Mi estúpido niñero

Capítulo 33

Pasaron exactamente tres días desde que recibí ese extraño 
mensaje. No le di mucha importancia porque, obviamente, se 
equivocaron, ya que yo no le he quitado nada a nadie. Es decir, 
la única persona con la que he estado saliendo oficialmente ha 
sido Jeremy, y él no estaba saliendo, ni viendo a nadie más 
cuando comenzamos nuestra relación. Además, terminamos 
hace tiempo. También existe la posibilidad de que sea una 
estúpida broma, pero me da igual. 
Hoy es la fiesta de Jenna. Sigo dudando de si debemos ir o 
no. Lo último que quiero es que me odie más por irrumpir en 
su casa sin invitación. 
—Oye, estás aplastándome —le digo a Tyler, riéndome 
levemente. 
Él abandona mi espalda, porque sí, le gusta recostarse sobre 
mi espalda mientras yo miro mi móvil. 
—¿Cómo se ha despertado la chica más guapa del mundo? 
—me pregunta, sonriendo. 
Le miro con el ceño fruncido por la confusión y diversión. 
Me está costando detectar el toque de broma o de sarcasmo en 
su pregunta. Tyler arquea una ceja y entonces me doy cuenta. 
—Oh, ¿lo has preguntado en serio? —digo, sorprendida y 
divertida.

—Sí, no puedo creer que lo haya hecho —comienza a reírse 
—. Sacas lo peor de mí. 
—¿Lo peor? Ha sido muy tierno… —decido corregirme—. 
Empalagoso, pero tierno. 
—Por eso es lo peor de mí. —Se ríe. 
Mi vista va a sus labios y lo beso sin dudarlo ni un segundo. 
Tyler, por supuesto, me corresponde y a medida que el beso se 
intensifica, la que está sobre él ahora soy yo. Se incorpora de a 
poco, obligándome a hacerlo también. Nuestras respiraciones 
comienzan a volverse cada vez más pesadas, y el beso y los 
movimientos más intensos. 
—¿Iremos a la fiesta de Jenna? 
Nick entra en mi habitación como si fuera la suya. Al 
escuchar la puerta abrirse y oír su voz, nos alejamos de un 
salto, tanto que Tyler casi se cae de la cama. 
—¡Santo cielo, Nick! —exclamo enojada. 
—¿Qué? —me pregunta sin entender qué ha hecho mal, 
aparte de nacer. 
—¿En serio, Nick? —le pregunta Tyler, sentándose en la 
cama y mirándole con las cejas elevadas. 
—¿Qué? —vuelve a preguntar, y se sienta junto a nosotros. 
Tyler y yo suspiramos. 
—Nada —le contestamos al mismo tiempo. 
La confusión del rostro de Nick es remplazada por una 
sonrisa. 
—¿Iremos a la fiesta de Jenna? —nos pregunta otra vez. 
—No sé —le contesto, aún enojada por su repentina entrada 
a mi habitación—. Pueden ir si quieren. No tienen que ir conmigo —les aviso a ambos, encogiéndome de hombros. 
—Yo voy si tú vas —me responde Tyler, echándose hacia 
atrás y apoyando uno de sus codos sobre mi cama. 
—Caroline tiene el mismo lema que tú —Nick señala a Tyler 
con el dedo índice—, pero con respecto a ti. A mí me dijo: «Ve 
si quieres». 
Suspiro. No me interesa la fiesta. Lo que quiero es 
disculparme con Jenna. Levanto mi dedo índice mientras 
busco mi móvil para enviarle un mensaje. En el baile de 
graduación le conté a Daniela mi idea de disculparme con 
Jenna y me dijo que me apoya si es lo que quiero, entonces me 
pasó su número para que le mande un mensaje de texto. 
Hola, Jenna. Soy Sam. ¿Podríamos hablar? Necesito decirte algo. 
Envío el mensaje y me encuentro con la mirada curiosa de 
Tyler y Nick. 
—Les respondo más tarde —digo sonriendo. 
El día pasa muy rápido y con normalidad, mucha más 
normalidad que de costumbre. Mis padres están más tiempo en 
casa, siguen trabajando, pero ahora no están 24/7 con ello, 
como siempre quise que fuera. Incluso hemos visto una 
película los cuatro juntos. Ha sido la primera vez en mucho 
tiempo que veía una película con ellos, y que Tyler estuviera 
con nosotros ha hecho que todo fuera mucho más especial. 
Mi tía habló con mamá y le dijo que mañana posiblemente 
nos hagan una pequeña visita. Y es obvio que es para conocer 
a Caroline porque, bueno, está cargando a su futuro nieta o 
nieto. Ellos no la conocen porque siempre que Nick venía a 
visitarme lo hacía en vacaciones de verano, y usualmente — 
como mis padres— ellos estaban trabajando. Así que venía 
solo. En uno de esos veranos, los presenté sin saber que terminarían, bueno…, ya saben. 
—¿Qué quieres hacer? —me pregunta Tyler cuando estamos 
solos en la cocina. Me encojo de hombros y él añade—: 
Debemos comprar los disfraces para la fiesta de Jenna si 
quieres ir. 
Aprieto los labios. Jenna no ha respondido mi mensaje. Pero 
puede existir la posibilidad de que simplemente no lo haya 
visto porque está ocupada con la organización de su fiesta, 
¿no? 
—Hay que ir a la fiesta —digo decidida—. Allí me 
disculparé. 
Tyler me observa confundido unos segundos y luego sonríe. 
Avisamos a nuestros amigos que iremos a comprar los 
disfraces en Costume Warehouse y que los veríamos allí. Será 
divertido elegir nuestros disfraces juntos. En el camino, 
pasamos a buscar a Daniela, que tampoco ha sido invitada a la 
fiesta de Jenna, algo que no le sorprende, ya que no quedaron 
en muy buenos términos. 
En cuanto llegamos, nos atiende una chica de gafas rosadas y 
rizos del mismo color. Escucho detrás de mí la risa de Luke, 
con quien nos hemos encontrado en el aparcamiento. 
—Adivino —le dice a la chica—. ¿A que tu color favorito es 
el rosa? —Sonríe de lado. 
La chica frunce el ceño. 
—Es el negro —contesta con desdén. 
Tyler se ríe del fracaso de él por entablar conversación con la 
chica. 
—Bonito color —asiente Luke caminando hacia atrás.

