Lucía Fernanda estaba en su habitación, arreglándose para la fiesta de su cumpleaños y año nuevo, se había comprado un vestido verde lima con falda amplia, que le llegaba arriba de las rodillas, la blusa era bien pegadita que se le marcaba el busto, con unas tiras que se amarraban al cuello, dejando la espalda descubierta, unas zapatillas de tacón completaban su atuendo, quería alisarse el cabello, pero prefirió dejárselo con sus rizos, solo se colocó un broche con forma de flor al lado izquierdo de la cabeza, se puso una pulsera que le regaló su hermano Julio con sus aretes que hacían juego con ella, sólo le faltaba el collar, pero no quiso colocarse nada, buscó un pañuelo de seda de color verde, lo dobló de tal manera que le quedó como una gargantilla; satisfecha con su arreglo, Salió de su habitación para reunirse con su familia y amigos que ya estaban reunidos en la sala, al llegar a la escalera se encontró con su hermana Laura Sofía, ya perfectamente vestida igual que ella, como si se hubiera puesto de acuerdo. Era asombroso lo que sentían ellas, porque la verdad era que no se lo proponían, sólo lo hacían inconscientemente, y como les decían siempre: ustedes sí que dan miedo, y reían por las ocurrencias de las dos.
- ¿Lista, hermana? Preguntó Sofi.
- ¡Lista, hermana! Respondió Fer – y soltaron una carcajada – siempre lo hacemos, ¿cierto?
- ¡cierto! Nunca fallamos, aunque pensándolo bien, creo que debemos cambiar algo, ¿no crees? Señaló Sofi, mostrando su vestido – buscaré otro pañuelo.
- ¡cómo crees! Así es más divertido, jajajajaja, además, tenemos que sacar provecho con nuestros instintos y confundir a los invitados – y se carcajea Sofi imitando a su hermana - pero con la férula, ya nos pueden identificar.
- Sí, verdad, ¡quién lo diría, que este año, lo íbamos a conseguir. Respondió Fer. Comienzan bajar las escaleras y todos las ven asombrados, de observar los detalles del atuendo de cada una de las gemelas.
- ¡vaya, pero cuando van a dejar de vestirse iguales! Eso es para las pequeñas, expresó Estefanía, una amiga de Sofi.
- hemos tratado, chicas, de verdad, que lo hemos tratado, pero nos sale así, - les explicaba Fer – salimos a comprar por separado y en distintos días, pero cuando nos ponemos la ropa y salimos; vemos que son iguales.
- la verdad, es que siempre coincidimos con todo – concluyó Sofi – esperemos que cuando nos enamoremos, no sea del mismo hombre – se echó a reír por sus ocurrencias – bueno, ¡vamos a divertirnos hoy, por nuestro cumpleaños y porque va a llegar un nuevo año a nuestras vidas y con nuevas sorpresas!
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- Tía Ana, vámonos antes que venga papá – seguía repitiendo Danny y Angie, a su tía – sabes que él no quiere que vayamos a ver a Fer y a Sofi – se le acercó Angie – y queremos entregarle sus regalos a las dos – sus ojitos brillaron al imaginarse a las chicas cuando llegaran a la casa.
- ya voy, niños, no me apuren – dijo ella – miren ya estoy lista, así que vamos – miró a todos lados - ¿tienen los regalos?
- sí. Aquí los tenemos en el coche – le señaló Danny sentándose en su lugar para que Ana le pusiera el cinturón de seguridad y lo mismo a su hermana. Ella abrió la puerta del conductor y entró, se aseguró el cinturón y encendió el auto, salieron a la calle rumbo a la casa de los Benavides.
Al llegar, observó que había muchos coches y se veía muy concurrida la casa, con muchas luces, era una casa muy hermosa y se veía acogedora; la puerta estaba abierta y ella salió del coche, ya los niños habían salido y tenían en sus manos los regalos de las gemelas. Entraron y los niños miraron por todas partes, para ver dónde estaban sus nuevas amigas y las encontraron.
- tía, mira, están ahí – dijo Angie emocionada al verlas – vamos a saludarlas. En ese momento Sofi se da cuenta quien ha entrado y le da un codazo a su hermana.
- ¡Fer, mira quién vino a visitarnos! – Fer se giró y miró hacia la puerta.
- ¡por Dios, no! Espero que no se hallan escapado otra vez – la chica abrió los ojos por la impresión.
- me parece que no se escaparon, creo que vienen con una mujer muy atractiva – respondió Laura Sofía – ya nos vieron y viene hacia acá.
- ¡hola Fer! ¡hola Sofi! – gritaron los niños al acercarse a las chicas.
- ¡hola, niños! Espero que no se hallan escapado otra vez, - dijo Fer – no quiero problemas con su papá – terminó de decir al tiempo que los abrazaba primero a Danny y luego a Angie – ¿con quién vinieron? Preguntó.
- no nos escapamos, vinimos con mi tía Ana, mira – giró para presentar a su tía – ella nuestra tía Ana, ¿ves?
- ¡hola! Mucho gusto, soy Lucía Fernanda
- ¡hola! Gracias – saludó con un abrazo, Ana.
- y yo soy Laura Sofía – también la abrazó, en ese momento se acercó Fede.
- vaya, vaya, y ¿quién esta hermosa señorita? No la había visto – le tomó la mano y le dio un beso – yo soy… - Fer lo interrumpió
- él es nuestro hermano “El casanova” de la familia, así que no le pongas atención – le sonrió a su hermano.
- porque soy el más atractivo de la familia – Ana sólo sonreía, pero si era verdad que era muy atractivo, ojos verdes, cabello castaño muy corto, era alto como de metro ochenta, cuerpo musculoso, era un verdadero galán y era parecido a las chicas. Se escucharon pasos en las escaleras y apareció otro joven guapo.