Capítulo 4

Capítulo 4

 Vacío y encuentro
 
Esa noche prometía no terminar nunca y a Declan se le hizo interminable porque llevaba dentro de sí un vacío que no lograba explicarse. Había salido del castillo y volvía luego de algunas horas en el pueblo,  meditando y meditando sin comprender qué le sucedía.
En las afueras de la ciudad  y como soldado que iba de vez en cuando a buscar los favores de las meretrices del lugar, no deseó esta vez consumar encuentros íntimos.
Nunca se había enamorado y estas mujeres eran sólo una satisfacción efímera para él,   que luego de guerras injustas y preocupaciones,  buscaba mantener sus pensamientos fuera del castillo.
Ya no le complacían esos momentos y se sentía solo. Ese vacío era tan o más desagradable que los dichos de Sirsha,  que le daban vueltas en la cabeza sobre ser una marioneta de su tío y de no tener sangre en las venas (o al menos así lo entendía él).
Tan ensimismado estaba en sus cavilaciones que no vio cruzarse en el camino a un viejo de larga barba blanca que vestía una túnica. Casi es arrojado de  su caballo que corcoveó al mismo tiempo que de un salto se plantaba en el suelo para sacar su espada.
El viejo,  de entre medio de la oscuridad levantó su vista. Declan lo reconoció al instante y bajó la espada.
 
Viejo: Declan. Ha  llegado la hora por la que hemos estado aguardando tantos años. Es momento que cumplas con tu destino, tomes a Sirsha contigo y la lleves donde te indique. Han planeado matarla en dos días. No hay más tiempo que perder. La Luna Nueva sale dentro de unas nochess y Cronan quiere terminar con esto mucho antes. Se han acelerado los planes.
 
Declan estaba volviendo a ver a un viejo amigo que los salvaría a él y a la princesa de las peripecias que tendrían que enfrentar. Quiso mencionar el nombre del viejo, pero éste lo calló inmediatamente.
Viejo: No pronuncies mi nombre. Hay oídos por todos lados. Con sólo mencionarme Jarlath lo presentirá y estaremos perdidos.
Declan volvió a montar su caballo sintiendo en el cuerpo y en el alma la misma sensación que tuvo años atrás cuando era un niño.