando a unos pasos de distancia.

—No quiero escucharlo, así que por favor, salga de la cocina— respondió sin dirigirle la mirada.

—Quería presentarte a alguien, pero ya que te estás comportando como una niña pequeña tendré que usar la fuerza bruta— dijo para acercarse a Dulce y llevarla sobre sus hombros hasta dónde se encontraba su mamá.

Dulce manoteó y golpeó a Yoongi durante todo el camino, hasta que llegaron al lugar, al bajarla ella pudo ver a la señora Min la cual la esperaba junto a Haneul, cabe mencionar que Haneul le hacía señas a su amiga para que no fuese a decir nada descabellado.

—Buenas tardes señora— dijo Dulce haciendo una reverencia y sonriendo un poco —¿En qué podemos ayudarle?— preguntó pensando que era un nuevo cliente.

—Ella es mi madre— añadió rápidamente Yoongi, para justificar lo que había pasado con anterioridad.

—Mucho gusto, señora— hizo nuevamente una reverencia mientras observaba a Yoongi de reojo, ella aún estaba molesta, pero no podía mostrar malos modales frente a una persona mayor.

Todos tomaron asiento y comenzaron a conversar, pero Dulce no quería estar ahí, ella quería continuar golpeado la masa mientras imaginaba que era el rostro de Yoongi, aunque por otro lado, ella estaba felíz de que fuera su madre y no alguién más, quizá sólo por esta vez podría dejar sus diferencias a un lado.

La señora Min era una mujer demasiado dulce justo como Dulce, no era extraño que se hicieran tan cercanas en ese corto espacio de tiempo, considerando la falta que le hacía a Dulce tener una figura materna cerca y lo mucho que la señora Min había soñado con tener una niña.

—¿Me disculpas por lo de hace rato?— susurró Yoongi mientras Haneul y la señora Min estaban conversando.

—¿Debería hacerlo? ¿Por qué lo hiciste?— lo miró de reojo.

—Quería saber cuál era tu reacción y exageré un poquito, por favor ¿Me disculpas? ¿Si?— hizo un pucherito mientras rogaba por el perdón de Dulce.

Ella quería perdonarlo, pero a su vez quería tomarle del pelo por haberle hecho esa clase de molesta broma.

—No estoy segura ¿Que ganaré por hacerlo?— lo miró directo a los ojos sin ninguna expresión, lo cual preocupó demasiado al mayor, nunca había visto el rostro de Dulce completamente inexpresivo ¿Y si no llegaba a perdonarlo? ¿Había hecho algo tan grave para que ella le negara su perdón? el joven se había perdido en sus pensamientos que tardó demasiado en responder a la chica, le preocupaba que ella decidiera no volverle a hablar en su vida, eso lo hizo entristecer un poco.