Estefan.
Salgo solo, pero Mateo me insistía que el también fuera.
Pero me negué si no venía con nadie no venía a pelear o eso quiero pensar.
Afuera lo encontré tranquilamente admirando mis tierras.
-¿Que haces en mis tierras?_digo.
-Solo quiero paz, a cambio de algo_responde.
-¿Que quieres.
-Quiero a esa chica.
Estaba señalando a la ventana de mi habitación así que supuse que se trataba de Melissa.
-¿Acaso me crees idiota?, Tu la dejaste suelta, un alfa prudente no hace eso.
-Bien como digas, pero entonces te digo que esto es guerra.
-¿Enserio?, Crees que te tengo miedo. Pues déjame decirte que no y si tú quieres guerra la tendrás.
Digo dándole la espalda y cerrando la puerta frente a su cara.
Mateo me miraba fijamente.
-Escuche todo, ¿Que piensas hacer?.
-Esperar, si el ataca entonces atacaremos...
-No puedo creer que de un amigo se convirtió en enemigo.
-Yo tampoco pero así lo quiso la diosa luna, te dejo tengo que ver a Melissa.
-Claro, adiós supremo alfa.
Me río y respondo.
-Adios. Cachorrito.
Entro a la habitación y veo a Melissa sentada y en mi cama.
-Hola, supongo que escuchaste.
-Si, lamento traerte problemas.
-Esta bien, pero quieres contarme ¿Porque no te quedaste en tu manada?.
Su silencio me dice mucho creo que toque tema tabú.
-Si no quieres contarme no te preocupes_digo acariciando su mejilla.
-El alfa, me quería como suya y quería que me casará con el pero... Me negué y me desterró.
-Idiota, te destierra y quiere que vuelvas simplemente es un...
-Basta, si solo traire problemas es mejor que me valla, ni siquiera se tu nombre.
-Estefan, y de ninguna manera te dejare ir tu eres mi mate, mi luna y tus problemas son los míos.
Le doy un cálido beso en su mejilla haciéndola sonrojar, se veía claramente ya que era de piel blanca.
-Buenas noches_digo a punto de salir.
-No, quédate conmigo por favor...
Le regaló una sonrisa y vuelvo.
Me acuesto a su lado y la tomo en mis brazos abrazándola y cubriendo todo su cuerpo.
Es increíble, gracias luna por ayudarme a encontrar a mi mate...
Melissa.
Eh dormido con el alfa... Bueno mi mate Estefan.
Tenía miedo de lo que podría hacer Erick.
Le conozco bien y se que hará hasta lo imposible para obtener lo que quiere.
Volteó a lado de la cama y ya no esta...
Valla creo que madruga.
Me levanto y me doy una ducha pero...
Oh no mi ropa me olvidaba de ella, parece que hubieran leído mis pensamientos cuando entra una señora de aproximadamente unos 50 años.
-Buenos días jovencita.
-Buen día.
-El alfa me pidió que le trajiera esta ropa.
Miro bien y hay ropa en abundancia.
-Bueno me retiro compromiso.
-Gracias.
-De nada tenga un lindo día.
Esa señora era bastante agradable para ser exactos.
Observo bien la ropa y decido ponerme unos jeans blancos y una remera negra.
Me amarro mi cabello en una trenza y salgo de la habitación.
Me confundo ya que hay muchos pasillos pero afortunadamente veo alguien.
-Hey, ¿Sabes dónde está la cocina?.
La chica voltea y veo que es muy hermosa parece modelo.
Cabello rubio, ojos celestes y cuerpo exelente.
-Hola, si claro sígueme.
Sigo a aquella chica linda y por fin llegamos a la cocina y decido entablar una conversación.
-¿Quien eres?_pregunta.
-Me llamo Melissa y...
No me deja terminar y me da un cálido abrazo.
-Bienvenida Melissa.
-¿Sabes quién soy?.
-Claro, Mateo me dijo que eras la mate del alfa.
¿Quien es Mateo?, Da igual por lo menos me conoce.
-Ah si ¿Cuál es tu nombre?.
-Me llamo Cindy, y soy la mate de Mateo el beta de la manada.
Guau por fin siento que me llevo bien con alguien.
Al menos ella era beta y yo una simple Omega.
-Oh espero llevarme muy bien contigo.
-Yo también.
-Bueno perdón pero tengo que irme encantada de conocerte.
-Igualmente_digo mordiendo una manzana.
Creo y espero llevarme bien con todos.
Empiezo a oler ese delicioso aroma y me percato de que Estefan está parado en la entrada de la cocina.
-Hola_saludo.
-Buen día, veo que ya conociste a Cindy.
-Si, es bastante agradable, aproposito gracias por la ropa.
-De nada linda, pensé que te quedaría bien y así fue.
Le sonrió y el también cuando sonríe veo unos pequeños oyuelos.
-Te hiba a comentar que en la tarde te presentaré con todos. ¿Está bien?.
-Si claro.
-Bueno te veo en un rato tengo que resolver algo.
Asiento y desaparece de mi vista.
Estaré enfrente de mucha gente, siempre tuve pánico escénico.
Espero no cometer una estupidez...