Anoche tuve un sueño, la visión más aterradora de todas, el sol se escondía entre las nubes grises de un cielo nublado, el ambiente era devastador, olía a miedo, sangre y muerte, estaba en medio de una guerra inevitable y profética, las personas que más amaba se enfrentaban sin piedad, el bien y el mal estaban cara a cara y solo uno de los bandos quedaría con vida, solo los más fuertes sobrevivirían y tenía que decidir por cual de los dos lados pelearía, el rey de todo, junto a su ejército infernal, pelearía a muerte contra el señor de los cazadores y sus aliados, padre e hijos lucharían por la supervivencia y antes de atacarse a muerte, me miraban a la espera de mi decisión.
¿Cómo es que llegamos a este punto? ¿en que momento el rey de todo decidió invadir la ciudad de los cazadores y asesinar a su propio padre para apoderarse de la humanidad? ¿Por qué la guerra es la única salida? Yo no quiero dividirme, no quiero enfrentarme a ninguno de ellos.
El miedo se apoderó de mí cuando escuché el llanto de mi bebé, al voltear el rostro los ojos se me abrieron de par en par, el temible rey de los vampiros sostenía a Aspen de los pies y desenvainó su espada, estaba dispuesto asesinar a su propio hijo, no había en él emoción alguna, solo oscuridad, un vacío aterrador que me dejó helada, cuando mis gritos hacían retumbar la tierra, más muerte y caos aparecía en esa pesadilla.
El señor Alejandro también había perecido en sus manos, el dios al que alguna vez amé, sostenía la cabeza de su padre como un estandarte, anunciando su victoria sobre la raza humana y pregonando la destrucción que les deparaba, mi antiguo amor ya no era lo que recordaba, era peor que antes, tan perverso y cruel que la palabra “villano” le quedaba muy corta, él se había convertido en un asesino sin corazón.
En el verdugo de todos los seres vivientes y cuando creía que ya lo había visto todo, apareció él, el dios que se proclamaba como el destructor de todos los universos, un ser titánico lleno de maldad y perversidad, que se deleitaba solo en la destrucción, era similar a una araña espeluznante que se enraizaba a toda la tierra con ramas oscuras que pudrían la vegetación, el suelo, los animales, el agua y todo lo que tocaba, se alimentaba de la vida y se nutria con la maldad de los seres vivientes.
Valeska, el hombre que alguna vez vi como mi todo, resulto ser ese terrible monstruo que había convertido nuestro mundo en un desierto estéril sin esperanza, jamás olvidaré su sonrisa y lo brillantes que eran esos ojos rojos como el infierno, no solo había destruido el reino de los humanos, también el de las sirenas y el reino celestial.
También los arcángeles entregaron su vida para defender a la humanidad y a su propio reino, pero ninguno de sus esfuerzos era suficiente, cuando otro grito de terror involuntario se me escapó, vi que no quedaba nadie con vida, no había nadie ahí, Reynar había sido empalado junto a Lucia a quien la habían lapidado, la señora Ginebra fue quemada como una bruja y mi madre…ni siquiera puedo describir todo lo que le hicieron, pues el único que quedó con vida fue Valeska, un dios poseído por un mal sin precedentes a quién se le vio partir a otros universos a seguir devastando la vida que se cruzara en su camino ¿y yo? Yo me encontraba llena de frustración por que no podía hacer nada, hasta que mi rabia fue más grande que mis sentimientos y lo asesiné.
Terribles pesadillas me atormentan cada noche, es como si viera el inevitable futuro que nos espera y hoy nuevamente vuelvo a despertar en medio de un grito desgarrador que solo preocupa a los míos y asusta a mi bebé.
—¡Lía! ¿te encuentras bien? —le preguntaron Ginebra y Beatriz quienes entraron a su habitación con urgencia, Ginebra cargó a Aspen quien estaba muy asustado.
Lía estaba bañada en sudor, las lagrimas caían en sus mejillas ya empapadas, estaba temblando y no podía hablar del llanto incontrolable que la poseía.
—Por Dios hija ¿que tienes? ¿dime como te puedo ayudar? No puedes seguir así…
—Dios mío….mamá…son las mismas pesadillas, siempre con diferentes escenarios y al final las mismas tragedias, ya no puedo soportarlo.
—¿Pesadillas? ¿de que tratan esas pesadillas? —le preguntó Beatriz mientras la abrazaba.
—Tenemos que decirle Bety… —insistió Ginebra mientras consolaba a Aspen quien no dejaba de llorar, de pronto Lilith entro a la habitación y se ofreció a cuidar al bebé, pues ella tenía algo especial que hacia que Aspen se tranquilizara rápidamente.
—Yo me lo llevaré, lo dormiré mientras ustedes hablan, Lilith y sus familiares ya sabían sobre los sueños de su ama, todos incluyendo a Ginebra y Beatriz, pensaban que sus pesadillas eran por el dolor que le había causado perder a Eira, creían que su corazón estaba pasando por un gran duelo al haber dejado ir a un ser tan importante como él.
—¿Qué sucede? ¿Qué me están ocultando? —les preguntó Lía mientras se sentaba en la orilla de la cama.
—No queríamos ocultarte nada, sentimos que no era el momento oportuno para decirte la verdad detrás de la visita de Medea y tus padres. —exclamó Ginebra apenada.
—Giny tiene razón, has pasado por muchas cosas dolorosas ultima mente y solo queríamos esperar a que te recuperaras.
Beatriz le contó todo a su hija, desde la visita de Medea para encontrar a las brujas que lo sabían todo, hasta la verdadera amenaza que posee el cuerpo del rey de todo, cuando Lía lo supo, su corazón se llenó de angustia.
—No puede ser…¿Cómo es que no nos dimos cuenta? ¿por nuestra culpa él se encuentra en esta situación? Por mi negligencia…¿Cómo pude ser tan ciega? Las pesadillas que he tenido pueden ser proféticas, una visión de un futuro cercano, un apocalipsis inevitable con un final de muerte….
—¿Hace cuanto sueñas todo esto? —le preguntó Beatriz a Lía mirándola fijamente.
—Últimamente es cada noche, hasta ahora la misma pesadilla con treinta y cuatro finales diferentes, cada uno de ustedes muere de manera trágica, incluyendo a mi bebé…todos los que amo mueren en manos del rey de todo, incluyendo al señor Alejandro, siempre es lo mismo, esa maldita guerra que lo destruye todo, Valeska es irreconocible, lleno de una maldad que no tiene precedentes, Babani, Reynar, Lilith, mis gemelos bélicos, Ginebra, Leonardo, todos…
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Editado: 11.03.2024