Mentiras Peligrosas

#37 Hasta que tu muerte nos separe

Trinity, 2013

Recuerdan que les dije que uno de mis amigos intento besar a mi novia. Bueno, esto fue lo que sucedió cuando lo volví a ver luego del accidente de auto.

Su puño se incrustó en mi pecho, pero no me doblego, ni siquiera sentir la magnitud de dolor que esperaba sentir. Si tuviera que definirlo diría que fue patético. Luego de que Albert lanzara el primer golpe quedo abierto para un contraataque. Saboreé su miedo, su confusión. Sensaciones que nunca había conocido dispararon mi adrenalina. Sentí como mi sonrisa se agrandó.

Cerré el puño clavando mis uñas contra la palma de mi mano. Con la mano izquierda le sujeté por el hombro y con la derecha ejecuté el golpe que pudo haber terminado con la pelea. Golpeé su estómago con tanta fuerza que perdiste el aliento y caíste doblegado al suelo. Digo pudo haber terminado porque aquel poder absoluto era tan excitante que no pude detenerme luego de un solo golpe.

Una voz en mi cabeza gritaba, es hora de mandar un mensaje. Me arrodillé frente a él y lancé el siguiente golpe. Mary intentó detenerme, pero no había fuerza en el mundo que me pudiese parar.

Ojo por ojo. Sangre por sangre.

 



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En el texto hay: vampiros, horror

Editado: 30.11.2023

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