Mi Estrella Fugaz

CAPITULO 1

Annelise:
Como cada mañana voy muy tarde al trabajo, la puntualidad no es mi gran virtud a decir verdad. Debo recorrer 30 minutos en bus para poder llegar a la cafeteria "D'Mery", mi querida jefa y socia es nada más y nada menos que mi mejor amiga Mery o como yo la llamo Mimi quien es como una madre para mí. 

A ella la conocí cuando recien salí del orfanato a mis cortos 17 años y no tenía a donde ir, me vío en un parque a la mitad de la noche dormida y su bondadoso actuar quedo grabado en mi memoria. Me ofrecio techo y comida, me brindo el cariño y el calor de un hogar.

Mimi siempre fue una mujer soltera y en sus 60 años de ese tiempo, me acogio como su hija, me brindo el apoyo necesario para estudiar cocina y resposteria y ahora luego de 5 años pudé recompensarla con el pequeño local que abrí en honor a ella "D' Mery", es la dueña total y socia. Ahora vivo sola en la pequeña casita que fue de Mimi, quien me la regalo por mi cumpleaños número 22.

Ahora ella vive junto a Carlitos un lindo señor de 70 años que desde hace ya 20 años le ha insistido ha Mimi de ser algo más que amigos, y bueno ella hace aproximadamente un año dio el tan esperado sí. 

Quiero mucho a Mimi, pero la puntualidad es su mejor amiga y la verdad que debo llegar rapido sino se enojara y me hara lavar los platos y atender a los clientes.
Ya llegando casi a tiempo y digo casi ya que solo me retrase un minuto, saludo con un beso en el cachete regordete de mi querida Mimi.


-Por un minuto y llegabas a tiempo querida Ann, soy muy vieja ya para repetirte que la puntualidad es lo más valioso en una persona- dijo Mimi mientras estaba sentada en el cajero.

-Perdona Mimi es que ayer olvide de programar mi alarma y sabes muy bien que no soy muy buena despertando sola por mi cuenta- dije mientras que me colocaba el delantal y abria la puerta de nuestra pequeña cafeteria para poder recibir a nuestros clientes de siempre, en su mayoria amigos de Mimi y personas de la tercera edad que venían por nuestros deliciosos buñuelos y ricos postres.

-Ya mi niña pero debes tratar de llegar mañana más temprano si nó le dire a Jose que el trabajo de lavar y limpiar lo haras tú- me dijo mirandome como una mamá regañando a su hija.

-Si mi querida enojona favorita, ahora sí a trabajar-dijenmientrad que entraba a la cocina para empezar a cocinar y Mimi en mostrador recibiendo los pedidos.


Nuestra cafeteria, es un pequeño lugar donde solo trabajamos Mimi, yo y Jose. Este ultimo un mexicano de 20 años a quien conosco desde hace dos años, un gran amigo y a quien quiero como un hermano.
Desde las 9 a.m que comenzamos a tra ajar hasta la 1 p.m que es el primer turno, mi linda Mimi se retira a su hogar como todas las tardes cuando su lindo prometido la espera en la entrada con un ramo de rosas. 


-Quisiera un amor como el de Mimi- dijo Carlos mientras que se sentaba en el mostrador.

-Yo tambien Jose, yo tambien- le dije riendo y sentandome en una mesita a comer una ensalada hecha por mi.

-Pequeña Ann por cierto hoy puedo salir más temprano, ya he avanzado en la limpieza y solo faltaria lavar lo usado en el segundo turno- me diji poniendo carita de cachorrito triste.

-no te preocupes Jose puedes ir tranquilo, tu sabes que te aprecio y eres un gran empleado y amigo- le sonreí y segui comiendo.


Luego de charlar y comer, abrimos nuevamente a las 3 p.m, empezamos atender a los clientes, ahora Jose en el mostrador y yo en la cocina. A eso de las 8:30 de la noche Jose se fue luego de lavar los utensilios usados y yo me quede limpiando la ultima mesa usada, esperando a las 9 de la noche.

