Leah
-Yo…- las palabras no pueden salir de mis labios, mi mente queda totalmente en blanco y el miedo de haber arruinado todo, el primer día, me domina. Aclaro mi garganta y finalmente, mis labios pueden pronunciar las siguientes palabras. –Hace un año, en el desfile de Industrias Scott- respondo.
-Oh, ¿eras una de las modelos? Tengo una muy mala memoria, apenas y puedo recordar lo que hice la semana pasada. ¿Así que allí te conocí? Es realmente una sorpresa recordar tu rostro si ha pasado todo este tiempo- exhalo el aire que había estado reteniendo en mis pulmones. –Supongo que es porque un rostro hermoso es difícil de olvidar- siento mis orejas sonrojándose ante sus palabras.
-¡Todos prepárense!- escucho el grito del director y respiro profundamente, Christopher se acerca un poco más a mí, pasa su brazo por mis hombros. -¡Acción!- recuesto mi cabeza sobre su hombro y respiro su perfuma, mi vista se centra al frente, mirando el televisor.
Christopher comienza a acariciar mi cabello y cierro mis ojos acerca su rostro al mío y junta nuestras narices, contengo mi respiración al sentir el calor de su cuerpo. Me aseguro de mantener mi rostro libre de cualquier expresión que muestre lo que me provocaba estar tan cerca de él. Pasan unos segundos más antes de que pueda sentir sus labios sobre mi frente. Sonrío recordando el libreto y cuento hasta diez.
-¡Corte!- Christopher se separa de mí y entonces puedo volver a respirar.
Respiro profundamente y evito la mirada del chico. Estaba tan cerca de mí, que era muy probable que pudiera escuchar los latidos desenfrenados de mi corazón, el simple hecho de existiera esa posibilidad, me ponía aún más nerviosa.
-¿Ashley, te encuentras bien?- escucho su ronca voz y sólo puedo asentir.
Observo mis piernas, que parecían más interesantes que cualquier otra cosa en la habitación. Escucho las voces a lo lejos, pero me concentro en lograr estabilizar mi respiración, todo era una actuación, nada de esto es real. A pesar de que sabía eso con certeza, no podía dejar de desear que fuera real. Realmente debería parecer una fan loca, ¿cómo era posible que en mis 18 años nunca alguien llamó mi atención, pero él hace un año me cautivó por completo? Sólo lo vi una vez.
-Ashley y Christopher, ¿pueden acercarse, por favor?- escucho el llamado del director y me pongo en pie.
Camino sintiendo la presencia del chico castaño a mi lado hasta detenerme a un metro del director. Era un señor un poco viejo, probablemente tenía alrededor de 50 años, su acento era extranjero, pero según había escuchado, era mexicano.
-Hemos estado revisando la escena de la cocina, creemos que le falta algo más así que pensamos en agregar un beso, es algo repentino y lo haremos si ustedes desean, pero la escena quedaría más completa- el calor sube y se posa en mis oídos.
-Por mí no hay ningún problema- responde Christopher y todas las miradas se centran en mí, aclaro mi garganta y respondo.
-Ta-tampoco tengo problema con ello- cierro mis ojos al escuchar mi voz tartamudear.
-Entonces será después del abrazo. En caso de que la escena no sea lo planeado, lo repetiremos hasta que se vea perfecto- asiento y después comienzo a prepararme para la siguiente secuencia de escenas, incluyendo el beso.
Los latidos de mi corazón que tanto me había costado tranquilizar, ahora eran un poco más veloces. La emoción de lo que pasaría recorría todo mi cuerpo, sería un sueño hecho realidad, pero nada de lo que sucediera aquí era real. Todo era una simple actuación.
-¡Luces!- respiro profundamente mientras me coloco en la encimera. -¡Cámara! ¡Acción!- observo los movimientos de Christopher con una sonrisa, se encuentra “cocinando”, mezcla la comida que estaba en el sartén antes de que comencemos a reír.
Cubro mis labios mientras río, siguiendo el libreto. Christopher se acerca a mí con una cucharada de la comida del sartén, abro mis labios mientras observo su rostro, acerca la cuchara a mis labios y sonrío luego de comerla, era un poco de camarón “a la diabla”, estaba acostumbrada al sabor del chile, ya sea por la comida mexicana o por la coreana, sin embargo, los mariscos no eran de mis comidas favoritas. Mantengo una sonrisa suave en mi rostro centrándome en que luciera lo más natural posible, a pesar de que era extraño, me era más sencillo sonreír frente a Christopher.
Veo como apaga la estufa y se acerca a mí, acaricia mi cabello y luego sus brazos me rodean. Oculto la mitad de mi rostro entre su cuello y respiro su perfume, lo abrazo devuelta. Acaricio su espalda lentamente, disfrutando del abrazo y siento sus labios posarse en mi mejilla. Nos separamos lentamente y acerca su rostro al mío.
Veo su rostro cerca del mío y mientras va a terminando con el espacio entre nosotros, cierro mis ojos. Su aliento choca con el mío y posa su mano sobre mi mejilla. Los latidos de mi corazón comienzan a acelerarse y entonces une nuestros labios. Me entrego totalmente a su movimiento, era mi primer beso. Sus labios eran suaves y acariciaban los míos de esa manera. Se mueve lentamente y coloco mi mano en su cuello, acercándolo a mí.
Nos separamos lentamente y abro mis ojos despacio, encontrándome con sus mirada café fija en mis ojos. Noto el leve sonrojo en sus mejillas y sonrío.