Querido amor:
Lamento tener que escribirte solo para decir adiós, mi tribulación ha podido más y no me permite continuar, ¿Por qué? Todos se deleitan en tu pasión... mientras yo desalentado... contemplo a mi corazón, solo una vez en mi vida has llegado y solo una vez... me han derrotado.
Todos hablan de lo bueno que es amar, pero no dicen que contigo también aprendemos a odiar, ¡nadie sabe lo que es amar! Hasta que comienzan a odiar, ignoramos tu valor hasta que perdemos toda tu atención... luego nos lamentamos con dolor diciendo "¡vuelve a mi por favor!".
¿Por qué abriste mi puerta sin antes preguntar?, ¿acaso di señales de tu presencia necesitar? Pudiste haber abierto su puerta primero y luego mis sentimientos aceptaría sin miedo, pero me temo que pusiste mucho empeño y en mi vida entraste... ya no tenía remedio.
Te escribo estas líneas con la intención de pronto mis dolores borrar y así dejar de agonizar, quiero decirte adiós y apenado pedirte un último favor... solo a mi puerta no vuelvas a llamar, porque ten por seguro que no querré contestar.
Te deseo lo mejor, pero no me vuelvas a molestar.