DAVE
He estado junto a Carol durante toda la fiesta, es evidente que no está acostumbrada a beber ya que se nota bastante afectada, sin embargo ha estado muy alegre, conversando con los invitados y conmigo, y varias veces me ha regalado hermosas sonrisas; estoy consciente que he disfrutado su compañia y verla sonreir.
De repente se levanta y me indica que se dirigirá al tocador, me surge la duda si se encuentra realmente bien, aunque ella insista la contrario, por lo que decido seguirla sin que ella se de cuenta.
Observo desde mi escondite que ella se aleja del salón, la sigo con cautela y observo que se cruza la calle con dificultad, luego dá un puntapiés y casí cae al asfalto, tengo deseos de correr para auxiliarla, pero podrian suceder dos cosas: la primera que al verme desista de su plan y pienso en algún otro loco plan en que yo ya no pueda ayudarla. Segundo: Que me arme un problema por seguirla sin su autorización y terminemos en un serio problema; por lo que me quedo en la oscuridad observando sus movimientos. Se levanta muy molesta y empieza a caminar con dificultad, luego veo que disminuye cada vez más el paso y empieza a perder el control de su cuerpo. Ya no puedo esperar más, corro hacia ella y logro llegar a tiempo para evitar que caiga al suelo y se de un golpe contra el suelo.
El personal del hotel se acerca a ayudame, pago inmediatamente una habitación y pido que me envien una botella de agua, un café negro y algunos antihistamínicos a la habitación. Tomo a Carol en brazos y me dirijo con ella hacia la cama.
Su ropa está llena de lodo y se encuentra muy mojada. Debo hacer algo, de lo contrario se enfermará. La llevo hasta la ducha y me pide entre quejidos que la lleve hasta el sanitario. Inmediatamente vomita y yo le tomo los cabellos, no recuerdo haber hecho ésto desde que era adolescente y mi mejor amiga Andrea se puso su primera borrachera. Sin embargo en este momento me agrada ser yo la que le estoy ayudando a pasar este dificil momento. Se queda inmediatamente dormida sobre el sanitario y yo la levanto para introducirla a la bañera, suelta un pequeño quejido cuando el agua cae sobre ella. Esta completamente vestida, unicamente he dejado sus zapatos a un costado de la cama.
Lo he estado pensando mucho, pero ya no es posible evitarlo; debo desnudarla. Trago saliva y empiezo mi labor, comienzo a desabrochar el vestido que tiene mas botones de lo que me gustaria; no puedo evitar deslizar mis dedos por la piel de su espalda, su piel es morena y suave. Debo confesar que siempre he sido muy superficial con el tema de las mujeres, como la mayoria de hombres me gustan las mujeres de cuerpos esculturales, curvas perfectas y rostros realmente hermosos. Frente a mi tengo a una desaliñada mujer, que debe pesar entre 120 a 135 libras; de cuerpo delgado, de pechos como de una joven que empieza su etapa de la pubertad y piernas delgadas. En términos de perfección está muy alejada de las medidas perfectas; sin embargo esa mujer me atrae como un imán, me provoca tales pensamientos, como nunca a mi edad habia sentido y hoy he comprendido que he vivido en la superficialidad; la mujer que tengo enfrente con su delgadez y naturalidad, me tiene tan exitado como un adolescente.
Le he quitado finalmente el vestido y se encuentra frente a mi con un conjunto de ropa interior lo menos sexy que haya visto, difinitivamente que no estaba en sus planes que el sexo masculino pudiera observarla en ropa interior. Le quito el sostén y me surge una necesidad urgente de beber algún tipo de liquido; sin embargo me propongo terminar rapidamente, debo pensar en ella y no en mí en este momento. Finalmente la desnudo completamente y la envuelvo en una toalla, la llevo hasta la cama y empiezo a secarla delicadamentte, puedo notar en su abdomen los rasgos de una operación y algunas estrías que tanto molestan a muchas mujeres, ella es fabulosa, me la imagino debatiendome sobre el tema de la belleza física y todo eso, me ha dejado claro que no le importa lo que los demás piensen, siempre que ella esté segura y cómoda con lo que hace y decide.
El sonido de la puerta me saca de mis pensamientos, es el mesero que trae el café, las pastillas y el agua que le he solicitado; me apresuro a beber un poco de agua, debo tratar de volver mi temperatura a la normalidad. Me quito la camisa y se la coloco para que esté mas abrigada, la obligo a tomar un poco de café; las pastillas podrán esperar para mas tarde, creo que necesita dormir y luego que despierte, las pastillas serán una prioridad.
Creo que esta noche, ambos tendremos una primera vez. Ella se ha emborrachado por primera vez y yo dormiré al lado de una mujer sin tocarla, más que para abrigarla.
Editado: 24.04.2019