Mi estúpido niñero

Capítulo 3

Tyler y yo caminamos por los pasillos del instituto. 
Claramente las personas nos observan caminar juntos, ya que 
es el nuevo y nadie sabe absolutamente nada sobre él. Por 
suerte, nadie nos vio llegar juntos, podré decir que solo es el 
raro chico nuevo que se me acercó. 
Durante la clase de Química he podido pensar sobre mi… 
situación, y en realidad es bastante vergonzoso decir que Tyler 
está cuidándome. Porque, aunque mis padres lo nieguen, eso 
es lo que está pasando. Lo dejaron a cargo de mí porque es 
mayor de edad; sin embargo, no tuvieron en cuenta que 
mentalmente tiene como cinco años, y que, además, es un 
psicópata. Sigo insistiendo: ¡ha regalado mi coche! 
—¿Por qué continúas a mi lado? —le pregunto entre dientes. 
—No conozco a nadie más. ¿Con quién quieres que vaya? — 
pregunta a su vez desconcertado—. Parezco ser el centro de 
atención a aquí —dice en un susurro al tiempo que mira hacia 
todos lados y sonríe a una chica que está cerrando su taquilla. 
—Bien. Usa eso a tu favor y consigue amigos. 
—Pero yo quiero ser tu amigo. 
Lo miro de reojo, está mirándome mientras caminamos y 
mantiene una pequeña sonrisa inocente, elevando levemente 
sus cejas.

