Adriana
Al llegar a la casa, el panorama no era mejor que el que habíamos tenido en todo el día.
— ¿Qué pasa aquí? — dije nada más entrar.
— Steven se debilita — me informó Stwart el cual estaba junto al antes mencionado con la mano en su frente — le sube la temperatura. Se debilita.
— Steven — la pelinegra corrió al chico y se tiró al suelo junto al sillón — ¿Nadie puede hacer nada?
— Los poderes de curación de los ángeles no sirven en estos casos — Escuché a Luna en mi espalda.
— Encuentren a Sara, tráiganme la botella. Y déjenme matarla — ordenó el castaño enojado, pero con voz muy débil.
— Nadie matará a nadie — espeté — Pero nadie la salvará de unos golpes.
— Amelia, no le contestaste a Adriana — La atención de todos se fue a Steven — ¿Por qué razón Sara haría esto?
Las mejillas de Amelia se tornaron rojas — si le contesté — la rubia caminó al sofá individual y se sentó en él — pero las acciones de los hombres la afectan demasiado. Como la de su padre hace muchos años, o la de Drake hace 2 días.
— Ahora ya se lo que haré — el castaño quitó lentamente la mano de Stwart de su frente y se sentó en el sofá perezoso.
— ¿Qué harás? —la voz curiosa de Luna sonó en el lugar desde la esquina donde se encontraba sentada.
El genio se levantó del sofá — ¡Matar a Drake! — de un segundo a otro el chico ya estaba sobre mi hermano golpeándolo como podía.
Drake no dejó que el otro tomara ventaja y comenzó a defenderse de la misma manera. Sofía entró a la habitación apresurada y trató de separarlos sin resultado alguno.
— ¡Steven! — me adentré a la lucha por separarlos.
— ¡Esto es una locura! — Sofía tiraba de Steven y yo de Drake.
Drake le regresaba los puñetazos a Steven con tanta fuerza que se escuchaba como impactaba con su rostro. Ambos cayeron al suelo llevándonos a ambas al suelo de rodillas. Rayven llegó corriendo a la escena con la risa de Stwart y Luna de fondo.
— ¡Tiempo! ¡Tiempo! — Rayven tiró de la camisa de Drake al mismo tiempo que de la de Steven — ¡Dije tiempo! — Y con su último grito ambos chicos pararon de pelear.
Todos nos quedamos atónitos por la reacción de la chica.
— Dejemos las peleas — siguió la pelinegra — el tiempo a Steven se le agota y hacer estás peleas estúpidas solo nos hace perder el tiempo.
— Sofi — Luna la llamó y esta volteo en su dirección — ¿Sabes dónde está el portal a la entrada de Hathor?
— Solo conseguiremos entrar si secuestramos a Naia — Steven se levantaba con dificultad del suelo con ayuda de Rayven.
Me acerqué a Drake y le ayudé a levantarlo.
— Es una buena opción, pero deberíamos llegar a donde ellas abren el portal — siguió Luna con su idea — Ya saben, no creo que la princesa vaya a regresar al parque en un buen tiempo. Pero podemos ir a buscarla a donde abren el portal. Leí que lo hacen en el mismo sitio siempre.
— Ella tiene razón — afirmó Sofi — si estamos donde Naia cuando llegue de Hathor la podemos convencer para que nos lleve.
— Y luego la golpeamos — escupió Steven golpeando su puño con la palma de su mano. Giré en su dirección y lo vi mal — Tienen que ir a buscar a Naia — Nos recordó el genio.
Salimos de la casa con el propósito ferviente de ir a buscar aquella gemela a donde sea que teníamos que ir a buscarla. Consultamos de nuevo con el libro que pertenecía a nuestra querida brujita loca, en el cual no decía mucho. Solo algunas palabras vagas hablando de un callejón cerca de aquel parque. Después de tanto darle vueltas decidí consultar al hermoso internet, y después de una no tan gran búsqueda encontré el único callejón cerca del área. Y sin más rodeo emprendimos el camino hasta ese lugar.
Aquel callejón tenía una muy mala pinta. Tanto que si yo fuese algún tipo de criminal no terminaría ahí por lo extraño, turbio tenebroso que parece.
— Hay que esperarla unas cuantas horas — anunció Sofi aparcando la camioneta justo frente al callejón — sino, la buscaremos mañana en la mañana en el parque. Trataremos.
— A Steven solo le queda mañana. Para pasado no va a poder siquiera abrir los ojos
— Los gritos de Rayven solo lograban alterarnos más — tenemos que esperar, y no irnos hasta que aparezca.
— ¿Qué pasa si no aparece? — Rayven miró mal a Luna — debes saber que el tiempo en todas las dimensiones corre de manera diferente.
— ¿Quiénes son ustedes? — nuestra atención se dirigió al callejón donde una rubia muy confundida aguardaba.
— Amigos de Sara — dije tajante.
Editado: 16.02.2018