Estaba en su apogeo la fiesta, cuando Sonia comenzó a sentirse mal, y aunque no quería alarmar a Brett ni al Tío, pues creía que solo era cansancio, no dijo nada, pero al final tuvo que decirle al Tío, quien se lo dijo a Brett, quien de inmediato se apresuró a llevarla al hospital, sin importarle como estaban vestidos, pues ya venía él bebe, este se había adelantado tres semanas.
Mientras Sonia daba a luz, Brett se paseaba por el pasillo ante las miradas divertidas del personal del hospital, pues les causaba risa, el ver a un hombre de su estatura, pasearse con una pequeña faldita floreada y un collar de flores; ni siquiera se había dado cuenta, hasta que el doctor salió y les dijo al tío y a el:
-Bien Sonia se encuentra muy bien y la bebe esta en perfecta salud, por cierto su esposa desea verlos. – y dando media vuelta los guio hasta ella, el doctor estaba a punto de tirarse a la carcajada, cuando los paso a ver a Sonia, esta al verlos no pudo evitar reírse y dijo:
-querido, si sigues con esa falta, van a pensar muy mal de ti. – Brett y el tío George se echaron a reír mientras ella seguía diciendo.
-vayan inmediatamente a cambiarse y despidan a los invitados, Brett pides disculpas por este inconveniente, ha y regresan ¿entendido?
Brett antes de irse a su casa paso al área de cuneros, para conocer a su hija recién nacida, a quien se le acerco el Tío George pues él también quería conocer a la pequeña; unas señoras que también estaban viendo a los recién nacidos, solo comentaron:
-Mira nada más, que desvergüenza. – y se alejaron de ahí, con lo que provocaron que ambos hombres se echaran a reír y el senador le dijo a Brett:
-será mejor que vallamos a cambiarnos hijo, si no quieres que nos arresten por exhibicionistas. – de lo que no se habían dado cuenta, es que un fotógrafo les había tomado una foto.
Al día siguiente salió en el periódico y con esta venían unas palabras.
“Después de una de las fiestas de los senadores Brett Mc Allwn y George Harrison, se les vio en la sala de maternidad con escasa ropa, escasa pero divertida; y no es por alabar pero a quien mejor le quedaba era al congresista Brett Mc Allwn”.
Esa mañana como era hacia todos los días, Horton les preparaba los diarios, mismos que ponía a un lado de la mesa del desayuno, y cuando ambos hombres bajaron a desayunar antes de partir rumbo al hospital para ver a Sonia y a la bebe, al tomar el diario y ver la fotografía en primera plana, solo se rieron, pues no podían negar que se habían descuidado al no darse cuenta de que habían salido de la residencia con el disfraz de la fiesta, sin acordarse de llamar a Horton para que les llevara ropa decente al hospital.
Una hora más tarde, Brett y el tío George entraban al hospital para visitar a Sonia y a la bebe.
-en serio Senador McAllwn, se ve usted muy guapo con su faldita hawaiana, de traje se ve muy serio. – le dijo una enfermera
-¿viste eso, Tío? – dijo Brett a su tío, ya que muchos de los empleados del hospital habían visto la fotografía en el periódico de la mañana y solo se reían al verlo pasar.
Cuando entraron a ver a Sonia, se dieron cuenta que había un hombre con ella, este era el padre de Brett, que hasta ese momento había dedo su brazo a torcer con respecto a Sonia.
Ninguno de los dos se había dado cuenta de que habían llegado tanto Brett como el Tío, y como Brett quería saber que era lo que su padre había ido a hacer al hospital, no dijo nada, solo entro y escucho lo que este le decía a su amada Sonia.
-Vengo a pedirte que me perdones, aunque un poco tarde, comprendí. – le decía a Sonia el padre de Brett.
-Señor McAllwn, desde el momento en que acepte a Brett, no solo lo perdone a él, so no a todos, por cualquier daño que me hayan causado. – le dijo ella con su dulce voz.
Fue en ese momento que Brett se acercó a su mujer y dándole un beso el abrazo fuertemente, para después abrazar a su padre, el Senador Harrison también abrazo a su cuñado.
Unos minutos después el Congresista Charles McAllwn sacaba un estuche de su bolcillo diciendo:
-esto mi madre lo dejo para la esposa de mi hijo, y yo deseo entregarte esto a ti, como la esposa de mi hijo y madre de mis nietos. – y extendiendo la mano le entrego el estuche a Sonia, a esta al abrirlo se le fue el aliento, pues eran un hermoso aderezo de amatistas y diamantes, consistente en una tiara, un collar, aretes, dos brazalete y anillo.
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Editado: 20.11.2020