(Barranquilla, febrero 1923)
Cuán desdichado soy, cuando pensaba pasar feliz con mi ilusión querida,
Vino la ausencia a ensangrentar mi herida,
Se alejó de mi lado cuando estaba más hermosa que un ángel, más soñadora,
Que una rosa fragrante en luz bañada.
Quien fuera la luz que llega iluminando,
Su lecho perfumado de ambrosía,
Al empezar a fulgurar el día.
Y al contemplar el cielo solitario
Parecen murmurarme las estrellas: toma estos versos que os hice para ella.