—Regalaste mi coche. 
—Oh, supéralo, Donnut —dice, y vuelve su vista al frente. 
—¡Lo superaré cuando yo quiera! —le grito al tiempo que 
me giro para mirarlo, enojada. 
De nuevo dirijo mi vista al frente, y veo a Jeremy a unos 
metros de nosotros. Tyler lo observa de pies a cabeza. Hago 
una mueca, eso es muy descortés, sobre todo teniendo en 
cuenta que mi novio está sonriendo de forma amigable. 
—Sam, preséntame a tu amigo —me dice Jeremy, 
cruzándose de brazos y manteniendo su sonrisa, pero mirando 
a Tyler fijamente. 
Lo que faltaba. 
—Él es… 
«Piensa, Sam, piensa…» 
—Tyler Harrison —se presenta Tyler, y estira la mano para 
saludarlo—. Soy su… 
—… primo —le interrumpo, diciendo posiblemente la peor 
mentira de la historia—. Viene de Japón. 
Sí, definitivamente es la peor mentira del mundo. Tyler me 
observa unos segundos y sonríe, sin duda pensando lo mismo 
que yo. Jeremy acepta su mano y se dan un breve apretón 
mientras intento no sentirme mal por mentirle a mi novio. 
—Así es. Soy el primo —reafirma Tyler, asintiendo con la 
cabeza. 
—Yo soy Jeremy. El novio de Sam. Encantado, Tyler. —Me 
mira a mí entrecerrando los ojos—. No te ofendas, pero no 
pareces japonés… 
—Mi madre es americana. Quizá por eso no tengo rasgos japoneses, pero te aseguro que soy de Japón —responde Tyler, 
chasqueando la lengua y encogiéndose de hombros. 
—Genial. ¿De qué parte? —pregunta Jeremy, intrigado. 
—De una parte que está muy lejos de aquí… —dice 
lentamente—. Se llama… Yorikito Lejo. 
Me llevo una mano a la sien al escuchar eso. 
Definitivamente, esta es la peor mentira del mundo. 
—Muy… genial —asiente Jeremy extrañado—. Sam, ¿cómo 
es que nunca me habías hablado de Tyler? —me pregunta 
confundido. 
Abro mi boca para responder, pero Tyler se me adelanta. 
—Qué curioso. Sam tampoco me había hablado nunca de ti 
—dice sonriendo. 
Jeremy frunce el ceño, obviamente Tyler ha sido algo 
grosero. Comienzo a reírme falsamente para evitar que sigan 
mirándose de forma extraña y que esto deje de ser tan 
incómodo, pero solo se vuelve más incómodo. Finalizo mi risa 
con un suspiro y una mueca. 
—¿No tienes entrenamiento, cariño? —le pregunto a Jeremy, 
esperando que sí lo tenga y yo pueda golpear a Tyler por 
empeorar mi mentira. 
—Sí, y llego tarde —me responde dándose cuenta de la hora. 
Se acerca para plantar un beso en mis labios—. ¿Cenamos esta 
noche en tu casa? 
—Claro —asiento contenta. 
Jeremy me guiña un ojo. Al pasar junto a Tyler, posa una 
mano sobre su hombro. 
—Bienvenido al Instituto Griffith Stone, amigo —le dice tras una palmada. 
Lo observo irse caminando en dirección a las canchas de 
fútbol. Quiero mucho a Jeremy y no me gusta mentirle, pero 
no puedo evitar sentirme avergonzada por tener a Tyler como 
mi niñero. Bueno, no niñero oficialmente, pero suena a eso. 
—¿Te vas a quedar aquí hasta que él vuelva? —La voz de 
Tyler me saca de mis pensamientos. 
—¡Yorikito Lejo! —exclamo mirándolo con los ojos 
entrecerrados. 
Se encoge de hombros. 
—¿Qué? Tú empezaste con lo del primo de Japón — 
responde elevando las cejas. 
Tiene razón, pero no pienso dársela. Mantengo los ojos 
entornados y comienzo a caminar lejos de él. 
—¿Yorikito Lejo? —me pregunta Caroline tras haber 
terminado de contarle lo que pasó con Tyler y Jeremy—. 
Increíble. 
—Lo sé. Es un estúpido. —Asiento con la cabeza, 
observando mis uñas azules. El esmalte se ha estropeado en 
algunas. 
—No me refiero a él —me dice alejándose del espejo del 
baño para verme—, sino a ti. —Me señala con su pinza de 
depilar—. Le mentiste a Jeremy. 
—Y lo siento, ¿vale? —digo bajando la mirada—. Pero… es 
patético que a tu novia le pongan un niñero solamente dos 
años mayor. 
Caroline se vuelve y me mira ladeando la cabeza. Yo quedo 
observándola, esperando su sermón. Tiene el cabello rubio 
recogido en una coleta improvisada para depilarse mejor las cejas, que ahora eleva mientras me dedica una pequeña 
sonrisa. 
—No es patético. Es… algo inusual, y hasta diría que 
injusto, pero patético no. Jeremy pensará lo mismo y te 
perdonará por mentirle. Fue… una mentira piadosa. 
—Y estúpida —digo entrando en razón. 
—Una mentira piadosa y estúpida —asiente Caroline. 
—No, yo soy la estúpida. —Niego con la cabeza al darme 
cuenta de que Caroline está en lo cierto—. Y tú tienes razón. 
—Como siempre, querida —dice asintiendo de nuevo con la 
cabeza y sonriendo satisfecha por mis palabras. 
En cuanto termina de depilarse las cejas, vuelve a dejar su 
cabellera suelta para salir. Decidimos buscar a Luke para irnos 
a tomar algo a un café que frecuentamos. Finalmente, lo 
encontramos en la galería, sentado junto a Tyler en el suelo. 
—¿Por qué se junta con él? —le pregunto a Caroline en un 
susurro. 
—No seas odiosa —me responde de la misma manera. 
—Ha regalado mi coche. —Le miro indignada. 
—Tyler es agradable. Deberías intentar llevarte bien con él. 
—Se encoge de hombros. 
—Ha regalado mi coche —vuelvo a decir. 
Caroline ignora lo que le digo y sigue caminando hacia ellos. 
Luke nos sonríe a ambas en forma de saludo mientras que 
Tyler solo se dedica a observarme con diversión. 
—Mis hermanos están obsesionados con una parodia de 
Frozen. La cantan todo el tiempo —sigue hablando Luke, 
riéndose—. Son insoportables.



#1722 en Joven Adulto

En el texto hay: adolescentes, drama, niñero

Editado: 07.01.2024

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