Sigue Narrando Daniel
Bajo a Marina quien sigue sonriendo, ella es hermosa cuando sonríe, por Dios que estoy diciendo aunque pensar eso no tiene nada de malo soy hombre y solo digo lo que veo, puesto que admitir la belleza que ella porta es lo que menos puedo dejar de admitir.
Ella busca mi mano así que yo mismo tomo la suya para llevarla a mi vehículo el cual esta estacionado a unos pasos.
Y si bien ambos estamos empapados de agua eso no importa, lo único que importa es que ella sigua asì de feliz como lo es ahora, no puede ser que aparte de tierna ella es hermosa.
Narra Marina…
No lo puedo creer que yo esté dentro de un vehículo con un desconocido. La verdad es que en mi vida he estado a solas con un hombre eso es porque cuando por fin empecé a ser una adolecente me quede ciega y ahora después de casi once años de ese accidente soy una joven y si tal vez sea algo penoso decir que nunca he estado con un hombre a solas eso es más que la verdad.
Debo aceptar que me faltan un montón de cosas que experimentar de las cuales no sé si logre hacerlo puesto que ser yo es tan difícil.
Pero eso ahora no importa si no que estoy aquí y por hoy soy libre asì que lo voy a disfrutar al máximo.
Escucho como ese desconocido cierra la puerta por lo que un silencio me invade hasta que se escucha como sube para luego manejar.
— ¿Tienes idea a dónde ir? ¿Has ido alguna vez algún restaurante de comida rápida? —pregunta con amabilidad.
—No, no he ido alguno de comida rápida, si acaso he visitado en escasas veces a uno que otro pero son elegantes—frunzo el ceño apenada.
—No te preocupes, yo sé de uno, te va encantar las hamburguesas de ese lugar.
Minutos después…
El detiene el coche y después baja del vehículo, desde mi lugar de asiento espero a que él abra y cuando lo hace él toma mi mano para ayudarme a bajar.
Ante su caballerosidad respondo con una sonrisa a la vez que menciono un “Gracias” seguido de eso tomo su brazo y sigo sus pasos.
De pronto una música invade mis oídos, el sonido de esa junto a la voz de varias personas hace que el ambiente sea agradable y muy diferente al que estoy acostumbrada, no puedo creer que ahora no solo este con un desconocido sino que también estoy en un restaurante de comida rápida.
—Buenas tardes…—escucho decir a un chico.
—Buenas tardes—ambos respondemos.
Eso me hace sonreír apenada, después de eso dejo que ese desconocido prosiga.
— ¿Desean ordenar? —pregunta el otro chico el que supongo es el mesero.
—Claro.
—Aquí dejare el menú con permiso.
—Enseguida te leeré el menú y me dices que se te antoja.
Ese desconocido empieza a leer ese menú el cual suena demasiado tentador y delicioso juro que se me antoja todo lo que hay ahí, pero sobre todo quiero un refresco con mucho hielo ah y no puede faltar un helado sabor vainilla.
Él termina de leer el menú para enseguida preguntar qué es lo que deseo ordenar.
—Se me antoja una hamburguesa especial de sirlon, con mucho queso, papas fritas y un refresco con hielos y por favor de postre un helado de vainilla—sonrio entusiasmada.
—Vaya sí que tenías antojo y claro que te pediré eso, espera por favor ahora vuelvo—escucho como él arrastra esa silla y se va.
De mi parte sigo escuchando esa música la cual es buena, asì permanezco hasta que el vuelve.
—Pronto vendrán con nuestra orden.
—Por cierto ¿Cómo te llamas? —pregunto con una sonrisa marcada en mis labios.
—Yo me llamo Daniel—él toma mi mano.
Siento la textura de su mano, y debo decir que son tan suaves que estoy segura de que su novia adora sus manos, sí que es suertuda de tener un novio con manos tan suaves como las de él.
Por cierto su nombre es hermoso, claro ese nombre ya lo había escuchado creo que se llama como el chico que le gusta a mi prima, como sea sigo sintiendo la suavidad de esa mano hasta que decido soltar.
—Yo me llamo Marina aunque estoy segura que ya lo sabes.
—Sí, tu nana me lo dijo, es muy bonito tu nombre.
—El tuyo también Daniel—pestañeo un par de veces.
Unos minutos después…
—Aquí está su orden—ese mesero ha vuelto.
Desde aquí huelo esa hamburguesa la cual estoy segura de que esta deliciosa, ciento como ese mesero se va ¿Y mi hamburguesa? Recién pregunto eso cuando ciento a alguien detrás de mi bueno ese es Daniel lo sé por su aroma.
Él desde ahí toma mis manos y después de eso pone esa hamburguesa en ellas.
—Aquí tienes, te vi algo confundida asì que aquí tienes. Ah y el refresco está a tres dedos de distancia—termina de decir.
Él suelta mis manos y vuelve a su asiento.
Editado: 22.02.2024