Mi Destino, tu Corazón

Capítulo VEINTISEIS

Dragan y Radojka no se los tomaron tan a mal cuando les pedí llevar a mi sobrino para tener su momento a solas... Ya saben a lo que me refiero, sin dejar de lado el trabajo de ella en la que sé en que consiste y necesita descansar. Prefiero tenerlo lo más lejos posible de ellos y por mi lado, pasar el tiempo de tío-sobrino. No pasa un día en la que en la que no deje de crecer. Mi cuñada le toma medidas y crece un par de milímetros por día y nosotros no dejamos de quedar maravillados ante tal acontecimiento. Volviendo al tema de conversación, Yvonne no he tenido un tiempo para acercarse a la casa y eso la tiene amargada. Quiere cumplir el papel de madrina y por los entrenamientos no puede escaparse si no es por las noches. Nos comunicamos todos los días para saber como se siente en esta etapa final del torneo.

Estaciono el vehículo a un lado de Tomaž, que está cruzado de brazos y el peso de su cuerpo en el baúl del mismo. Una vez que salgo, rescato de los asientos traseros el bolso de Radojka que me lo cargo al hombro y tomo a Radovan en mis brazos para cerrar la puerta y poner la alarma.

- ¡Este niño va a salir jugador de handball!- grita Tomaž cuando estoy a su lado y observa al niño que apenas abre los ojos- ¡Vaya! Tiene ojos verdes... Y pensaba bromear con que es parecido a tí.- me río y nos encaminamos a la zona de boletería.

- Si, lástima que no voy a ser el centro de tus bromas.- le contesto con un poco de ironía y lo capta enseguida al golpear mi cabeza- Fui la cargada de todo el equipo en estos años que estoy en el equipo, ya no quiero ser parte de todo eso.

- No seas aguafiestas, hasta le doy la razón a Jürgen de que eres un viejo amargado.- freno mis pasos y me giro hacia él, por lo que tengo que bajar la mirada y devolverle mi peor mirada- ¿Ves? Eres amargado, necesitas a alguien que te quite esa amargura y...

- Ya me lo sé todo ese repertorio.- le interrumpo para seguir el camino hacia la boletería mientras él sigue mis pasos- Quieres buscar una mujer y ya estoy bastante pasado de moda para las jóvenes. Tampoco me importa lo que pienses.

- Tranquilo Marko, solo bromeaba...- se ríe, solo que para mí no es nada gracioso- Debí de suponer que estás interesado en alguien.- trato de sostener a Radovan ante la sorpresa que me llevo de lo que dice mi acompañante- Trata de disimular un poco. ¿Acaso es la madrina de tu sobrino?- para que negarlo. Niego con la cabeza en respuesta.

- No lo es y espero tampoco lo sepas. Solo quédate con la idea que solo tengo interés hacia una mujer.- me encojo de hombros y pido dos boletos.

Nos ubicamos en los asientos donde estuve con Yvonne y Britt, antes del juego en la que quedaríamos eliminados del torneo internacional. Muchos de lo que están a la espera de la entrada de los equipos nos reconocen y nos piden autógrafos o fotos. No sé como lo hice, pero cumplí con los pedidos sin perder a mi sobrino, aferrándome bien de él. Veo muchas trompetas, algunas de ellas ya están aturdiéndome y temo que Radovan empiece a llorar. Radojka siempre deja en el bolso algo para cubrir sus oídos... Debí pensar en eso antes de entrar. Me alejo de la ebullición de personas para buscar los benditos algodones para cubrir los oídos de mi sobrino. 

Los gritos se escuchan aún más fuerte y agradezco que pude terminar de colocarle los mismos a Radovan. Lo dejo jugando con su peluche y me giro para observar la cancha. Me doy cuenta que el estadio está a oscuras y las luces iluminan a los equipos que entran a la cancha. Ese cabello rubio que lo reconocería en cualquier parte en donde esté, se hace presente junto a sus compañeras. Mis oídos se ponen en alerta al oír los quejidos del pequeño y vuelvo mi atención a él, por lo que me falta el aire al ver que está a punto de caerse del asiento. Lo tomo y parece reírse de mi expresión, sus manos jugando con mi nariz... ¡Casi me da un infarto de verlo en peligro! Cuando lo tengo suficientemente protegido en mis brazos, mi mirada se dirige a la cancha, donde están a punto de comenzar el encuentro.

Están a cinco minutos la primera parte y Tokaj lleva siete goles de diferencia. Resulta que Lara sí juega en el otro equipo, pero no ha jugado ni cinco minutos de los veinticinco que se están jugando. Me pregunto que tiene su entrenador para que no aproveche una jugadora como ella, que tiene el pase-gol en sus manos... En otras palabras, está regalando el partido. Ha de pesar mucho llevar su apellido, tampoco será fácil ser reconocida por ser "la hermana de". Todos los reconocimientos se lo lleva su hermana mayor y no le veo con remordimiento por eso. La que sí se ve frustrada es Britt. A pesar de estar ganando, no ha sido su mejor versión... Lo que me hace recordar aquella vez que Hannah estaba enojada por perder tantos balones y más que le echaba más leña al fuego cuando me puso de excusa. ¡Dios! Sólo mi amiga me hace pasar por eso.

Radovan removiéndose en mis brazos me quita de mi ensoñación. Mis ojos se dirigen a Tomaž que grita efusivo para luego tener la atención en la cancha, en el momento que Britt pierde otro de los tantos balones y se anuncia la finalización. Yvonne corre directo a Britt... Se ve enojada y se lo trasmite a su amiga. Mientras todas se alejan, ellas están metidas en una discusión bastante fuerte. No dejo de observarlas, temiendo que olviden la amistad que llevan de años y la violencia entre ellas se haga presente.



#4847 en Novela romántica
#1358 en Chick lit

En el texto hay: amigos, amor, deporte

Editado: 31.12.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.