Mi ángel guardián es un Demonio

CAP 3 - DOS MUNDOS, UN ANGEL

~Jezabel~

16:07 PM

El cielo se encontraba gris y algunas pequeñas gotas de lluvia comenzaban a caer. Creí que hoy le dirían la tarde libre a James, al parecer no fue así, repasaba mientras miraba a través del cristal y tomaba un sorbo de té.

─ Disculpe ─escuche la voz de la mesera y voltee a mirarla─ Los pasteles ya se encuentran a disposición, si gusta ya puede elegir uno.

─ Lo siento ─emito─ Pero ya no pediré. Muchas gracias.

─ ¡Oh! de acuerdo ─comento la mesera y con una sonrisa amigable se alejó, volví a tomar un sorbo de té.

Como una última vez observe como las personas caminaban con el paraguas, tratando de escabullirse de las pequeñas gotas de lluvia, el cielo se oscureció aún más. Era un hecho que el clima no era favorable. Me puse de píe y levante mi abrigo, seguidamente cogí la bolsa de regalo que había comprado para James.

~Lucifer~

«Todo lo que sabemos del amor, es que el amor es todo lo que hay», leí el último párrafo del primer capítulo del libro.

─ ¿El amor? ─pronuncie, fue entonces cuando levante mi vista para observarla.

En un principio llegue a creer en el amor de los humanos, ver el acto de Adán y Eva que realizaron para no ser separados me sorprendió. Pero ahora todo había cambiado en la humanidad. Engaño, maldad, infidelidad, todo lo que ellos experimentaban y practicaban.

¿Era yo el culpable?

No. Simplemente se excusaban señalando que esos acontecimientos eran por mí, como si yo fuera el responsable de sus hechos. Nosotros los ángeles caídos, simplemente mostramos opciones.

Son ellos quienes toman las decisiones finales.

Mi mencionada «protegida» se levantó e inmediatamente cerré el libro que tenía en mis manos. Ella salió y paso por frente mío, tenía un abrigo y una bolsa en sus manos, se quedó parada por un momento en la salida de la cafetería, observando la lluvia.

Y suponer que yo seré su «ángel guardián»... ¡Esto es absurdo!

─ Deberías de ponerte el abrigo ─comente.

Ella coloco la bolsa a un lado, se puso su abrigo y empezó a caminar, esperamos unos minutos en una estación de lo que se hacían llamar bus.

─ ¿De hoy adelante mis días serán en los colectivos? ─me preguntaba a mí mismo o a lo mejor tal vez si quería recibir una respuesta.

Fue entonces que el bus llego, subimos, ella se sentó en el último asiento observando por la ventana, yo hice lo mismo y me senté a su lado.

¿Cuánto más tendría que soportar esto?

Lo mío no era ser un «guardián», ni mucho menos un «niñero». No paso ni diez minutos, hasta que ella se levantó y pasó sobre mí.

¿Qué le sucede?

─ Si aún falta para... ¿Por qué está bajando aquí? ─sin comprender, la seguí─ ¡Demontre! ─proteste cuando baje del bus─ ¿Por qué bajamos? ─le pregunte molesto, sabía que ella no podía verme u oír mi voz con claridad, pero si podía al menos hacer que mi voz sonara en su mente como pensamientos.

Ella ignoro la pregunta y siguió caminando, ingresamos a un enorme edificio grotesco, ella se acercó a una de las humanas que llevaba una vestidura ceñida.

─ Disculpe, busco al vice-presidente White ─explicó─ Podría decirle que soy Jezabel.

─ ¡Oh! lo siento ─comento la dama de traje azul─ Pero el vice-presidente White no se encuentra, hoy tuvo su día libre.

─ ¿Su día Libre? ─pregunta algo insegura.

─ Sí, tengo entendido que hoy se tomó el día libre, por su conmemoración ─le respondió afectuosamente.

─ Muchas gracias ─mostro una sonrisa fingida, para finalmente salir del edificio.

Ni creer que su novio está festejando su 'conmemoración' acompañado de otra, repasé, mientras la seguía. Ella levantó su mano para detener un vehículo, un taxi.

¿Es enserio? ¿Ahora si tomaras un taxi?

─ Buenas tardes ─espacillo el conductor─ ¿A dónde se dirige?

─ Al centro a la avenida Frontil ─pronunció ella.

─ ¿Acaso piensas ir a buscarlo? ─le pregunté sarcásticamente

Apenas voy un día con ella y ya comienzo a tener dolores de cabeza. En el transcurso del camino ella intento comunicarse con él, pero al parecer este no se daba las molestias de contestar ninguna de sus llamadas.

Cuando llegamos, ella camino unas cuantas cuadras, entramos a un nuevo edificio, nos dirigimos al llamado ascensor y ella marco el piso siete.

Cuando las puertas se abrieron caminamos por un pasillo de pintura rojiza y nos detuvimos en la puerta -701C- ella toco la puerta, pero nadie abrió, intento más de cinco veces hasta que se dio por vencida. Al final ella dejo la bolsa en la puerta y salimos del edificio.

Su rostro se encontraba un poco sonrojado y podía darme cuenta que estaba soportando algunas lágrimas, verla así me causo un dolor en el pecho, una molestia. Sabía que significaba este sentimiento en mí.

Por alguna razón del creador «Los ángeles guardianes» podían sentir también los sentimientos de sus protegidos, lo podríamos definir como la conexión entre un humano y un ángel.

Sin notar de en donde nos encontrábamos. El chillido de unos neumáticos, las luces del automóvil y el rostro de ella paralizada en el centro de la avenida, solo hizo que mi cuerpo corriera tras de ella.

~Jezabel~

Sentí como un golpe, como si alguien me hubiera empujado, caí en la vereda del parque y vi que un vehículo freno a unos cuantos metros más lejos. De dicho vehículo plateado, una señora de melena castaña salió.

─ ¿Te encuentras bien? ─me preguntó, mientras corría hacia mí─ ¿Estás bien? ─volvió a preguntarme con una voz agitada.

¿Qué sucedido? ¿Qué me había pasado?

Juro que sentí que alguien me empujo, mire a todo lado, tratando de buscar algo o a ¿alguien? Infelizmente no había nadie más que la mujer de melena castaña.




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