—Se nos acabó "Cuarto Menguante" —le dijo Marcio de pronto. Ella apenas había notado que él se acercaba mientras revisaba algunas cuentas, así que cuando lo escuchó decir eso levantó la mirada. Sarenne lo observó en silencio unos segundos, ese chico tenía que estar de broma.
—¿Es en serio?
—Totalmente.
—¿Ese libro de porquería que no sirve ni para quemar?
—El mismo.
—¿Ese insulto a la literatura moderna?
—El que solo sirve para arrasar con árboles inocentes, si —contestó muy tranquilo su ayudante. Sarenne cerró su libro de cuentas y se paró a verlo muy seria.
—¿En serio la gente compra esa porquería? ¿Un romance entre un "buen vampiro" y una adolescente desabrida? ¿Pero es que esas idiotas no saben que un vampiro las destrozaría sin piedad?
—Bueno, esas "idiotas" tienen como quince años y fantasean con vampiros millonarios de Clase A.
—No, espera. Estás hablando de otra novela, en "Cuarto Menguante" el vampiro es un patético renegado de su clan. El del vampiro millonario de Clase A es "La sombra gris" —aclaró Sarenne. Lo más triste de su vida era que sabía exactamente de qué trataba cada culebrón adolescente que estaba de moda hoy en día. Y que los había leído.
—Ah si, ya lo recuerdo —respondió Marcio mientras se acomodaba un poco la camisa—. El de la bibliotecaria desabrida que de pronto tiene las mejores habilidades sexuales para complacer vampiros de mil años.
—Ugh, no me lo recuerdes que desde ese libro me han empezado a molestar. Me hicieron plantearme seriamente retirarme del negocio.
—No te lo tomes en serio, esas estupideces pasarán.
—Claro, además que "La sombra gris" no es tan malo como el de... ¿Cómo se llamaba? ¿El del psicópata que cambia de la nada?
—¿El que licua gatos?
—No los licuaba, solo los mataba y se los comía con ensalada. En fin, ¿cuál era ese libro?
—"Por amor".
—Ewwww si, ese mismo —dijo Sarenne llevándose un dedo a la boca como si fuera a vomitar.
—No seas asquerosa —le dijo Marcio con desagrado.
—Pero si ese libro es la real porquería. Una apología al abuso, una oda a la violación, normaliza la violencia de género y ha hecho que toda una generación de taradas sueñen con encontrarse a un psicópata para cambiarlo con su amor. ¿Acaso no tengo razón?
—La tienes, como siempre.
—¿Y la gente no es consciente de lo que está leyendo?
—Pues claro que si.
—¿Y entonces...?
—Es que el psicópata está bueno y es musculoso —respondió Marcio tranquilo, como que lo que acababa de decir fuera lo más normal del mundo.
—¡Por qué Oscuridad perpetua no viene a matarnos a todos de una vez! —estalló indignada la bibliotecaria—. Que para estas cosas no creo Luz eterna el mundo, si hubiera sabido mejor se quedaba en su plano tranquila sin hacer nada.
—¿Desde cuándo tan religiosa?
—Es un decir. Y pide más ejemplares de "Cuarto Menguante" que no quiero histéricas acá gritando porque no tienen su libro favorito.
—Bien, ¿puedo llevarme a Ita?
—¡Ita! ¡Ita yudar! —gritó la pequeña muñeca. Sarenne sonrió y puso la mano para que ella se suba. No sabían exactamente qué era, pero eran tan tierna que le encantaba tenerla ahí.
Hace dos días, mientras regresaba de hacer unas compras por la noche, sintió que algo o alguien la seguía. Se asustó un poco y entró rápido a casa, podía ser un vampiro. Una vez dentro se puso cómoda, y cuando salió de su habitación a la sala se le escapó un grito al ver una muñeca poseída caminando por ahí. La muñeca se asustó también y comenzó a gritar, Sarenne hasta pensó que estaba alucinando, pero al darse cuenta que esa muñeca no le iba a hacer nada y que estaba tan asustada como ella acabó acercándose.
Solo decía "Ita" y algunas palabras incompletas. La mayoría de veces Sarenne no entendía nada, pero como le parecía tan tierna se la quedó. Definitivamente era un experimento de brujas, quizá se escapó de la escuela o la soltaron. Para confirmar sus sospechas la llevó al día siguiente a la librería para que Marcio la examine, y él dijo muy seguro que "Ita" era una especie de homúnculo, aunque demasiado lista a su parecer.
Marcio no era de Etrica, él nació y se crio en Tyrynar, la zona costera al este del continente. El chico era hijo de una bruja elemental de aquakinesis, y aunque no podía practicar magia estaba bastante familiarizado con esos asuntos, después de todo había visto a su madre hacer varios hechizos. Sea lo que sea, Ita no parecía tener intención de irse, además que se veía tan linda e inocente que daba pena soltarla por ahí. No se lo pidieron, pero la pequeña los ayudó en varias cosas. Ordenó las monedas de la caja, ayudó a Marcio a poner los libros en su lugar, les alcanzaba objetos que se caían al piso, y así. ¿Quién habrá sido tan desnaturalizada para dejar en la calle a Ita? "Bueno, no importa. Ya está a salvo aquí", se dijo Sarenne. Mientras Ita ayudara en la librería pues todo bien.
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Editado: 18.01.2024