Ya era el momento de salir a la luz y ningún pensamiento negativo me iba a detener. Era yo contra mis pensamientos y debilidades, ya no podía ser aquella persona débil y reprimida que en principio era, debía de tomar valor y retornar a mi sendero del cual me había alejado sin darme cuenta.
Llegaría el día en el que desearía volver a mi lugar de origen, en el que me diera cuenta de que el principal motivo de mi distancia eran mis temores, de que la vida que me esperaba sería diferente a la que ya tenía, de que el superar mis temores dependía única y exclusivamente de mí; puesto que quien se había distanciado no solo era mi cuerpo, sino también mis pensamientos. Cuanto hubiera deseado no alejarme tanto de mis seres queridos y amigos, pero la decisión que había tomado la hice porque ante mis ojos se reflejaba mucha falsedad entre muchas de las sonrisas dadas, al principio tal decisión me pareció descabellada, pero a medida que lo iba analizando me daba cuenta que fue la mejor decisión que había tomado en mi vida, y no era por el hecho de que mis seres queridos me estorbaban en mis planes así la cima, sino porque aquellos que se vestían de oveja no le aportaban nada a mi futuro proyecto de vida.
Sin lugar a duda, estar ausente durante mucho tiempo fue un proceso largo, pero necesario. Aunque todo cambio a mí alrededor, no me hacía falta aquel recuerdo de la infancia, más bien empecé a disfrutar de una nueva vida. Fue así como entendí, que mientras más recia sea la batalla, en la lucha es que se sabe el empeño y la dedicación que se tuvo para alcanzar la victoria.
Aunque mis recuerdos quisieran apoderarse de mí, la simple sintonía de un pensamiento fugas estará siempre presente en mi mente, latiendo cada vez más fuerte desde mi corazón, oprimiéndome el pecho y dejándome sin aliento.
Le he de dar la bienvenida a esa idea que puso a funcionar cada una de mis emociones, a la cual le debo el despertar de mi cuerpo inerte, quizás en otro tiempo hubiese necesitado otro camino, pero ahora me siento lo bastante fuerte para empezar a construir el mío propio, tal y como lo había soñado desde el momento que decidí ausentarme del mundo. Ya es tiempo de que despierte a un nuevo amanecer que aguarda para ver mis ojos brillar, como la luz resplandeciente de las estrellas.
Al final de todo, me di cuenta que mi cuerpo siempre estuvo presente, pero inerte en una cama, que lo único que se mantenía ausente eran mis pensamientos, que estaban vagando en el mar de la distancia, y que aquella voz que me decía “Esperamos por tu regreso”, eran mis seres queridos aguardando por mí llegada; ya que mi ausencia había sido por un accionar erróneo, que el mundo que había dejado ya era otro, y que me correspondía a mi adaptarme y construir una nueva vida en un mundo que apenas estaba conociendo.
Ver una nueva luz iluminar mi vida, hizo que mis emociones brotarán lagrimas de alegrías. Nunca perdí la esperanza de que pronto encontraría el camino correcto, solo me había detenido por un lapso de tiempo en la distancia.-
FIN....
Editado: 11.05.2018