Capítulo 9
En búsqueda de explicaciones
Sirsha y Declan cabalgaron toda la noche y toda la madrugada. Se detuvieron para que los caballos descansaran. Encontraron un lugar apartado a kilómetros fuera de todos los caminos. Ya no era seguro ir por ninguna senda. Así sería más difícil que los hallaran.
Sirsha estaba fuera de sí y Declan absorto en sus cavilaciones.
Sirsha: (bajándose del caballo) ¡Exijo que me expliques que está pasando!
Declan: (bajándose también del caballo pero sin mirarla). Estás cansada.
Duerme mientras vigilo.
Sirsha: (tomándolo del brazo para que la observara) ¿Cómo pretendes que descanse? De repente quieren matarme; tú me sacas del castillo sin decirme más y quieres que haga de cuenta que estás al mando.
Declan: (reprendiéndola) Estoy al mando y si no quieres morir te aconsejo que me obedezcas. Para esta hora deben haber tomado el castillo y mandado a los rebeldes a buscarnos. De seguro, también nos seguirá el rastro un Soldado de la Perdición. Esto es mucho más complicado de lo que piensas y si no llegamos pronto a Faelen, moriremos.
El discurso de Declan se volvía de pronto incomprensible para Sirsha. Faelen... Soldados de la Perdición... ¿Llegar a dónde? ¿Qué estaba pasando?
Sirsha: Te has vuelto loco, Faelen es un mito.
De repente una voz resonó en sus espaldas. Era un viejo. El mismo viejo que la noche anterior le dijo a Declan que había llegado la hora de actuar.
Viejo: (Apareciendo por sus espaldas) No, Sirsha. Faelen existe. Más que tú y que yo.
Sirsha: (volteándose asustada) ¿Quién es usted?
Viejo: (mirándola con la paz de haberla encontrado) Soy Aodhan y te estaba esperando.
Editado: 16.09.2020