—Si necesitan ayuda con algo, no duden en llamarme —me 
dice desganada, ignorando a Luke. 
Caroline y Nick vienen segundos después que nosotros. Los 
chicos se van por un lado y nosotras por el otro, aclarando que 
cada disfraz será sorpresa. 
—¿De qué podemos disfrazarnos? —pregunta Caroline 
mirando los distintos disfraces que hay en la tienda. 
—No lo sé —responde Daniela—, pero debe mostrar mucha 
piel. 
Caroline y yo la miramos con una sonrisa divertida. 
—¿Qué? —Se encoge de hombros—. Es nuestra última 
fiesta de secundaria. Quiero que me recuerden. 
Seguimos buscando sin éxito. Hay disfraces muy bonitos, sin 
embargo, ninguno llama mi atención. Bueno, para empezar, no 
tengo una idea sobre de qué me gustaría disfrazarme para 
buscar algo de ese estilo. Estoy pensando que seré la 
aguafiestas de la noche. 
—¡Oh, por Dios! ¡Miren esto! —Escucho que grita Daniela. 
Voy hasta donde se encuentra. Caroline está a su lado, 
mirando con confusión. Yo frunzo el ceño sin entender qué 
tengo enfrente. Es un disfraz negro con algunas rayas doradas 
y unas antenitas. Es… horrible, sea lo que sea. 
—¿No querías enseñar piel? —pregunta Caroline. 
—No entiendo qué es —digo yo. 
—Una abeja —responde mirando el disfraz—. Muy… 
conservadora —añade negando con la cabeza—, pero yo haré 
que sea más reveladora. 
—Entonces me gusta —asiento encogiéndome de hombros.



#1737 en Joven Adulto

En el texto hay: adolescentes, drama, niñero

Editado: 07.01.2024

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