Una de las principales razones por las que uno estudia lejos de casa es para ampliar sus horizontes, conocer nuevas personas, nuevas ciudades, nuevos estilos de vida. Alejarse de aquello que se tiene en casa.
—Miren lo que arrastro la corriente. —Mencionó un joven de apariencia peculiar que se acercaba hacia mi mientras trabajaba la caja. Su piel estaba pálida, llevaba maquillaje visible, sombras para los ojos, tal vez lápiz labial, rímel. Modelaba una sonrisa encantadora y contagiosa, todo su ser emanaba una onda positiva. Caminaba con clase, como si se tratase de una duquesa. Vestía una gorra tipo boina de tono gris oscuro, sin ser negra. Su cabello era largo y caía por los costados y frente de la gorra, sus mechones de cabello formaban ligeras curvas en las puntas. Sus ojos eran color gris, no era un color común, pero no era la primera vez que lo veía en alguien. Su nariz estaba ligeramente caída, algunos dirían que es de tipo griego. Colgaba de su cuello una mascada en tonos purpura oscuros, en su pecho vestía un chaleco negro polvo sobre una camisa color hueso a puntos negros. De la cintura para abajo llevaba zapatos y un pantalón de vestir en tonos oscuros. —Blakey White. —Aquel apodo, solo había una persona en el mundo que me llamaba así.
—Paul Barret. —Sonreí. Paul era un chico que conocí en la preparatoria, cuando era tan solo un chico de la clase de arte que le interesaba la música y el teatro. Llegamos a tocar juntos un par de veces, él era muy bueno con la guitarra y la guitarra de bajo, sin embargo, donde realmente resaltaba era en sus dibujos con vibras renacentistas y pop art.
Hizo una reverencia como si se fuese parte de una corte real. —El mismísimo. —Después levantó los brazos y presumió su extravagante atuendo. —¿Qué te parece?
—Extrañamente atractivo. —No lograba reconocerle en su nuevo aspecto, en algún punto esto debió ser una revelación para muchas personas. —Odio preguntar, pero me tomó más tiempo en reconocerte con tu atuendo.
—Oh esto, esto es puro maquillaje de guerra y atuendo de combate. Hoy tengo una entrevista con una estación de radio así que me puse mi traje de diva.
—¿Entrevista? —Pregunté.
—Si, a finales de este año comenzare una gira con mi banda, vamos a recorrer varios estados, casi de costa a costa. Deberías venir a uno de nuestros conciertos guapo, daremos un concierto en Glassdrop en unas semanas, será nuestro debut “secreto” para el nuevo álbum. —Se acercó para susurrarme. —Que acá entre nos, todo mundo sospecha.
—Eso sería genial, definitivamente. —Solo había un problema, no tenía idea de cómo se llamaba su grupo. —Paul…Como decirlo. —Me interrumpió.
—Royal Muse tocara en “The Glassdrop Ballroom”, dame tu celular. —Extendió su mano, saqué torpemente mi teléfono, el entró a la aplicación de mensajes y se agregó como contacto. Antes de devolverme el celular abrió la aplicación de cámara y me dijo que posara para una foto. —Ahora saca la lengua en forma provocativa. —Lo hice y él tomó la foto. —Envíame la foto y te enviare unas entradas para el concierto. —Me devolvió el teléfono, aplaudió y froto sus manos mientras miraba el menú. —¡Ahora! La razón de que haya venido aquí. —Ordeno su café y se despidió con ademanes que simulaban a la realeza.
Casi al instante Madison se acercó a mí, su mirada era la personificación de un signo de interrogación. —¿Si le cobraste? ¿verdad?
—Carajo.
•••
No sé cuándo comenzó esta adicción a los reality show, pero sé que pronto se volvió una costumbre, en la que los jueves Daniela y yo nos tirábamos en el sillón a ver un programa de televisión que ambos encontrábamos como nuestro placer culposo, era un reality show en el que trataban de emparejar a una chica con uno de los doce posibles solteros, todos unos galanes salidos de una revista para mujeres. Ya sabes, del tipo que tu mamá se podría imaginar para ir a su lugar feliz.
Encontramos que los galanes tenían talentos ocultos, algunos eran realmente actores, otros eran músicos, algunos de ellos eran claramente homosexuales, era extraño que terminasen dentro del show, solo para terminar saliendo del closet y enamorándose entre ellos.
En este punto quedaban tres solterones, Mike, Carl y Barney. Todos increíbles, habían abandonado todo en sus vidas por amor, tenía que ser real o estaban dando la mejor actuación de sus vidas.
Daniela quien para mi sorpresa era usuaria de gafas. Se encontraba sentada sobre sus piernas, vestía una gran camiseta de una banda que aún no había escuchado. Un pants flojo. Disfrutaba de un bote de helado sabor vainilla. Yo estaba tirado a su lado bebiendo una de las horribles cervezas que Logan había comprado en la semana, aun llevaba mi uniforme, pero había remplazado el pantalón con una pijama.
—¿Quién crees que se quedé con Elena?
—Estoy entre Mike y Carl. —Limpió el helado de la cuchara con su lengua.
—¿En serio? El público claramente ama a Barney, incluso le presentó su hija a Elena, eso no lo hace cualquiera, muestra compromiso.
Ella volteó a verme como si fuese un estúpido. —Claro, como las personas super comprometidas salen con tres personas al mismo tiempo. Tal vez Barney este altamente comprometido, pero Elena no decide qué tipo de citas tener.
—Es que no puedes ser tan ilusa, la hija claramente es importante para Barney, probablemente la cosa más importante en su vida, era crucial que ella supiera en lo que se estaba metiendo. A parte, eso le gano puntos, porque Barney mostró su lado sensible, su lado estricto y su faceta de padre. No todas las personas nacen para ser padres, algunas terminan siéndolo porque no les queda de otra.