Mermaid

19- Botella del genio

— Sueltenla — ordenó Naia.

— No lo haremos — espetó Drake — Se volverá loca.

— No tengo mi varita — dijo obvio — genio.

— Genio... — murmuró Rayven — genio...genio. ¡Eso es! Sara ¿donde esta la botella?.

— No les diré — giró su rostro evadiendo las miradas de todos.

Rayven entrecerro los ojos con furia y se lanzó su brazo contra Sara. Poniéndolo justo en su hombro.

— No tienes escapatoria — osusurro en la nariz de Sara — te hemos encontrado, y amenos que te quieras quedar sin varita - los ojos de Sara se abrieron grande — nos dirás donde tienes la botella.

Sara la miro retadora haciendo que Rayven también lo hiciera. Ambas podrían ser un hueso duro de roer cuando se lo propusieran.

Finalmente, Sara aparto la mirada.

— Dentro de la casa, junto a la ventana.

Rayven salio disparada hacia aquella cabaña de madera junto a la cascada.
Regresando con la botella de Steven en sus manos.

— ¿Para que quieres al genio? — pregunté

— Tengo más deseos para usar — Rayven sonrió y bajo la mirada, comenzó a frotar la botella con su manga y esta comenzó a vibrar varias veces.

La dejó en el suelo haciendo que todos diéramos tres pasos hacia atrás.

— ¡Ataquen! — escuché a Ashley ordenar.

Jayson, Bryan y Dewey se transformaron en lobos gigantescos, con filosos dientes y mirada aterradora. La botella comenzó a soltar un brillo por la tapa, era la señal.

— ¡Todos al suelo! — grité lanzándome pecho tierra.

Todos hicieron lo mismo, excepto los tres hombres lobo que querían aprovechar para atacar.

Una explosión de luz salió de aquella lampara, haciendo que el cabello de todos volara, al igual que todos los hombre lobo. Tal y como la primera vez, la luz dejó de estar poco a poco dejando a un chico castaño en vez de ella.

— Ni cuando estoy apunto de morir me dejan en paz — espetó Steven molesto — Espera...

— Steven — lo llamó Rayven con una gran sonrisa.

— Rayven — él se giró y corrió a abrazarla - gracias. A todos.

— Que lastima que ahora te mataré — anuncio Ashley.

— ¿Tú y quien mas? — la reté.

— Te olvidaste que soy princesa de Harnestay, y ahora que estoy casada, tengo mas poder sobre la dimensión — criaturas obscuras se acercaban, no eran pocas, eran demasiados. Brujas de magia negra, gárgolas volando, pegasos negros, demás vampiros, hombres lobo y lo peor. Un dragón de dos cabezas montado por una bruja.

— ¿Ya lo puedo decir? — pregunte y todos asintieron —  ¡Corran!

Y todos empezamos a correr, dentro del bosque no creía que nos encontrarían. Las gemelas, Perla, y todos los demás corrimos. Pero se nos olvido algo. Sara.

— Adriana — me llamó Drake asustado — Sara — la señalo.

Alcé la mano haciendo que el nudo de las cuerdas se decidiera desde donde estaba. La tomé a lo lejos y corrí con ella en los aires bajándola frente a mi.

— Separencé — ordenó Vennus.

— Asi comienzan las películas de terror — dijo Dylan atrayendo la mirada de todos.

— Somos trece — interrumpió Perla — no hay forma en que nos separemos de forma equivalente en los números.

— Pero si en poderes — contesté — hagamos dos equipos, uno se llevara a uno de mas.

— Vennus — habló Naia — llevaré un ángel, tu llevaté al otro — Vennus asintió — Me llevo al hada, tú a la bruja — Sara y Amelía caminaron detrás de la gemela que les había tocado — yo al genio, tu al vampiro — ellos hicieron los mismo.

— Yo a la humana, tu la sirena y a su hermano —  Drake y yo caminamos detrás de Naia — Perla y el humano que queda, siganme. Si algo ocurre le diremos al ángel que nos orbite con ustedes.

— Haré lo mismo — dijo Naia antes de girar y comenzar a caminar y adentrarse en el bosque.

Caminamos, alejándonos cada vez de los demás, escuchando estruendosos ruidos a nuestras espaldas.

— ¿Porque no peleamos? — le preguntó Steven a Naia a un costado mientras trataba de igualarle el paso.

— No peleamos con criaturas oscuras — contestó sin quitar la mirada de el camino — Además ¿viste el dragón?

— ¿Que no ustedes también tienen un dragón? — murmuró Luna.

— Si, pero hace mucho tiempo que no lo sacamos a batalla — después de eso nadie dijo nada.

¿A donde íbamos? No quería acabar perdida en medio del bosque en una dimensión desconocida.

— Somos unas gallinas — dije golpeando una piedra que yacía en el suelo.

— ¿Somos? — preguntó Drake ofendido — perdón pero ninguno mas que tú, tuvo la idea de correr.

Solo saqué la lengua en después, no quería pelear con nadie, ni siquiera con Ashley. Un crujido de rama sonó detrás de nosotros, al igual que una respiración agitada. Alguien nos seguía.



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En el texto hay: lucha de poderes, amor, magia

Editado: 16.02.2018

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