Mi dulce primavera.

Capitulo 6: Primavera y Otoño.

"Talvez el problema soy yo. Talvez espero demasiado de los hombres. Talvez mi amor por los libros y las letras ha empañado mi buen juicio sobre la realidad. Tal vez sueño demasiado con cuentos de hadas. Talvez me hago iluciones infundadas demasiado de prisa. Talvez me enamoré espontáneamente. ¿Cómo podría estarlo? Solo le he visto un par de veces.

¿Por qué? ¿Por qué los hombres son así? ¿Por qué son tan atentos y dulces para luego no estar seguros de lo que sienten?

No. Ésta vez he sido yo. Talvez no debí aceptar verlo aquel sábado. Talvez no debí esperar más a cambio".

Llegó el viernes y April no se decidía en ir o no al parque. Pero luego se convenció de no dejar que el recuerdo de un corazón roto le hiciera apagar los colores vivos que ella mantenía.

De manera que fue a sentarse a la misma banca de siempre, a la misma hora. Así como el siguiente viernes, el siguiente, el siguiente y el siguiente.

Harry permanecia sentado en otro punto del parque. Un lugar desde donde podía verla pero ella a él no.

Estaba claro el punto de April sobre él. Irresponsabilidad, miedo al compromiso, talvez. Inseguridad sobre sus sentimientos para con ella.

—Pero eso no es así April. Claro que estoy seguro de ésto. — Caminaba en círculos hablando en voz alta—. Pero ¿No te parece  que las cosas iban muy rápido? — Pasó sus manos por su rostro para ponerlas tras su nuca. Estiró el cuello un poco de lado a lado y respiró profundamente—. Ésto es más complicado de lo que creí — murmuraba—. Eso no importaba en realidad. No importa si vamos rápido o no ¿Cierto? Es decir. Fui yo quien se acercó ha hablarte e invitarte a un café. Fui yo quien se apresuró a pedir otra cita. Bueno ella también lo hizo, ella se veía segura de seguir con ésto. — Volvió a sentarse al verse encajonado en los razonamientos de su monólogo.

Sacó su cámara y usando la potencia del lente, observó a April leer. Esta vez no sonreía, no tenía el mismo brillo en su piel. Su cabello estaba sujeto y sus ropas tenían mucho azul y negro.

Harry se sentía culpable por su tristeza. Pero al mismo tiempo no estaba muy seguro de cómo aclarar aquello.

—April — susurró su nombre mientras veía las fotos que le había sacado días atrás.

—Primero debes tener en claro lo que tú sientes — escuchó decir de un desconocido.

Harry giró hacia la pareja  que estaba sentada a su lado.

—¿Es ella? — Preguntó la mujer asomándose para ver algo de la fotografía.

—Si — respondió Harry confuso por la situación. Guardó la cámara y sacó un álbum de pasta gruesa, dura y color negro. Sus páginas eran del mismo color. De manera que resaltaban las fotografías de vividos colores en el centro. Le pasó el álbum a la pareja—. Es ella — indicó mostrando la primera sección.

—Oh. Es tan bonita — sonrió ella.

Pasaron las gruesas páginas para encontrar más fotografías de la misma chica.

Harry dedicó esos segundos para poner atención a la pareja a su lado que había aparecido de la nada.

"Qué curioso, que extraña coincidencia y casualidad" recordó claramente las palabras de April.

Aquellos dos extraños daban la impresión de ser polos opuestos. Él tenía ese estilo que muchos llaman Hipster. Con su espesa barba y tatuajes que cubrían su brazos hasta sus nudillos. Ella era delicada con todos esos detalles clásicos que las chicas llaman Vintage.

Él era alto, fornido y cabellos oscuros igual que sus ojos. Y ella tenía una figura pequeña y frágil, rubia y ojos tan claros como el cielo.

—Parece una chica muy dulce e interesante — observó él al detenerse en la fotografía del día en que Harry la encontró.

—Y le gusta leer — señaló ella compartiendo una sonrisa con su pareja. Él la observó con ternura y le estrechó contra sí.

—Si... Le encantan los libros, las películas y usar ropa de colores vivos. Ella... Es como la primavera — dijo con tristeza.

—Y tú ¿Qué eres? - preguntó la joven obdervandole con esos ojos curiosos. Le hicieron recordar los de April.

—Ella dice que soy como el otoño. — Sonrió viendo al frente con melancolía.

—Y ¿Podrías contarnos la historia de la primavera y el otoño? — Añadió con una sonrisa.

Harry dió un suspiro con pesar y comenzó la historia. En el fondo quería pensar que aquello le haría bien. Plantear la situación y talvez con la ayuda de estos extraños, encontrar la solución.

—¿Le quieres? — Preguntó el hombre sin rastros de broma.

—Pues ... Si.

—¿Estas seguro? — Volvió a insistir.

—Si — respondió un poco más convencido.

—Entonces ¿Cual es el problema?




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