La semana había pasado rápido y ya era viernes, ella se mantenía alejada de las chicas, solo la acompañaban de vez en cuando Hugo o Chris. Chris la había convencido para ir a la cafetería, ese día ella no se sentía muy bien y decidió perderse varias clases, entraron juntos haciéndose bromas.
Se sentó en la mesa mientras Chris iba a por su bandeja, verdaderamente ella casi no comió en esa semana, justo cuando Chris se sentó al lado de ella, por la puerta entro un chico, el mismo que había visto en el bosque junto a su hermano, era muy bello, mirada desafiante y verdes claros, facciones del rosto muy masculinas pero con ángulos suaves, cabello castaño casi rubio peinado hacia atrás y los lados rapados, su caminar muy seguro, imponente, vestía chamarra de cuero, vaqueros y camisa todo de negro.
Él entraba en la cafetería sin importarle nada las miradas que recibió, estaba esperando a su amigo casi hermano, pero se entretuvo con una chica así que lo dejo solo, se acercó a una mesa donde habían algunos amigos de él, su costumbre no era estudiar, pero por su amigo Cam, lo que sea, miro todo el lugar y casi se detuvo al mirar a cierta chica blanca de cabello castaño, mirada gris con cierto brillo en rubí y unos labios rosados, buen cuerpo por lo que más o menos pudo ver, el día que la salvo, no recordaba que fuera tan hermosa.
*Mate* dijo su lobo Dantalion, el chico había tenido que acostumbrarse a la otra voz en su interior.
*Es la misma chica que salve, la hermana de Cam* Le respondió observándola.
*Es fuerte, mucho… aunque no lo creas* dijo el Dantalion.
*Parece completamente frágil e inocente*dijo el joven.
*Apariencias engañan, cree en mí, nuestra mate tiene un gran poder* dijo Dantalion.
*¿A qué te refieres con eso?* pregunto.
*Pronto lo sabrás* fue lo último que dijo su lobo.
Jeannine lo miro por unos segundos hasta que sus miradas se cruzaron y Jeannine inmediatamente la aparto para comer de la manzana que le brindaba Chris.
“Dios, ¿Quién es ese chico?” pregunto Talía, luciendo muy interesada, a lo que Alex gruño.
“Es nuevo, va en último como nosotros” respondió Hugo.
“Es lindo, ¿No Nine?” pregunto Nelly y la aludida se encogió de hombres.
“Es extraño, diferente” dijo Talía, analizándolo.
“No lo es, solo es un capullo chupasangre” gruño Alex, Nine se rió.
“Te equivocas, si hay algo diferente en él” dijo sin necesidad de una segunda mirada “Él no es un simple “Lamia”, es… algo más, quizás un demonio clase alta”
“¿Qué?” preguntaron los chicos.
“Vampiro” tradujo Talía “No sabía que hablaras latín, y no puede, los demonios de clase alta no tienen nada que hacer por aquí” acuso a Nine, esta se encogió de hombros.
“¿¡Qué te está pasando!?” le pregunto su hermana alterada.
Cuando vio su hombro, este aparecía un fénix negro, hizo una mueca de dolor porque le empezó a quemar y las puertas de la cafetería volvieron a abrirse revelando un muy sonriente Camilo, se acercó a la mesa de los chicos, levanto a Nine y la abrazo mientras le susurraba algo que por supuesto fue escuchado por todos los inmortales presentes en ese momento.
“¡Feliz Cumpleaños mi chiquilla!” dijo y esta se escondió en su pecho mientras el dolor pasaba.
“Joder esto duele, ¿Por qué otra vez?” le pregunto en un susurro.
“¿Te tengo que recordar que eres diferente?” pregunto divertido.
“Mierda” dijo Talía a sus espaldas, saco a Nine de los brazos de Cam y la felicito “Felicidades, lo había olvidado”
“Felicidades” le dijo su hermana abrazándola después.
“Felicidades pequeña” le dijo Chris alzándola y dándole un sonoro beso en la mejilla.
“Feliz cumple peque” dijo Hugo abrazándola y besándole la mejilla.
“Felicidades” le dijeron los demás en la mesa, sintió la penetrante mirada de dos personas.
Una era el chico tatuado del cual aún no sabía su nombre, pero que la atraía en sorprendente manera, y la otra era de Daniel, no les dio importancia y se giró hacia su hermano.
“¿Qué haces tú aquí?” le pregunto.
“Me inscribí, quiero pasar tiempo contigo y cuidarte un poco” dijo y la abrazó “sabes que te quiero ¿Verdad?” le pregunto y ella asintió.
“Lo sé, pero no te atreverías a hacerlo solo, ¿Dónde tienes al cómplice?” le susurro, lo cual Cam rio y señalo con la cabeza al tatuado que había entrado antes.
“Es un amigo, casi hermano, ¿Esta noche vas a la disco conmigo?” le pregunto y ella asintió levemente, se separó y ella abrumada por las dos miradas, salió de la cafetería, en el momento exacto en el que sonaba el timbre.