Negué repetidamente con la cabeza, mi hermana pasó de una hermosa cara inocente dirigida al chico de ojos azules, a una de preocupación.
Porque yo sabía que le estaba insinuando al acosador que me invitara.
-No. Lo siento Lou pero ya tienes la edad suficiente para ser independiente- me giré en dirección opuesta y comencé a dar zancadas hacia la vía principal- de todas formas tengo muchas cosas que hacer.
Claro, claro, eso era lo que yo decía frente a ellos, y si bien aún no había planeado nada para la noche, no quería decir que no podía comprar un buen libro, pedir servicio de chocolate a la habitación y tener una noche placentera.
Me faltaban unos cuantos metros para perderlos de vista al girar, cuando noté que ponían una mano sobre mi hombro.
-No Lou- prácticamente grité al tiempo que me zafaba de su agarre- no tienes por qué hacerme esto- aceleré mis pasos- el hecho de que prefiera un libro a una cita y que no haya salido con algún chico durante ya bastante tiempo no quiere decir que tenéis que sobornar a un chico guapo por mí; y aun así estoy completamente segura de que preferiría mil veces una cita a ciegas con alguien desagradable que una conmigo- me detuve en seco para darle énfasis a lo que acababa de decir, y que mi hermana entendiera que no tenía ninguna posibilidad de convencerme.
Pero cuando grité, no tenía idea de que no era mi hermana quien me seguía sino el chico odioso de ojos azules.
¡Ay por Dios! ¿Por qué a mí? ¿Eh?
¿Qué hacía yo para merecer esto?
Él se quedó mirándome con expresión seria, obviamente tuve que alzar un poco más de lo acostumbrado mi cabeza para poder verle el rostro; el puto debía medir sus 1,80 a 85, y una enana como yo, con apenas 1,70 de estatura debía parecer una niña mirando a su padre.
-No me gustan las citas a ciegas- la verdad no esperaba que me dijera eso; repentinamente tenía ganas de echarme a reír a carcajadas. Sí, bueno, a veces mi comportamiento no era el más adecuado para una señorita de 24 añitos. Mi silencio lo alentó a que siguiera con su oración- entiendo perfectamente que mi actitud no fue lo que se esperaba ante una señorita como usted- nuevamente quería partirme de la risa- y lamento mi mal carácter- su expresión se suavizó, pero noté que ese era el típico discurso que se recitaba para pedir disculpas.
-Estoy 100% segura de que no le es incómodo su carácter- su estupefacción al interrumpirlo me permitió contemplar con más claridad sus rasgos físicos. Pude observar las líneas de tinta que marcaban su piel con mayor detalle, al menos las que se dejaban ver; el chico se recompuso y con una sonrisa pícara continuó.
-Tiene razón. Pero eso no deja de lado el hecho de que fui grosero, no debí acercarme de esa manera a usted… es un error muy común en mi- revoleé los ojos pensando en el número de chicas con el que probablemente habría funcionado tal truco- me gustaría compensarlo- agregó él acercándose demasiado a mí y susurrando las palabras en mi oído.
Eso lo había hecho a propósito. Lo miré con perplejidad sin tener tiempo siquiera de enojarme, y entonces él se postró de rodillas ante mí- madeimoselle ¿me harías el honor de aceptar una invitación a ir a cenar conmigo?- ésta vez pude observarlo de arriba hacia abajo, el sol iluminaba una parte de su cara tocando la blanca y limpia piel que poseía ese tipo; tuvo la decencia de parecer genuinamente interesado.
Yo no sabía qué hacer, nunca en mi vida había un chico hecho algo similar para invitarme a salir. Aunque para ser sincera creo que hasta el momento nadie me había invitado a salir.
-Yo…- a ver Jude, respira. Pude apreciar al mirar hacia los lados que varias personas se detenían a observar la escena, algunas chicas suspiraban con emoción casi como si quisieran estar en mi lugar y la gente mayor miraba con ternura el acto de caballerosidad de aquel chico. Tenía que decir que no, no podía aceptar su propuesta, mi hermana no se podía salir con la suya- no tienes por qué hacer esto- susurré mientras me inclinaba para ayudarlo a levantar- mi hermana no estaba hablando en serio.
-Yo no le estoy haciendo ningún favor a tu hermana- dijo él levantándose, la gente para mi total alivio empezó a dispersarse.
-Bien, sea por el motivo que sea, no voy a aceptar.
-Y yo me negaré a recibir tal respuesta, quiero disculparme- nuevamente el espacio personal pareció no importarle porque estuvo junto a mi hablándome bastante cerca de mi rostro nuevamente- quiero mostrarte que no soy tan malo como parezco.
-Puede que deba aclararte que yo si soy lo que parezco- aleluya, al fin había recobrado mi reputación. Me separé de él de manera un tanto brusca.
-¿Malgeniada, antipática, irritante, dando tu opinión y desprecio abiertamente sin importar las consecuencias?- preguntó él acomodando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja; palmeé su mano retirándola de mi rostro.
-Es bueno saber que soy un libro abierto, estaba empezando a creer que mi actitud expresaba necesidad de compañía- él sonrió como si esperara esa respuesta de mi parte.