Mi Corazón A tú altura

Capitulo 9

Me acerque a ella me dijo sin mucho detalle. —¿Usted no se cambió? —no es como si tuviera donde poner ropa… —¿Dónde paso la noche? —en un hotel ¿y usted? —igual… mientras ingresábamos había un montón de ruido cosas por todos lados y muchas personas.

—Amira ¿qué haz echo? —Me dijo que modernicé el lugar… —Bueno, pero no creí que necesitaba tanto… —Bueno no se sus gustos, en tal caso si quiere cambiar algo dígamelo. —¿Cuánto estamos gastando? —Entre empleados, materiales y decoración unos 500 mil Euros.

Hice una tragada de aire asombrosa y abrí mis ojos de forma más asombrosa… —espero Amira que valga la pena… —Lo valdrá Andrés lo valdrá. —¡ah! conseguí preparar una oficina y compre una notebook… esta chica no es consciente de que tengo ya notebook, pero bueno, tampoco lo sabe…

—También un armario para los papeles… en cuanto a su agenda… —¿Que tiene? —bueno me gustaría saber sus horarios… —¿Me creerías si te digo que estoy estudiando? —Bueno… tienes dinero… —Pero dime el horario. La mire con una sonrisa.

Es como si supiera lo que pienso sobre el dinero. Mientras dictaba los horarios que los se de memoria, seguimos conversando. —Bueno aparte de eso algo que deba saber… —Mi secretaria… Sofia… ella vendrá con unos papeles…

Ella te dirá el resto sobre los horarios y mis otros socios… —Hablando de socios, Emma ya me comunico todos sus socios. —Y en cuanto al trabajo… no menciono nadad de documentos… —Bueno es normal solo Brown y yo sabemos eso…

—Entiendo… —¿Algo más? —nada más… mientras pasaba el día Amira y yo pasábamos del trabajo al almuerzo y del almuerzo a la cena… yo estaba en la oficina… Amira llego tenía en su mano mi celular me levante apresurado mientras ella hablaba —Su celular está sonando… —Vi que estaba apagado así que supuse que le faltaba bate…

Sin mucho esfuerzo se lo quité —¡Amira!, no… Suspiré no pienso gritarle no. —Por favor no toque este celular. Evítalo ¿sí? —¿es algo muy personal? —Solo… evita atender llamadas o lo que sea es más si lo ves por ahí déjalo ahí, ¿está claro?

—Está bien. Ella… sé que ella lo pensó soy un rarito o una especie de psicópata, —Ya es tarde deberías irte… —Yo cierro… —Andrés no hay puertas abajo… suspire —Bueno me encerrare en el cuarto nos vemos mañana.

Al siguiente día desperté recostado en la mesa estaba realmente cansado… tomé mis cosas, va solo una mochila con las cosas de la escuela, cuando Sali vi el marco de la puerta y los empleados llegando… esta vez me saludaron con amabilidad.

Después de eso fue Amira quien llego en taxi… con unas cuantas bolsas… —Andrés espere, Tenga —¿Qué es? —¡Un traje!, Andrés le vendrá bien… —Amira los trajes no son lo mío ¿y como supiste mi talla? —Ofende mi trabajo Andrés… acepte el traje y la derrota —Bueno los llevare ahora estoy apurado.

Me fui sin más le agradecí por supuesto, cuando llegue al departamento no pensé en verla eran las 8… lo hice inconscientemente como si fuera a estar acostumbrado. —Vaya estas más alta… ese abrazo… era inevitable ese llanto exagerado…

Bueno tampoco es que regrese de la guerra o me fui años… desde que ingrese hasta que llegamos al departamento no dejaba de abrazarme me tenía bien sujetó… como si me fuera a desaparecer o huir… nos sentamos en el sillón ella estaba feliz lloraba de felicidad y sus abrazos no paraban, me besaba como si fuera…

La última vez es dramático y exagerado, pero yo lo sentía así disfrute ese momento antes de que se apagara de nuevo el sentimiento… —¿Ya estas tranquila? Ella no decía nada no me quería soltar…. —Tienes que ir a trabajar sofí…

—¡No!, deja esa mierda ahí. el trabajo puede esperar —¡Sofía! —Andrés cállate, déjame abrazarte… bueno esta ¿sensible? No seré el amor de su vida o bueno eso creo yo, pero notó esa necesidad de no dejarme ir… —sof…

—Andrés ¿dónde estuviste? —En un café internet. —Mientes me recorrí casi todos… —Fui al más sencillo y alejado sé que ahí no ibas a estar. —¡ósea que estas arto de mí? —No, no solo… sentía la necesidad de irme… —Me enoje mucho ese día…

—Ese día me gritaste Andrés, te desconocí por un momento… —Si… y perdón. —No, yo te pido perdón el trabajo me estaba estresando… y no vi que te estaba perdiendo. Irónico ¿no? Estrés trabajo van de la mano, pero cuando se es jefe y pareja es inevitable ver la diferencia, yo también soy culpable.

Pude haber parado este circo hace mucho, pero te veía tan feliz que me olvidé de nuestra felicidad no, de mi felicidad. Me olvide de mí. —Quieres que renuncia lo haré. —Renunciar… ¿Lo harías por mí? —Sí. Mira si quieres les marco ya… —no, solo lo pensé en voz alta…

—No quiero… Que por mi culpa dejes de trabajar. La observe mirar para otro lado mientras se acomodaba podía darme cuenta que no me comprendía bien. —Dejemos lo que paso y sigamos ¿sí? Su mirada se tornaba con fusa miraba mis dos ojos saltando de uno a otro.

¿lo olvide tan simple? No, claro que no simplemente no quería pelear más estaba intentando evitar que se diera cuenta que simplemente mis emociones se apagaron como si me hubiera aburrido… no sé si se dio cuenta, pero dijo “está bien”.

Después de un abrazo todo siguió como si nada… me deje acariciar como un niño consolado por su madre habremos estado así por una hora —Sofía ya vete a trabajar —No Andrés, sé que si me voy… —Sofía no me voy a ir… estoy bien volví a ser el mismo.



#21393 en Novela romántica
#4105 en Joven Adulto

En el texto hay: mentiras, celos, dinero o amor

Editado: 27.01.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.