Empeze a cerrar y ordenar todo para el día de mañana, planeando que postres preparar y organizando el mostrador, retirando los pocos postres sobrantes y empaquetandolos para poder regalarlos junto a un cafe caliente y asi endulzar la noche para alguna persona que lo necesite. 

Luego de cerrar y asegurarme que todo esta en orden, pongo en marcha mi camino hasta el pequeño parque que esta a dos cuadras de la cafeteria donde; al llegar encuentro a dos personas casi de la tercera edad recostados en pequeños cartones, dos ancianos abandonados por sus familiares que casi siempre dormian en ese frío parque. Los salude como siempre y con una claida sonrisa y les entre los pequeños postres y a cada uno uno servi del termo un vaso de cafe caliente.
Me despedí apresurada ya que llegaba tarde para poder coger el ultimo bus que llegaba hasta mi casa. 

Corri lo más rapido que pude hasta el paradero y lo unico que pude ver, fue como el ultimo bus ya se habia ido y se alejaba de mi vista. Resignada observe el reloj y me di cuenta que ya era las 9:50 p.m y debía caminar hasta casa.

Trate de caminar lo más rapido posible y con cuidado. 
Mi pequeña casa se encontraba localizada junto a otras dos casas más en una calle muy pequeña donde solo hay 3 casas; donde tenía de vecinos a Maurice una enfermera madre soltera, quien de vez en cuando me encargaba de vez en cuando de cuidar al pequeño Max de 5 años; y mis otros vecinos quienes eran una pareja de ancianitos muy amables. 
La distancia aproximada a mi dulce hogar eran 30 minutos de la ciudad en bus y casi una hora si te vas caminando.

Luego de caminar por mucho tiempo, ya casi cerca de casa, en todo el pavimento de la carretera pude ver a una persona tirada y muy herida a quien no alcanzaba a ver a simple vista, a su costado una moto que probablemente es de él.

Me fui acercando muy despacio hasta llegar junto a el desconocido, me arrodille toda nerviosa con la intencion de ayudarlo, aquel desconocido de aproximadamente 35 años creo o un poco de más edad.


-Señor puede oírme, puede escucharme, se siente bien- Dios que pregunta tan tonta pense, con la desesperacion saque de mi pequeña cartera mi celular y empeze a marcar al 911; quienes contestaron y entre mi panico y nervios logre darles la direccion exacta del sitio donde nos encontrabamos. 

Entre toda la oscuridad, lo unico que alumbra eran las farolas de la carretera; trate de apoyar su cabeza mis piernas que que el piso estaba lleno de partes de la moto. 


Podía escuchar sus quejidos pero seguía inconciente. -ayuda- reacciono aquel hombre desconocido entre quejidos.

-si, pero no te duermas vale, la ambulancia no tarda en llegar- le dije trantando de que no se durmiera y pierda nuevamente la conciencia.

-yo me llamo Annelise, pero puedes decirme Ann- trate de decirle lo más calmada posible, aguantando las ganas de llorar del panico por algo pueda sucederle al desconocido. Estaba perdiendo mucha sangre del lado derecho de su pierna y los diferentes golpes con heridas tenía hacia de su sitacion un poco más complicada.

-yo..yo..yo..ahhh- se quejaba del dolor aquel hombre.

Nerviosa y casí a punto de llorar -por favor si no puedes hablar solo trata de mantenerte despierto, mira soy tu nueva amiga si, y como amiga quiero una rica taza de chocolate caliente como invitacion para conocernos-tratando de hacerlo reír o mejor dicho de que me escuchara y no vuelva a desmayarse.

Aquel desconocido, entre suspiros y quejidos, lo ultimo que logro decir antes desmayarse con una voz muy fuerte y varonil fue - "Adrian"-.




Hola como estan soy Rosaello o pueden llamarme Rosi, y esta es mi primera novela. Espero sea de su total agrado, con amor la Autora ^^
DESEO CON MUCHO ANHELO QUE EL DÍA DE HOY, LES VALLA MUY BIEN, LLENO DE MUY BUENOS MOMENTOS...¡ANIMOS! 😊💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫





 




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