“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”
Isaías 55:6 (RVR60)
¿A caso Dios se esconde? ¿Sera que Dios juega escondedero para que nosotros no le encontremos? ¿Sera que Dios se aleja?
Dios no se esconde, su presencia llena todo el universo, está en todo lugar, el aire que respira es el soplo de vida de Dios para nosotros, Dios está en todo lugar y no se esconde. Dios tampoco se aleja, Él siempre está cerca, sin embargo nosotros aun teniendo a Dios tan cerca estamos lejos de Él. De que nos sirve tener un Dios que es omnipresente (está en todo lugar) si no le prestamos atención, sino le dedicamos tiempo, si siempre estamos en nuestros afanes y cuando se trata de algo que ver con Dios nosotros siempre estamos «ocupados».
Parte de lo hermoso de Dios es que es capaz de verte y encontrarte sin importar donde tú estás, por eso el Salmista decía:
¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.
Salmos 139:8-10 (RVR 1960)
Dios tiene el poder para estar en todos los lugares en cualquier momento pero, quiero preguntarte algo: ¿Te preocupa lo que acabo de contarte sobre ese tipo de poder que viene de Dios? ¿Te preocupa saber que él puede verte en cualquier lugar, así sea de día o de noche? Si te preocupaste, es tiempo de reflexionar un poco sobre el impacto de las decisiones que tomamos. Si nos equivocamos y pecamos entonces lo indicado es inmediatamente ponernos a cuentas con Dios y pedirle que nos perdone y nos ayude a cambiar lo que estamos haciendo mal; porque si queremos estar con Él debemos esforzarnos y seguir buscando la presencia de Dios en nuestras vidas.
¿Cómo puedes encontrar la presencia de Dios? Una de las maneras de sentirte cerca de Dios es comunicándote con Él. Te lo explico de esta manera:
Imagina que una persona muy importante para ti (familiar o amigo) se ha ido a otro país y como son tan cercanos se hablan todos los días ya sea por teléfono o por medio de las redes sociales, sabes que está lejos pero al mantener la comunicación sientes como la relación con esa persona no ha cambiado ya que están en constante comunicación.
Pasa lo mismo cuando tú te comunicas con Dios, Dios si está pendiente de ti, Dios si te observa, te mira, te ama y suele comunicarse contigo (a veces no lo notas pero, otras veces sientes claramente su dirección) pero tú debes hablar con Él, debes contarle tus días aunque Él ya lo sepa, es importante que lo busques en oración para que sientas que alguien que verdaderamente te ama está escuchándote y cuando llevas peticiones ante su presencia, Él te responderá a su tiempo y a su manera (no siempre suceden las cosas como las queremos y en el tiempo que lo solicitamos, pero te aseguro que Dios sabe darte lo mejor y en el momento indicado).
¿Qué es lo que sucede con las personas en el siglo XXI? Sabemos que debemos orar a Dios y no sólo por peticiones sino también por agradecimiento. Sólo el hecho de despertar y ver el amanecer amerita un agradecimiento a Dios, el hecho de regresar a casa y ver a tu familia también debes agradecerlo, pero ahora imaginemos un poquito la escena de lo que suele pasar en la actualidad:
Tu rutina es la Siguiente:
Hora de Levantarte: 6:00 am
Tiempo que tardas en alistarte para irte: 45 min
Hora de irte a trabajar:6:45 am
Hora de entrada a trabajar:7:30 am
Hora de almuerzo:12:00 – 01:00 pm
Hora de Salida de Trabajar:4:30 pm
Hora de llegada a la casa:5:15 – 5:30 pm
Tiempo para saludar y ponerte cómodo:5:30 – 6:00 pm
Cena:6:30 – 7:00 pm
Tiempo de ver noticias / TV:7:00 - 8:00 pm
Tiempo para alistar lo del día siguiente:8:00 – 9:00 pm
Hora de Redes sociales:9:00 – 10:00 pm
Hora de dormir:10:00 pm
(Posiblemente sea más tiempo en las Redes Sociales o más tiempo en alistarte si eres mujer)
Este verdaderamente parece un día ocupado, pero si te fijas falta algo importante: ¿Cuál es el tiempo para orar? Supongamos que este día no había ningún culto en el lugar donde te congregas pero, ¿Cuál es el tiempo que reservas para Dios?
Quizás por vivir en la rutina nos acomodamos y pensamos: «Acabo de despertar y tengo que orar… pero ya es tarde… bueno… lo haré mientras vaya en el bus» pero no puedes orar porque vas discutiendo con el motorista o enojado porque el carro de enfrente no se apura. Puedes decir: «En el trabajo o estudio, no puedo, me tengo que concentrar y tengo mucho que hacer. Durante el almuerzo, no puedo orar tengo que comer rápido, descansar un rato y luego seguir trabajando. Al salir del trabajo, no puedo orar voy afanado por llegar a la casa a descansar. En la casa, estoy ocupado es mi hora de ver la televisión y no puedo orar. En la noche, estoy ocupado durmiendo porque tuve un día pesado y mañana debo madrugar»; y así te pasas todos los días en tu rutina olvidándote de tu tiempo personal con Dios.