Mi dulce luna

Capitulo 4.

Estefan.

Salgo solo, pero Mateo me insistía que el también fuera.

Pero me negué si no venía con nadie no venía a pelear o eso quiero pensar.

Afuera lo encontré tranquilamente admirando mis tierras.

-¿Que haces en mis tierras?_digo.

-Solo quiero paz, a cambio de algo_responde.

-¿Que quieres.

-Quiero a esa chica.

Estaba señalando a la ventana de mi habitación así que supuse que se trataba de Melissa.

-¿Acaso me crees idiota?, Tu la dejaste suelta, un alfa prudente no hace eso.

-Bien como digas, pero entonces te digo que esto es guerra.

-¿Enserio?, Crees que te tengo miedo. Pues déjame decirte que no y si tú quieres guerra la tendrás.

Digo dándole la espalda y cerrando la puerta frente a su cara.

Mateo me miraba fijamente.

-Escuche todo, ¿Que piensas hacer?.

-Esperar, si el ataca entonces atacaremos...

-No puedo creer que de un amigo se convirtió en enemigo.

-Yo tampoco pero así lo quiso la diosa luna, te dejo tengo que ver a Melissa.

-Claro, adiós supremo alfa.

Me río y respondo.

-Adios. Cachorrito.

Entro a la habitación y veo a Melissa sentada y en mi cama.

-Hola, supongo que escuchaste.

-Si, lamento traerte problemas.

-Esta bien, pero quieres contarme ¿Porque no te quedaste en tu manada?.

Su silencio me dice mucho creo que toque tema tabú.

-Si no quieres contarme no te preocupes_digo acariciando su mejilla.

-El alfa, me quería como suya y quería que me casará con el pero... Me negué y me desterró.

-Idiota, te destierra y quiere que vuelvas simplemente es un...

-Basta, si solo traire problemas es mejor que me valla, ni siquiera se tu nombre.

-Estefan, y de ninguna manera te dejare ir tu eres mi mate, mi luna y tus problemas son los míos.

Le doy un cálido beso en su mejilla haciéndola sonrojar, se veía claramente ya que era de piel blanca.

-Buenas noches_digo a punto de salir.

-No, quédate conmigo por favor...

Le regaló una sonrisa y vuelvo.

Me acuesto a su lado y la tomo en mis brazos abrazándola y cubriendo todo su cuerpo.

Es increíble, gracias luna por ayudarme a encontrar a mi mate...

 

Melissa.

Eh dormido con el alfa... Bueno mi mate Estefan.

Tenía miedo de lo que podría hacer Erick.

Le conozco bien y se que hará hasta lo imposible para obtener lo que quiere.

Volteó a lado de la cama y ya no esta...

Valla creo que madruga.

Me levanto y me doy una ducha pero...

Oh no mi ropa me olvidaba de ella, parece que hubieran leído mis pensamientos cuando entra una señora de aproximadamente unos 50 años.

-Buenos días jovencita.

-Buen día.

-El alfa me pidió que le trajiera esta ropa.

Miro bien y hay ropa en abundancia.

-Bueno me retiro compromiso.

-Gracias.

-De nada tenga un lindo día.

Esa señora era bastante agradable para ser exactos.

Observo bien la ropa y decido ponerme unos jeans blancos y una remera negra.

Me amarro mi cabello en una trenza y salgo de la habitación.

Me confundo ya que hay muchos pasillos pero afortunadamente veo alguien.

-Hey, ¿Sabes dónde está la cocina?.

La chica voltea y veo que es muy hermosa parece modelo.

Cabello rubio, ojos celestes y cuerpo exelente.

-Hola, si claro sígueme.

Sigo a aquella chica linda y por fin llegamos a la cocina y decido entablar una conversación.

-¿Quien eres?_pregunta.

-Me llamo Melissa y...

No me deja terminar y me da un cálido abrazo.

-Bienvenida Melissa.

-¿Sabes quién soy?.

-Claro, Mateo me dijo que eras la mate del alfa.

¿Quien es Mateo?, Da igual por lo menos me conoce.

-Ah si ¿Cuál es tu nombre?.

-Me llamo Cindy, y soy la mate de Mateo el beta de la manada.

Guau por fin siento que me llevo bien con alguien.

Al menos ella era beta y yo una simple Omega.

-Oh espero llevarme muy bien contigo.

-Yo también.

-Bueno perdón pero tengo que irme encantada de conocerte.

-Igualmente_digo mordiendo una manzana.

Creo y espero llevarme bien con todos.

Empiezo a oler ese delicioso aroma y me percato de que Estefan está parado en la entrada de la cocina.

-Hola_saludo.

-Buen día, veo que ya conociste a Cindy.

-Si, es bastante agradable, aproposito gracias por la ropa.

-De nada linda, pensé que te quedaría bien y así fue.

Le sonrió y el también cuando sonríe veo unos pequeños oyuelos.

-Te hiba a comentar que en la tarde te presentaré con todos. ¿Está bien?.

-Si claro.

-Bueno te veo en un rato tengo que resolver algo.

Asiento y desaparece de mi vista.

Estaré enfrente de mucha gente, siempre tuve pánico escénico.

Espero no cometer una estupidez...

 

 




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