Carta #2

Siempre me he preguntado ¿qué es el cielo y el infierno? ¿A caso existen? Claramente si su existencia es verídica solo hay un lugar donde podrás parar... Al mismísimo infierno, donde sentirás en carne propia el daño de las mentiras, lo cruel que hace sentir y lo miserable que hace sentir ser una víctima de una burla tan grande como lo fue la tuya.

Me dirijo a ti nuevamente, escribiéndote otra carta aunque no la respondas, diciéndote: gracias por aparecer en mi vida, hacerme feliz, darme todo y luego irte dejándome en un pozo donde no encuentro salida, tú eres el causante de mi destrucción, de mis noches en vela y claro de estas ojeras que no desaparecen por tanto llorar por las noches.

Fuiste mi alegría y mi admiración; te tenía en una cajita de cristal, eras mi Dios pero hoy en día eres mi tormento, ese que no me deja ser completamente feliz porque tú recuerdo me está matando lentamente. Tú eres como un alcohólico, se va liquidando a sí mismo con lentitud hasta conseguir finalmente morirse. Aquí estoy nuevamente escribiendo y contando mi historia, nuestra historia.

Querido Luis, fuiste un padre ejemplar pero hoy eres un papa que nunca debí haber conocido...