Aarón
No había ninguna señal de la vecina loca, desde el incidente con la rata ya habían pasado varios días y no la había visto en el edificio, e ir al café estos días me era imposible, las clases en la universidad me tenían muy ocupado y peor aún que ya estaban empezando las entregas de trabajos para ganar puntos.
Aparte los libros que tenía y me levanté dirigiéndome a la salida había estado más de 2 horas en la biblioteca buscando información para un trabajo, para mi mala suerte no logré encontrar nada.
Mientras iba caminando por los pasillos varias chicas me saludaban con sonrisitas y exhibiendo de más sus atributos ante mis ojos.
–Aarón –me detuve frente a una pelirroja bastante guapa
–Hola linda– le sonreí y ella se sonrojo, trate de no rodar los ojos ante aquel acto, era tan predecible, le hacías un cumplido y ellas se sonrojaban.
–Quería invitaré a mi fiesta– analice el papel que me extendía.
-Ahí estaré- lo tomé y me alejé.
Avance unos pasos cuando mis piernas se detuvieron en seco haciendo que chocará contra alguien, pero no me quedé a disculparme tenía que asegurarme de lo que había visto retrocedí sintiéndome extraño y entonces la vi.
Ahí estaba ella
Riendo con un chico, tenía algunos mechones de cabello tapándole el rostro, y aun así eso no evitaba que la pudiera reconocer, era Amalia mi vecina loca.
¿Pero que hacia aquí?