DAVE
Hemos llegado a casa, Carol y la pequeña Luna fueron dadas de alta hoy, mis padres han regresado a Estados Unidos, no sin antes llenar mi casa de ropa y accesorios para la bebé. Mi padre también ha tenido el gesto de traer regalos para los niños, en una de nuestras conversaciones telefónicas, antes del nacimiento de mi hija, le comenté que en este país acostumbran traer obsequios a la recien nacida, pero también a los hermanos mayores, para que se sientan también parte de la celebración.
La bebé ya fue instalada en la habitación junto a su madre, Carol me ha dicho que puedo ingresar a verla cuando lo desee, por lo que he aprovechado pasar mucho tiempo junto a mi hija, el resto de tiempo lo divido entre conectarme para trabajar unas horas y realizar actividades con los niños. La experiencia de ser papá ha sido única, la conexión con mi hija ha sido instantánea, sin embargo siento que Carol cada vez más se aleja de mí, sale de la habitación cuando yo entro, con la excusa de que disfrute pasar momentos a solas con la bebé; desearía que me permitiera también estar a su lado, deseo con locura obtener su perdón y que éste se convierta en nuestro hogar.
Ha transcurrido un mes desde el nacimiento de Luna, ambas están fuertes y sanas y eso me tiene muy tranquilo y feliz; las vacaciones de los niños están por terminar y tengo claro que Carol tomará una decisión pronto; eso le resta felicidad a todo lo que estoy viviendo, porque temo por el futuro de todos.
Entro sigilosamente a la habitación, Carol se encuentra amamantando a la bebé, la escena es mágica y la observo como un tonto -Entra Dave-. He sido descubierto por Carol. -Si gustas regreso después-. Estoy por terminar, pasa adelante-.
Estoy de pie frente a ellas, de repente algo en mi interior me exige que tome valor y enfrente la situación como un hombre maduro y seguro de lo que desea; respiro profundamente y luego con el corazón a mil por hora me arrodillo frente a ellas. Ella se agita e intenta ponerse de pie. -Espera Carol, necesito hablarte-. Coloco una mano sobre su rodilla y ella la aleja ante el contacto; por unos segundos pierdo el valor, pero me recupero rápidamente, es ahora o nunca. -Carol, te pido por favor, unos minutos, necesito que me permitas decir todo lo que tengo guardado-. Le muestro mi corazón y ella después de unos segundos asiente. -Carol, lamento lo que te hice, lamento todo lo que hayas sufrido por lo que sucedió, sin embargo, primero quiero que sepas que jamás quise hacerte daño; que jamás quise serte infiel, que nunca quise separarme de tí, que nunca te olvidé, que te he amado desde que te conocí y que aunque me alejé para evitarte sufrimiento, ha sido lo más dificil que he hecho en mi vida, pero, ahora, no puedo marcharme ni dejarte marchar, porque yo ahora no sería nadie, sin tí, sin mis 3 hijos, sin mi suegra, sin todo lo que es parte de tí; yo quiero ser parte de tu vida, como que tú seas de la mía, te amo Carol, con todo mi corazón y lo que más deseo es que me permites entrar de nuevo en el tuyo y cumplir la promesa de hacerte dichosa y feliz; que hagamos de todo esto nuestro hogar... nuestra vida.- Los ojos de Carol están llenos de lagrimas, su boca se entrecierra y de repente siento que está a punto de decirme algo, luego se arrepiente y se quedaen silencio. Estoy tán conmovido que las palabras cada vez suenan más débiles en mi garganta; pero no dejo de hablar, porque si lo hago, mi corazón gritará todo lo que deseo decir. -Dame una oportunidad amor, de demostrarte cuanto te amo, de demostrarte que puedo ser el mejor amigo, esposo, amante y padre. El silencio cubre toda la habitación y yo espero las palabras que pueden llenarme de dicha o puedan romperme por dentro. -Lo siento Dave, lo siento-. Carol se pone de pie y sale de prisa de la habitación. Me quedo sentado sobre la alfombra, y dejo salir toda la frustracción que tengo guardada en lo profundo del alma.
Después de una hora salgo de la habitación y la casa se encuentra vacía, llamo a Patrick para asegurarme que se encuentran en su casa; después de una respuesta positiva y de que él me asegurara que cuidaría de ellos, tomo una formal decisión, ya no puedo hacer sufrir a la mujer que amo, si ella ha logrado olvidarme y desea comenzar una nueva vida, yo respetaré su decisión, le he demostrado cuanto le amo, pero, no puedo obligarla, he resuelto dejarla vivir feliz aunque yo tenga que sufrir las causas de mi decisión.
Preparo mi maleta y antes de irme observo la habitación en la que se encuentran los objetos de mi pequeña hija, estoy consciente que podré venir a verla, pero nunca será lo mismo; me perderé muchos momentos en que hubiese querido ser parte de su vida.....daría todo porque así fuera....
Editado: 24.04.2019