Capítulo 2.- Preludio

Alejandra colocó el teléfono en altavoz para escuchar a su amiga, mientras preparaba una refrescante limonada para calmar su sed.

 -Ale, querida!. Me imagino esperas con ilusión el día de mañana. Harás tu entrada triunfal en la oficina del soltero más cotizado de la ciudad. Es un bombón, te diré. Vos estás bendecida. Mira que tener de tutor al guapo de Leonardo Ruggieri.

-Estoy ansiosa. Por conocer a quien será mi tutor, pero no por las razones  que está pensando esa cabezota traviesa que tienes tú. Sino porque espero aprender sus técnicas en el mercado laboral.

-Si que sos aburrida, nena. De seguir así te quedarás sola y tendrás de compañía un centenar de gatos.

-Exagerada. Ya tendré tiempo para esas cosas. Por ahora, estoy enfocada en terminar mis estudios y lograr una buena plaza para ayudar económicamente a mi familia. 

-Tengo plena seguridad que en poco tiempo alcanzarás tus metas, pero no te vendría mal que en el ínterin disfrutarás de las mieles del amor. Mirame a mi que estoy enamorada hasta las trancas de mi querido Roberto. Feliz como una lombriz.

-Um, pues me alegro por ti amiga. Te dejo porque voy a preparar el atuendo para el día de mañana.

-Claro. Vas a impresionar. Si sos una diosa.

-Aduladora. Nos vemos. 

Karla y Alejandra se conocieron hace un poco más de un año en un seminario de planner de campañas publicitarias y desde ese momento se hicieron inseparables. De personalidades distintas pero con gustos similares puesto que ambas eran amantes de la naturaleza y el ejercicio al aire libre, lo que trataban de hacer todos los fines de semana cuando recorrían en bicicleta los parques naturales que abundaban en la ciudad y eran miembros de un club de senderismo. De allí que mostraban cuerpos bronceados y esculpidos. Las dos poseían una estatura más alta que el promedio. Karla rubia de cabello corto y rizado.   Alejandra blanca de cabellos negros largos con suaves ondulaciones que enmarcaban su delicado rostro. Ojos verdes de pestañas rizadas.

Alejandra se dispuso a revisar su vestuario comprado en tiendas de segunda mano pero como poseía un gusto exquisito y talento para el diseño, adaptaba sus prendas y siempre se veía regia e impecable. Eso le daba seguridad.. Estada decidida a dar una buena impresión .

De personalidad fuerte, altiva, seria, reservada. Con férreos principios morales e ideas conservadoras. Prefería los libros a las rumbas universitarias. Muy familiar y amante de las buenas costumbres.