Metalord Revolution

CAPITULO 263 GRAYB Y PROTECTORES

 

 

PERSPECTIVA: Tercera Persona

 

Amira, la propietaria del “Corazón del Oasis” se encontraba a la distancia de la seguridad, observando la batalla que decidiría el destino de los suyos, a su lado la acompañaban la Anubian, la semihumana con cabeza de chacal, Namida. La fiel protectora de la propietaria, una guerrera que envainaba un sable rojo y llevaba puesto un peto pesado, tanto sus brazos y piernas se cubrían con protecciones ligeras de cuero endurecido.

 

Por si fuera poco, tres guerreros de la facción rebeldes estaban apostados cerca de la semihumana, siendo un arquero, un lancero con escudo y el tercero un luchador con sable.

 

—Puedo entender tu preocupación, pero debemos confiar en la fuerza de Adil y Assim, ellos saldrán victorioso, tengo fe en ello -Namida hablo.

 

—Pensaba también en Rozuel Drayt y sus compañeros como amigos -La propietaria expreso.

 

—«Ese Ghrayb…» -Pensó la Anubian con un silencio frio y desdeñoso.

 

La semihumana no se sentía contenta de escuchar la sola mención de los ghrayb, toleraba su existencia en lo posible, con excepción de una sola persona en concreto, Rozuel Drayt. Aún recuerda aquella conversación que tuvo con “El mensajero del reino de la Agonía”, la Anubian esperaba que el joven sintiera remordimiento o aceptara que se sobrepasó cuando dejaron a Amira con un ojo morado. En lugar de ello, el muchacho simplemente negó sentir culpa alguna porque no había motivos, incluso aclaro una advertencia en caso de que fuera traicionado.

 

—Han pasado 10 años, ¿aun guardas viejos rencores de aquellos días? -Amira pregunto.

 

—Lo que te hicieron… fue imperdonable… lo sabes -Opina la Anubian —Los Ghrayb…

 

—Si, aquella desgracia fue perpetrado por un Ghrayb, lo recuerdo muy bien.

 

—¿Y pese a ello depositas tu confianza en… él?.

 

—No confió en todos los ghrayb, pero confió en Rozuel Drayt -Fue la respuesta de la propietaria —Ver a todos los Ghrayb bajo la misma mirada, ¿sería justo ver a todos los semihumanos de la misma forma si el responsable de hace 10 años hubiera sido un Anubian u otro semihumano?.

 

—Yo…

 

Namida no tenía palabras para responder a dicha planteamiento propuesto por Amira, a pesar de que ella fue la victima principal de aquel trágico día, aun en el fondo de sus sentimientos, no guardaba rencor para alentar sentimientos de repulsión hacia todos que pertenecieran a dicho grupo especifico.

 

La tranquilidad se desvanece cuando la espalda del arquero es perforada hasta atravesar su pecho, su sangre salpicada se derrama hasta alcanzar a la Anubian y manchar su hombro, cuanto todos voltearon observando aquello que le mato, una lanza de punta de metal. Un segundo proyectil golpea sorpresivamente al guerrero rebelde de lanza y escudo, su cuello es atravesado y la fatal herida culmina con su vida.

 

—¡Atentos!, ¡son lanzas arrojadizas! -Namida exclamo con su sable rojo en mano.

 

Un siguiente ataque se da, pero en lugar de ser un proyectil arrojado, es un agresor de piel morena enemigo se aproxima hacia el guerrero rebelde de sable, carga con una lanza como su arma principal y vistiendo protecciones ligeras. El rebelde fácilmente intercepta su ataque, su hoja choca contra la punta del arma de su adversario, cuando se preparaba para atacar al lancero enemigo, un segundo agresor le intercepta de un costado desde el aire, había saltado desde un árbol cercano, esperando el momento oportuno para atacar.

 

El rebelde del sable consigue evitar ser empalado por el segundo atacante, lucha contra los dos adversarios a la vez, hasta que una lanza arrojadiza le toma por sorpresa y uno de sus piernas es perforada, la herida le hace perder el equilibrio y caer de rodillas, tal oportunidad con la guardia baja es aprovechada por sus enemigos y sus lanzas al mismo tiempo le perforan pecho y cuello, culminando con su vida.

 

Más lanzas arrojadizas son enviados, pero la Anubian consigue interceptarlos a todos, su velocidad era considerable, su fuerza formidable y su agilidad precisa para golpear los proyectiles arrojados desde el lado más débil y repelerlos. De repente cuatro lanceros enemigos salen de sus escondites entre el follaje y se muestran, como el resto, portaban únicamente aquellas lanzas como su arma principal y su armadura era de peso liviano.

 

—«Algunas de esas lanzas arrojadas estaban con fortalecimiento mágico, estaban potenciados por un mago, y no se encuentra entre ellos».

 

La Anubian no tardo en darse cuenta que quien arrojo aquellas lanzas no era ninguno de los que se mostraron, solo portaban una para sí mismo, además de que quien los arrojo, uso fortalecimiento mágico, el mago responsable no se encontraba entre ellos, seguía escondiéndose, ¿seguiría insistiendo en atacar a la distancia?.

 

—Namida… -Replico Amira su nombre con preocupación.

 

—Mantente detrás de mí -Le aconsejo la Anubian —¡Tú!, ¡el mago que se esconde y ataca a la distancia mientras deja a sus hombres hacer todo el trabajo de frente!, ¡muéstrate!, ¿¡o acaso eres un miedoso que no puede luchar cara a cara!?, ¡je!, ¡que típico de alguien con las agallas de un cobarde!.

 

Tras aquella declaración de la Anubian, una risa se oye a espaldas de los lanceros enemigos, su carcajada se hace más fuerte hasta mostrarse ante la semihumana, tales risas provenían de un hombre que, a diferencia de los lanceros, su piel no era morena, tenía una tez blanca. De corto cabello y barba oscura, vistiendo protecciones ligeras de cuero endurecido y en su espalda cargaba un recipiente cilíndrico largo con numerosas lanzas en su interior, lo que delataba dos cosas, era el responsable de arrojar aquellas lanzas y era un ghrayb.



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En el texto hay: reencarnaciones, armas de fuego, magia y aventura

Editado: 09.12.2023

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