Mi Destino, tu Corazón

Epílogo

DOS AÑOS DESPUÉS

Pienso si hay algo del que arrepentirme desde que conocí a Britt, mi respuesta es no. Desde ese día en el que le propuse vivir conmigo, todo fue para mejor. Estamos felices juntos y por las noches le hago el amor hasta saciarnos, sin pasar malos ratos como los que he vivido con Dragan y Radojka. Pero sí ciertos inoportunos cuando nos encendíamos solo con mirarnos, esa mirada de color celeste convirtiendo en un azul oscuro por el deseo. Yo no hago más que complacerla en todos los sentidos. Como cualquier pareja, tenemos nuestras peleas pero son motivos sin sentido... Bueno, no del todo. Yo soy madridista mientras Britt es fanática de Bayern Munich, y las discusiones vienen a raíz de quien es el mejor. La cámara que le regalé, lo usa todos los días y en todo momento. Me llena el corazón saber que hice un bien al regalárselo, contándome las historias de los viajes que hacían con sus padres y las lágrimas que no dejan de aparecer a cada rato.

Con el pasar del tiempo, Britt puso su toque en la casa y solo por eso me enamoró más de ella. Cada rincón tiene algo suyo, eso le da vida propia y mis tardes después de un entrenamiento frustrante necesito estar allí. Soy el primero en llegar y cuando ella se hace presente, tengo preparado el batido. Se ha vuelto una costumbre, como el de pasar unos días solo porque ella tiene que jugar algún partido fuera del país. Son cosas a las que debemos resignar a convivir, más si por el bien de ella. Aún sigue siendo elegida como la jugadora más valiosa de la temporada, mientras yo hago lo mejor que puedo para ganar el primer campeonato profesional.

Después de desvincularme de Cerkno, mantengo el contacto con Jürgen y Jan. Admitieron que en el comienzo de la primera temporada sin mí, les fue difícil llevar al equipo ganar sus primeros juegos, hasta obtener los torneos. Siempre que pueden, me llaman para ponerme al día... ¡Hasta para pedirme consejo de mujeres! Jürgen se reconcilió con su única novia, con la promesa de serle fiel y espero que cumpla. Por el lado de Jan, me tiene tranquilo de que no tenga problemas de corazón.

Pero en este momento me lo tiene más preocupado el estado de salud de Britt. Lleva días encerrándose en el baño y está más pálida de lo normal. Del club le dieron unos días de descanso, por lo que Yvonne viene a verla todos los días. No hago más que frustrarme por no poder hacer nada para que se sienta mejor, la angustia me invade de solo verla con lágrimas en sus ojos... No hago más que llorar con ella.

- Dime que estarás bien.- le digo con el nudo en la garganta. Me da miedo dejarla sola cuando este es mi último juego como profesional y la abrazo- Pediré que me suplanten y daré por finalizado...

- Tienes que ir Mark, es el juego más importante y no te retendría por un problema gástrico.- me interrumpe y besa mi mejilla- Ve. Te prometo que me comunico con Yvonne y me haré el control.

Ya más tranquilo de que Yvonne viene en camino, me despido de ella y salgo de la casa. Me sorprende verla como un cohete corriendo hacia la casa sin percatarse de que estoy cerca. Lo que más me llama la atención es que lleve un paquete rojo a mano... A de ser alguna pastilla. Me acomodo en el asiento de conductor y me encamino hacia Miskolc. Supieron entender el motivo por el cual no concentraría, pero con la promesa que estaré cuando tuviera a una persona que esté pendiente a ella.

- ¿Cómo sigue Britt?- me preguntan cuando entro al vestuario- Tu expresión lo dice todo. ¿Le has dicho que vaya a controlarse?- es el entrenador quien me pregunta y suspiro.

- Me prometió ir con Yvonne, pero me tiene muy nervioso.- entrecierro los ojos con la mirada perdida.

- ¿No crees que ella estaría...?- la pregunta del capitán queda a medio decir y me sobresalto al escuchar a Tomaž como tose. Atino en darle mi botella de agua que llevo en el bolso- ¿Estás bien?- el mismo le golpea la espalda.

- Lo siento, es que me atragante con mi propia saliva.- su voz no sonó de lo más normal que llego a pensar que fue un pretexto- ¡Te tardaste demasiado Živković!- lo miro frunciendo el ceño... ¿Y a éste que le ocurre?

El entrenador nos muestra las tácticas para desarmar la defensa. A los puntas les pide tener los ojos en el balón en momentos del quite y así formar un contraataque. Quedo ajeno a lo que dice el entrenador, pensando en lo que quería decir el capitán... ¿Si ella está enferma? ¿Si algún virus pudo afectar sus defensas? Su pregunta me dejó con más dudas del que salí de casa.

- ¡Živković!- me sobresalto al sentir que me gritan en el oído y sin pensarlo, una de mis manos estampan en la cara de alguien y se queja- ¡Mierda Marko! ¡Pegas duro!- es la voz de Tomaž y me giro a él para encontrarme mi mano marcada en su pómulo y frente.

- Discúlpame.- atino a decir mientras observo al entrenador preocupado- No tengo la mente en el juego, si puede ponga a Marin y no haré mal rato...

- Creo que te convendría ponerte de titular y dejar de pensar en que tu novia esté mal.- el entrenador golpea mi hombro y asiento en respuesta.

Con un último aliento por parte del capitán, entramos al campo de juego y diviso a mis hermanos en un lugar apartado del barullo mayor. Sabina con mi pequeño sobrina en brazos mientras su hermana mayor cuida las espaldas de ellos... Todo una guardaespaldas a sus siete años. Jelena, Karolina y Dragan la acompañan. No muy lejos de ellos, me sorprendo ver a mis antiguos pupilos. Ya soy todo unos hombres, incluso llego a ver a Hannah y Lex con mi pequeño ahijado que ya tiene tres años y medio. Pero todavía me sigue preocupando la salud de Britt.



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En el texto hay: amigos, amor, deporte

Editado: 31.12.2018

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