-¿Crees que eres importante para esta familia?- dijo mi papá mofando, riendo a grandes carcajadas.
Siempre me dijeron que tenía que tolerar a mi familia, realmente eso no combinaba conmigo. Me dispusé a abandonar mi pijama de dormir. Me vestí con el uniforme del colegio y salí corriendo a zancadas. El aire iba a traves de mis mejillas, permitiendome sentir como si me encontrara volando. Las lágrimas que perlaban en mis pupilas, querían se expuestas de forma dolorosa o simple.
Todo mi mundo parecía ir en un rumbo ilógico. Al llegar a la institución educativa, todas las clases pasaron rápidamente, no las preste caso alguno. Hasta la última hora de literatura. Nos hallábamos hablando de la formas de escritura que existen. Cuando de pronto nos fuimos desviando a otro tema: la vida. Compartimos ideas y opiniones, todos ostentaban su propia definición de felicidad.
¿En qué radica la vida?- replicó repentinamente la licenciada de Literatura. El silencio se envolvió en el salón, al parecer ninguno sabía la respuesta exacta para aquel interrogante.
Salí del colegio, pensando en esa pregunta que minutos después se dispersó instantáneamente. Mientras cruzaba el parque que se encontraba a una cuadra de casa. Vi una chica, sentada en lo perpetuo de una banca, usaba lentes y se hallaba absorta en la lectura de un libro. No le preste demasiada atención y continúe mi camino.