MelodÍas Del CorazÓn.

Capítulo 2

Capítulo 2

 

―Sí, debo agradecer eso, ya que te tengo junto a mí. ―dijo tratando de abrazar a su madre, pero está esquivándolo, ya que siempre alegaba que no le gustaba que la abrazaran, que para ella las muestras de cariño eran sinónimo de debilidad.

―Hermanito, hermanito … ―Salía una Rachel, al encuentro de su hermano.

―Ay mi preciosa princesa ―abrasándola, ya que Darío no compartía los mismos sentimientos.

―Sabes que acaba de salir el último video de mi cantante favorita, ay no sabes cómo canta y lo linda que es, de hecho, me voy a teñir el pelo como ella, para parecerme un poco quizás y si me quede el color.

No Rachel, ya te dije que tu tono de pelo está muy bien, no quiero que sea como esa cantante de cuarta ―dijo siendo despectiva con los gustos de su hija―. Hijo, vamos a pasar al comedor, debes tener hambre.

―Madre, déjeme platicarle a mi hermano sobre la cantante ¡Ay es que no sabes la canción nunca la había escuchado, pero es así espera! ―exclamo muy emocionada.

―Ya Rachel, deja de abrumar a tu hermano, además él no sabe nada de esa música que escuchas, dime Darío te imaginas yo pagando clases de piano, así como de violín, para que escuche música clásica y ella no para de escuchar a esa mujer. ―espeto con rabia, por los gustos de su hija.

―Ay mamá, ya te dije ella es una adolecente entiendela. ―dijo Darío tratando de sopesar la situación.

―Sí, pero digo debería de escuchar otra música, más como tú, aún recuerdo tu recital de piano y siempre escuchando música clásica. ―dijo su madre, sonriendo y caminando hacia el comedor.

―Aun la escucho, pero ella es muy diferente a mí, además los tiempos cambian. ―comento Darío ayudando a su madre como todo un caballero para que se sentara.

―Ya escuchaste mamita, mi hermano tiene razón, hermano tu que luego conoces a gente de ese medio, deberías conocerla e invitarla a salir, acaba de terminar con su novio, pobre le puso el cuerno.

―Él a ella o ella a él ―pregunto con un poco de ironía, ya que en ese medio había de todo y sobre todo se prestaba para que las personas suelan, ser infieles.

―Él a ella ¡Puedes creerlo con lo guapa que es! Pero así son esos actores que no saben valorar, cuantos no quisieran solo salir con ella, deberías de hacerlo tú, te imaginas tu saliendo con ella. ―comento Rachel muy segura que Darío podría salir con una cantante famosa.

―Bueno ya hasta me vez saliendo con ella, si ni la conozco. ―dijo sonriendo, acomodando la servilleta, para que le sirvieran la comida.

―Fácil voy por la revista y te la enseño. ―comento, tratando de levantarse para ir hasta su habitación para enseñársela a Darío.

―¡No, Rachel! Ya solo siéntate a comer anda se buena niña deja a tu hermano en paz, él no está para niñerías y tiene el tiempo contado, ya que debe regresar a trabajar. ―dijo pidiendo que sirvieran la comida.

Darío sólo vio cómo su hermana agachaba la cabeza. ―Ya linda, luego me la enseñas ―guiñándole un ojo.

―Hijo, lo que dice tu hermana tiene razón, deberías buscar a una mujer para salir, digo ya lo de Giovanna fue hace mucho, creo que es hora que rehagas tu vida, claro con una muchacha de nuestro círculo social, alguien como Sofía. Ella es una muchacha con muchísima clase, no con esas cantantes de barrio, ni con modelos de quinta, sabes lo que pienso de esas celebridades. ―dijo comenzando a comer.

―¡Mamá aun no estoy listo! Créeme aún tengo lo de Giovanna muy presente, así que, no sé hasta cuando podré hacer lo que me sugieres, solo vamos a comer y dejemos esta plática sí. ―comento con una voz apagada, por hablar de algo que le dolía.

―Está bien hijo, tienes razón solo tú sabes sobre llevar tu dolor. ― comentó Valeria, sonriéndole a su hijo.

ﷻ―ﷻ―ﷻ

El avión de Annell aterrizaba, ya la esperaba su madre con su hermano Matteo…

―Hija, por aquí ―La llamaba su madre, para que viera que la estaban esperando en el pequeño aeropuerto del lugar.

―Mamá, no sabes cómo te extrañe ―dijo Annell, muy sonriente corriendo abrazar a su madre.

―Ay hija, qué te digo, si hasta pensé que ya no te volveríamos a ver, con tanto trabajo que tienes. ―hablo Victoria su madre, que está feliz de ver a su hija.

―Sí, la verdad es que la temporada de conciertos nos fue muy bien, pero si estoy muy agotada, deseosa de descansar por lo menos unos días. ―dijo, en lo que esperaba su equipaje para irse a la casa de su madre.

―¡Hermana qué gusto! ― dijo Matteo, abrazando a Annell.

―Hey ¿Cómo estás? ―pregunto, solo viendo cuánto había crecido ya que estaba más alto de lo que recordaba―. ¡Dios creciste!

―Sí, no me iba a quedar enano para siempre y bien, pero los chicos de mi escuela no me creen que eres mi hermana, hasta se burlan de mí sobre eso. ―comento a Annell, ya que deseaba que sus amigos la conocieran.

―¡Ay hija, no le hagas caso a tu hermano! ―exclamo negando con la cabeza―. Ya sabes cómo son los adolescentes, solo quieren presumir ―dijo mirando a Matteo―. Hijo tu hermana viene a descansar y eso hará, así que deja de molestarla.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.