La luz de la ventana de mi habitación comenzó a dar en mi rostro haciendo que me levantara. Eso sería verdad si esto fuese una hermosa obra literaria. El despertador sonaba como loco mientras mi cara tocaba mi almohada mojada por la baba que salió de mi boca por la noche, mi barbilla se encontraba mojada por la misma razón que la almohada y la ventana del cuarto que se encontraba sobre mí se estaba abierta. Para mi buena suerte comenzó a llover y la transformación no se hizo esperar.
-Odio los miércoles - hablé en voz baja mientras apagaba la alarma y cerraba la ventana con mis poderes.
Subí la cobija que me tapaba, hasta mi cuello.
-Pequeña levántate - dijo mi hermano entrando a mi cuarto. Esto es malo.
-Drake ¿Qué haces en la habitación de tu hermana adolescente un miércoles por la mañana? - pregunté un tanto asustada.
-¡Despierta ya! - gritó para tratar de quitarme la cobija.
-No lo hare. ¡mamá! - contesté lo más alto que pude para que ella me pudiese escuchar.
-Niños dejen de pelear - dijo mi madre mientras pasaba por mi habitación con una cesta de ropa sucia.
Alcé un poco la cobija del borde de la cama con magia haciendo que la punta de mi cola se viera, con el mismo poder hice que mi madre viera la situación. En cuanto vio que mi hermano me quería quitar la cobija y mi cola estaba presente soltó la cesta de ropa haciendo que esta se regara por todo el pasillo.
-Drake querido ayúdame a preparar el desayuno - dijo mi madre jalándolo del brazo.
-Pero mamá - se quejó a lo que ella contestó con una mirada de odio y desesperación - está bien ya voy. Drake se levantó de la cama y ambos salieron de mi habitación dejando la puerta abierta.
-¡Jane Rixton! - Grité el nombre de mi madre. Ella regresó con una risa tonta y cerró la puerta.
Quite la cobija de encima mío y comenzó a secar la poca agua que me quedaba. Perfecto, me metí a bañar, seque mi cola y me vestí para la escuela con una blusa color rosa, un pantalón de mezclilla y unos zapatos de piso color dorado. Agregué mi collar dejándolo por encima de mi blusa, pase mi pelo a mi lado izquierdo para acomodar mejor mi gorro de lana color gris ya que ya comenzaba a hacer frio. Tomé mi chaqueta de cuero y salí de la habitación, bajé las escaleras y me encontré con mi madre en la cocina y mi hermano en la barra. Saludé a ambos y me coloqué junto a mi hermano en la barra para desayunar. Todo el rato nos la pasamos bromeando como siempre, la bocina de un auto sonó afuera de la casa. Dylan. Después de una pelea por ver a quien en realidad estaban buscando, le dimos una mordida a nuestro pan tostado, tomamos nuestra chaqueta y nuestra mochila y los dos salimos de la casa al mismo tiempo. Peleamos de nuevo hablando a la vez, era frustrante, nos recordaba que habíamos pasado mucho tiempo de niños y ahora nuestro carácter era similar. Pude ver el carro de Dylan con Sara, Amelia y Steven en la parte de atrás. Lo cual entiendo les había dado completamente igual nuestra privacidad. Del otro lado de la calle se encontraba la camioneta de los amigos universitarios de mi hermano. Cada uno se dirigió a el respectivo auto y los dos arrancaron, yo me dirige a la preparatoria y mi hermano a la universidad.
-Es gracioso cada vez que ustedes dos hacen eso - dijo Dylan sin quitar la mirada del camino.
-Calla a mí no se me hace gracioso - lo golpeé indignada para abrazar mi mochila.
El camino a la escuela resultó algo molesto ya que nadie dejaba de molestarme sobre el asunto de mi hermano. Cuando llegamos a la escuela todos bajamos después de que Dylan estacionara el auto.
-Bien de regreso a la escuela... - tres chicos de primer año aparecieron con unas botellas de agua mojándose. Uno de los chicos pasó corriendo junto a mi, para que después el otro lo mojara y fallara dándome en toda la cara con el agua - esto es malo - Salí corriendo al baño de mujeres más cercano ya que ya estábamos en media escuela muy lejos del coche. Y teleportarme no era opción, verme y después no, sería más extraño que verme tendida en el suelo con medio cuerpo convertido en un pez.
Corrí y corrí lo más rápido que pude, sentí como las burbujas empezaban a aparecer pero no me detuve, seguí corriendo como si mi vida dependiera de ello. Eso me hizo recordar a cuando conocí a Jayson y Bryan. Antes de entrar al baño la transformación apareció y caí de boca al suelo.
-Esto ya se puso peor - susurré y lentamente contra el suelo. Giré la cabeza para poder encontrarme con la mirada de asombro de todos mis compañeros.
Cuando por fin terminé de girar pude notar que nadie me miraba, nadie se movía, nadie respiraba.
- Adriana ¿estás bien? - todos llegaron corriendo junto a mi. Miraban atónitos lo que pasaba alrededor, todos menos Sara y Amelia. Asentí.
- ¿Qué ha pasado? - No quemé tiempo, inicié secando aquella parte de pez color azul que había aparecido donde debían de estar mis piernas - ¿Por qué todos aquí están congelados?
- Pregunta que solo puedo contestar yo - una voz desconocida sonó por todo el lugar haciendo que me estremeciera. Me levanté quedando frente a todos tratando de identificar la voz que apareció de pronto.
Editado: 16.02.2018