No salí de mi habitación en toda la mañana, después de hablar con mamá me había quedado abrazada a Zeus un buen rato hasta que decidí poner algo en la televisión, no sin antes asegurarme que la puerta estuviera completamente cerrada para evitar visitas no deseadas. Lo único que había interrumpido mi día fueron las llamadas insistentes de mis amigos, hablamos por video llamada por un largo tiempo hasta que Alan había bombardeado mi celular para poder hablar conmigo.
Así que estuve en llamada con él mientras mirábamos una película juntos, había pasado poco, pero ya extrañaba a todos.
Silencio la llamada y la película cuando Zeus empieza a ladrar a la puerta.
- ¿Qué sucede? – digo mirando a Zeus.
El sigue ladrando ignorándome por completo.
Vuelvo a la llamada cuando el motor de un auto suena cerca, Alan me observa y empieza hablar.
- ¿Qué pasa?
- creo que los hijos de Jordan llegaron – susurró
- ve a saludar – dice mientras me sonríe.
Estoy por insultarlo cuando los ladridos de Zeus aumentan, seguido de un golpe en la puerta.
- mierda…-
- Dakota
- están tocando la puerta – contesté mientras me ponía de pie – creo que saltaré por la ventana.
- solo abre y ve lo que quieren.
- no tengo planes de convivir con más gente.
Volvieron a tocar la puerta más fuerte, Zeus llego a mi lado y se quedó en silencio mientras me observándome mientras me movía de un lado a otro.
- Dakota… - la voz de Evana sonaba amortiguada - ¿puedes abrir la puerta?
- no – le respondí bruscamente – agradecería que te fueras y me dejaras tranquila.
- Jordan quiere que bajes a saludar a los chicos.
- pues dile a Jordan que se joda él y sus hijos
Cuando no escuche respuesta, me senté en la cama esperando que no volvieran a molestar, sin embargo, paso poco antes de que la puerta se abriera y Jordan entrará enojado.
- baja a saludar
- no – los dos nos quedamos mirando por un largo tiempo.
- cariño, Dakota aún está cansada por el viaje – interviene Evana tomando del brazo a Jordan – dejemos que descanse un poco más.
Él observa a su mujer y luego me mira a mí, le sonrió sabiendo que luego nadie me sacaría de la habitación a menos que fuera arrastrada.
- te quiero a las siete abajo – habla con el ceño fruncido – ni un minuto más.
- ¿y si no bajo? – preguntó, mientras me cruzó de brazos.
- despídete de tu animal
En ese momento, al escuchar esas palabras, mi sonrisa desaprecio por completo. Jordan me miraba triunfante sabiendo que haría cualquier cosa, con tal de que Zeus permaneciera a mi lado. Lo odiaba por hacerme esto, quería gritarle, pero no quería arriesgarme.
- ¿entendido?
- claro y fuerte – escupí las palabras con desprecio.
Tan pronto como Evana y Jordan se fueron, cerré la puerta con seguro y me senté en suelo. Zeus vino y se recostó en mis piernas, pase mi mano por su pelaje para relajarme.
- nadie nos va a separar – dije acariciando su cabeza.
Nadie, jamás toparía a mi perro.
- descansemos un poco, tendremos una noche complicada
Subí a la cama y me envolví en las sabanas, ignorando los mensajes y llamadas que entraban a mi móvil, no tenía ánimo para hablar con nadie y debía recuperar fuerzas para sobrevivir a la cena.
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No había podido dormir casi nada, el ruido en la casa era insoportable, había intentado dormir varias veces, pero el constante ruido de pisadas me perturbaba y me hacía mantenerme alerta.
Cuando me di por vencida me senté en la cama mirando fijamente la puerta, podía ver una sombra detenerse frente a mi puerta y luego desaparecer.
Evana regaño a la persona, diciéndole que ya bajaría para la cena. Yo solo había rodado los ojos, podría tentar a mi suerte y no bajar a cenar, pero no dudaba de la palabra de Jordan de quitarme a Zeus.
Cuando vi la hora en el móvil, faltaban cinco minutos para las siete, me levanté de la cama y salí de la habitación llevando a Zeus conmigo.
Conforme avanzaba mi estómago se revolvía, estaba demasiado nerviosa. Mi mente me gritaba que regresara a la habitación, mientras que yo me recordaba que solo era una cena y que no necesariamente tendría que hablar con todos, saludaría, comería y luego me iría a dormir.
Cuando llegue al final de las escaleras pude escuchar la voz de un joven, seguramente el hijo mayor de Jordan, me pare en la puerta para entrar a la sala cuando un par de ojos me miro haciendo que me encogiera en mi lugar.
- tiene un perro – el niño grito emocionado mientras corría en mi dirección.