Mi estúpido niñero

Capítulo 4

Los ojos verdes del director van de Tyler a mí y a la inversa, 
una y otra vez. Nos está mirando desde hace quince minutos. 
No sé si es una especie de método para que contemos lo que 
pasó o qué. Pero me estoy aburriendo y solo quiero terminar 
con esto. Suelta un suspiro y coloca ambas manos sobre el 
escritorio entrelazándolas. 
—¿Quién me va a explicar lo que pasó? —nos pregunta. 
—Yo lo haré —digo, ganándole a Tyler, quien cierra su boca 
lentamente al tiempo que me fulmina con la mirada. 
El director asiente con la cabeza, dándome su 
consentimiento para relatar lo que en verdad pasó. 
—Bueno, le contaré lo que ocurrió —digo mirando a Tyler. 
SAM 
Camino por los pasillos de la escuela. He estado en la 
biblioteca estudiando historia y matemáticas, ¡mi 
pasatiempo favorito!, y me sumergí tanto en el 
maravilloso mundo de las matemáticas que perdí la 
noción del tiempo, así que ahora me apresuro para llegar 
a mi siguiente clase. Llego quince minutos tarde a 
Química. 
—Buenos días —digo, y le entrego una manzana a mi profesora favorita, aunque, en realidad, me gustan todas 
las profesoras del instituto—. Siento llegar tarde, 
profesora. 
—No te preocupes, Sam. Eres mi mejor alumna. 
Puedes pasar —me dice, muy amable—. Y muchas 
gracias por la manzana. 
Tras decirle que no es ninguna molestia llevarle una 
manzana —como hago cada vez que tengo clases con 
ella—, camino hasta mi sitio y veo que Tyler está 
asesinando a una indefensa e inocente cucaracha. 
—Pero ¿qué haces? —le pregunto, llevándome una 
mano a la boca, sorprendida. 
—No merece vivir —dice mientras le arranca su 
diminuta cabeza. 
Hago una mueca de horror y lo miro con repulsión. 
¿Cómo pueden existir personas así en el mundo? Niego 
con la cabeza y voy hasta donde están las batas y las 
gafas, me las coloco y vuelvo junto a Tyler. 
—Terminemos con esto —afirma mientras se pone a 
batir una sustancia. 
—¡No! —digo mientras trato de quitársela—. Es 
peligroso. 
—No me importa —replica, y sonríe falsamente. 
Niego con la cabeza, ¿cómo puede no importarle la 
vida de las personas que nos rodean? ¿Y nuestro 
maravilloso y para nada aburrido instituto? 
—Esas sustancias no se mezclan. No creo que debas… 
—Sé lo que hago, niñita —me interrumpe mientras 
toma otra sustancia de color verde—. Y ahora… ¡abracadabra! —exclama y mezcla ambas sustancias. 
Miro espantada, y luego veo que de esa mezcla surge 
un humo negro. 
—¡Salgan de la clase! —grita la profesora al percatarse 
de lo que ha hecho Tyler. 
Y ahí fue cuando todos salimos del aula. Miro a Tyler, 
quien tiene dibujada una sonrisa maliciosa en el rostro… 
—Eso definitivamente no fue lo que sucedió —dice Tyler, 
elevando su dedo índice y mirándome indignado. 
—¿Ah, no? —pregunto confundida—. ¿Y entonces qué es lo 
que sucedió, según tú? 
Tyler mira al director buscando su aprobación para hablar, el 
hombre asiente con la cabeza, y Tyler se aclara la garganta. 
Ruedo los ojos. 
—Esto fue lo que realmente pasó… —empieza a decir, 
recalcando la palabra «realmente». 
TYLER 
Estoy sentado escuchando las explicaciones de la señora 
Jones. Mi mirada se dirige a la silla vacía a mi lado. 
¿Dónde se habrá metido Sam? ¿Hasta dónde va la 
irresponsabilidad de esta chica? Y pensar que he 
abandonado mi vida en Inglaterra para cuidarla porque 
sus padres no pueden convivir con ella por su mal 
carácter. 
—Hola, ¿qué tal todo? —dice Sam al entrar—. Estaba 
ayudando a unos mafiosos a matar personas y ese tipo de 
cosas. Ya sabe, señora Jones. 
—Pase y siéntese, señorita Donnet —responde la señora Jones, temerosa. 
Sam le enseña su dedo del medio a la profesora, lo cual 
hace que la mujer haga una mueca de espanto. Comienza 
a caminar hacia mí sin ganas y me lanza su bolso a la 
cara. 
—¿Qué hay, vómito? 
Frunzo el ceño. ¿«Vómito»? 
—Hola… —digo mirándola con desconfianza. Ella se 
ríe. Va hasta donde están las batas y las gafas y, de mala 
gana, se coloca una bata y unas gafas y luego vuelve a 
sentarse en su sitio, a mi lado. 
—Comencemos —dice tomando una sustancia azul. 
—Eso es… —empiezo a decir. 
—Me importa una mierda lo que es —me interrumpe y 
toma otra sustancia de color rojo. 
—Escucha: no debes jugar con eso… —le advierto. 
Se vuelve para mirarme, arqueando una ceja. Sus ojos 
celestes están entrecerrados y puedo ver que también 
algo enrojecidos debido a quién sabe qué. 
—¿Y tú qué sabes? —dice mirándome furiosa. 
—Estoy repitiendo curso; sé más que tú. 
Sam se ríe. 
—Por algo estás repitiendo —me suelta mientras toma 
mi lápiz y lo parte en dos. 
—Pero, pero… ¿qué haces? —digo sin aliento. Esta 
chica asusta. 
¿Cómo puede ser tan fría? ¿No puede pensar en las personas que la rodean? Qué egocéntrica. Por Dios. 
Siento ganas de llorar. Definitivamente, tendré que hablar 
de esto con sus padres. 
—Iluminati —dice antes de mezclar las dos sustancias. 
Me alejo de la mezcla al ver que de ella sale un humo 
negro. 
—¡Salgan todos de clase! —grita la profesora. 
Todos salimos, pero veo que Sam está hablando por 
teléfono y me acerco a ella con disimulo sin que se dé 
cuenta. 
—Ya lo he hecho —dice, y luego bufa—. Claro que no 
saben nada de la secta, tú tranquilo. 
Cuelga y me alejo disimuladamente para ver en qué 
puedo ayudar a los demás… 
SAM 
—Eso no fue lo que pasó —digo firme—. ¿Una secta? ¿En 
serio? 
—Esas fueron tus palabras —asegura mientras levanta las 
manos. 
Niego con la cabeza. Qué imbécil. 
—Señor, alguien lo quiere ver —anuncia la secretaria 
asomándose por la puerta—. A solas. 
—Ahora vuelvo —nos dice mirándonos a los dos. 
En cuanto sale de la oficina, Tyler y yo nos dedicamos a 
mirarnos con odio. Ja. Será muy gracioso cuando mis padres 
se enteren de que he tenido que ir al despacho del director 
porque la persona que se supone que es responsable de mí no 
es en absoluto una persona responsable. 



#1737 en Joven Adulto

En el texto hay: adolescentes, drama, niñero

Editado: 07.01.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.