Colección de desnudos

Luz casi inexistente, el cuarto lleno de siluetas, piel delicada, fuertes besos, de escena en escena se genera una nueva colección, sonrisas cómplices de momentos apasionantes.

Ahora la luz es tenue y encontramos el retrato de nuestros cuerpos, un encaje graciosamente complementado, encogido en busca de calor, un brazo extendido protegiendo al amor.

Los atardeceres son grandes escenas, capturado el sol en nuestros cuerpos, el calor aumenta y aunque no me tocas el deseo es presente e incrementa a cada segundo. Cuento segundos por el momento en que vengas a mí, beses mi cuello, muerdas mis labios, y que en aquella tarde del encuentro nuestros ojos capturen de nuevo otra colección de desnudos que mantendrán a flote la pasión por el otro.